Entrevista a Josefina Juste, historiadora argentina
Empresario de 56 años, alcalde de la ciudad de Buenos Aires y expresidente del Boca Juniors club de fútbol, Mauricio Macri será el nuevo presidente de Argentina después de imponerse el pasado domingo en segunda vuelta, con el 51,4% de los votos, al candidato peronista Daniel Scioli, que alcanzó el 48,6% de los sufragios. Separaron a los dos candidatos 700.000 votos, que son los que marcarán seguramente un cambio en la política económica, social y exterior en los próximos años. “Macri pertenece a la clase empresarial y en consecuencia legislará a favor de las privatizaciones”, afirma la historiadora argentina Josefina Juste, quien imparte el master “Igualdad y Género” en la Universidad Católica de Valencia. La historiadora es además cofundadora de la Cátedra de Derechos Humanos y Discapacidad en la Universidad de Buenos Aires, y también en la de Madres de la Plaza de Mayo. Afirma que la discapacidad “no es una enfermedad sino una situación de vida”, de ahí que sea una incansable militante. En Radio Klara, emisora comunitaria de Valencia, participa en los programas “Mujeres libres”, “Mujeres libertarias” y “Acció Directa”.
-¿Quién es Mauricio Macri, el nuevo presidente de la República Argentina? ¿Puede sacarse alguna conclusión de su acción de gobierno al frente de la alcaldía de la ciudad de Buenos Aires?
Macri se fue curtiendo como presidente del grupo familiar SOCMA (Sociedad Macri), dedicado a sectores como la construcción, la recogida de residuos o el correo central de Buenos Aires. Este holding hizo, por supuesto, todo lo que pudo por entrar en los procesos de privatización, de hecho, fue contratista en la época de las juntas militares, en tiempos del ministro Martínez de Hoz. Mauricio Macri fue asimismo presidente del Boca Juniors durante doce años. Como jefe del gobierno autónomo de la ciudad de Buenos Aires, se mostró en contra del aumento del salario familiar y de los alquileres sociales, pero durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales moderó todo su discurso. Macri era netamente antiabortista y contrario a los matrimonios entre personas homosexuales… Todo ello nos da una pista de lo que puede ocurrir durante su presidencia. Otra cuestión importante es que en la primera vuelta de las elecciones su partido, “Cambiemos”, ya ganó con María Eugenia Vidal la provincia de Buenos Aires, que prácticamente concentra una cuarta parte de la población del país.
-¿Por qué caminos podría transitar la política exterior del nuevo presidente?
No se trata de pronosticar nada, porque ya lo ha dicho. Macri está en contra de la Venezuela de Maduro, con quien Cristina Kirchner tenía una buena alianza. También ha criticado al gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, así como a los gobiernos de Ecuador y Bolivia, es decir, todo lo que aparezca como diferente y popular. Lo que ocurre es que durante la campaña electoral se moderó para conquistar votos entre la clase media. Evidentemente sus alianzas no se rubricarán con todos estos países.
-También se ha dicho que el nuevo gobierno intentará “liberar” el tipo de cambio de la moneda… ¿Se espera una nueva política económica?
Éste tipo de medidas los gobiernos no las anuncian, sino que directamente las adoptan. Implica dejar la libre fluctuación entre el peso y el dólar, lo que al fin y al cabo supone que haya un mayor manejo del capital privado sobre la economía argentina. Se trata, por lo demás, de una medida que favorecerá a los exportadores, de trigo y fundamentalmente de soja para biocombustibles, refractarios de siempre a las políticas de Kirchner. Históricamente estos grandes hacendados y exportadores han tenido un gran peso en Argentina. Por otra parte, habrá obviamente un cambio en la política económica que favorecerá las privatizaciones e irá en detrimento de las políticas de subsidios y programas de redistribución de la riqueza. Cristina Kirchner nacionalizó en 2008 Aerolíneas Argentinas y nacionalizó YPF en 2012, que estaba en manos de Repsol. Hoy no existen prácticamente organismos reguladores estatales de la economía, y con Macri no se van a recuperar.
-“Hay que poner en marcha la profesionalización de las fuerzas de seguridad en todo el país. Es una tarea pendiente: lo que logramos con la policía metropolitana en la ciudad, hay que lograrlo con cada provincial”. ¿A qué motivos responden estas declaraciones de Macri?
Todo parte de que se ha producido un incremento de la violencia en Argentina durante los últimos años, también en relación con el mercado de la droga. Anteriormente Argentina era un país de paso, pero ahora lo es también de consumo y productor de cocaína y heroína.
-En un artículo publicado en el diario “Página 12”, el sociólogo y director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, señalaba que en sus discursos el nuevo mandatario no hablaba de “pueblo”, sino de abstracciones como “vecinos”, “familias” o “personas” que quieren “progresar un poco más cada día”. ¿Es inocente el lenguaje?
No, y sobre todo se refiere a los “agentes sociales”, una idea de clase media que es la que consume bienes y servicios y a la que Macri se dirige. La idea de “pueblo” es, por el contrario, mucho más inclusiva. “Pueblo” somos todos.
-El 23 de noviembre, día después de las elecciones, el periódico “La Nación” tituló “No más venganza” un editorial en el que se criticaban los juicios contra los responsables de los crímenes perpetrados durante la dictadura. ¿Se va a “revisar” la política de derechos humanos impulsada por los Kirchner en los últimos doce años?
Macri, quien fue secuestrado por grupos paramilitares en la década de los 80, ha afirmado que los juicios continuarán y la justicia tendrá independencia para continuar trabajando, pero su discurso no es creíble. Él no está de acuerdo con que hayan pasado por los tribunales tantos militares, ni con que se vea en los juzgados la complicidad empresarial y del poder económico con la dictadura. No olvidemos que Macri pertenece a una determinada clase social. Recordemos que hubo empresas que entregaron listas de personas a los militares, y que estas personas todavía hoy están desaparecidas. En este capítulo se dará un retroceso muy importante, porque los gobiernos de Cristina Kirchner otorgaron mucha importancia a los derechos humanos y los juicios a los responsables de crímenes durante la dictadura. Creo que volverá á instalarse en la sociedad argentina el debate entre “justicia” y “venganza”.
-¿Es Macri uno de los representantes de la “nueva derecha”? ¿Hay diferencias con la derecha que encanaba Ménem?
Para Macri lo “regenerador” y “moderno” es que el estado se mantenga al margen y deje a las empresas que actúen en el libre juego del mercado. Viene de familia propietaria de un holding económico creado por su padre, quien decía que Mauricio era un “boludo”. Y hoy es quien gobierna. En cambio Ménem se presentó, después de un gobierno ineficiente como el de Alfonsín, diciendo que sus “reformas” le convenían a la economía argentina. Y lo privatizó todo: teléfonos, ferrocarriles, agua, luz… Hasta ese momento no se habían producido procesos de privatización de compañías públicas. Ménem era un abogado de cuarta sin una moneda, de una provincia como La Rioja. Era un caudillo provincial, que aprovechó la coyuntura histórica para mentir a todo el mundo y hacer lo contrario de lo que prometió. Incluso se dio el lujo de meterse en política internacional y apoyar a Bush (padre) en la operación “Tormenta del Desierto” (1991).
¿Han influido los grandes medios de comunicación en el triunfo de la derecha?
Sí, medios de comunicación como “Clarín” y “La Nación” criticaron la Ley de Medios aprobada por Cristina Kirchner en 2009, una legislación que trataba de hacer frente a los oligopolios en prensa, radio y televisión además de reservar un espacio destacado a los medios “alternativos”. Habrá que ver cómo se aplica a partir de ahora. Una de las claves para entender las críticas a la anterior presidenta es esta ley, que disgustaba por ejemplo a un grupo como “Clarín” que tenía acceso directo al papel-prensa durante la dictadura.
-Por último, ¿los resultados del domingo demuestran una “desconexión” entre el peronismo y las clases populares?
Las políticas sociales de Cristina Kirchner, concretadas en un aumento del salario mínimo y el descenso del desempleo, permitieron la mejora económica de una parte de la población. Pero un 30% de este sector que progresó económicamente terminó votando a Macri. ¿Cómo lo votaron? Y eso que a la clase media “pseudo-europea”, que sólo cuida de su propio culo y también vota a Macri, le dolió que hubiera gente que saliera de la crisis de 2001. Los llaman “cabezas negras” en Buenos Aires, una calificación abiertamente racista. Olvidan que en torno al 55% de la población argentina actual es descendiente de aborígenes, los verdaderos dueños de la tierra aunque se las arrebataran.
Enric Llopis
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