martes, 10 de noviembre de 2015

El orden sciolista y la (doble) muerte del Relato



Conforme se acerca el 22N, la agenda del FpV se tiñe con un discurso de derecha. La desesperada búsqueda del voto massista liquida los tópicos centrales del Relato.

Fin del relato (I)

Este lunes por la mañana Daniel Scioli –en un discurso calcado del macrismo- afirmó que no permitirá los cortes de calle y las protestas.
Habló, además, de “tolerancia cero” hacia el narcotráfico. Todo lo dijo en la misma oración. Puede ser que Scioli haya querido hacer honor a la brevedad. Puede ser, simplemente, que para el candidato único del FpV, las luchas obreras y populares sean homologables al accionar de los grandes narcotraficantes que, paradójicamente, actúan al amparo de las fuerzas policiales que Scioli se propone fortalecer.
Tal vez el candidato del oficialismo proponga pronto que, como ocurría a inicios del siglo XX, las notas sobre conflictos obreros figuren en la sección Policiales de los diarios.
El Relato sangra por la herida. Aunque la represión ya era parte del andamiaje político con el que actuaba el kirchnerismo –ya se vio ante luchas obreras como Lear y la Línea 60, por solo citar dos ejemplos- su marca de origen lo obligaba al juego de las escondidas. Debía decir, a los cuatro vientos, que no reprimía la protesta social.
No faltaban, en el discurso presidencial, las críticas contra quienes “no dejan circular libremente”. Pero el contenido general de los discursos intentaba marcar a fuego una diferencia con los años 90’. No podía y no hubiera podido convertirlo en un discurso abiertamente opuesto, sin grandes crisis con su propia base política.
Scioli, por el contrario, es el emergente del pejotismo duro y puro, que se escondió en el bosque progresista por más de una década. Hoy no tiene empacho en poner de manifiesto su agenda represiva. Ya lo había evidenciado cuando dijo que sus hombres para la “seguridad” eran Casal, Granados y Berni.
Pero el resultado de la jornada del 25/10 lo obligó a un giro, aún más abierto, hacia la derecha. Es en esa voltereta que intenta apropiarse del discurso massista. El lanzamiento de un spot donde Scioli repite -casi literalmente- los anuncios que hace Sergio Massa, es uno de los métodos para intentar dialogar con esa base que, en palabras de sus propios referentes, parece deslizarse mayoritariamente hacia el candidato de Cambiemos. Esa derechización toma cuerpo, entre otras cosas, en la constante reivindicación de la “lucha contra el narcotráfico y la inseguridad”.
Paradójicamente, mientras más se derechiza el Relato sciolista, más atronador se vuelve el silencio de lo que alguna vez supo ser definido como el “núcleo duro” del kirchnerismo. De las “caras largas” y el “desgarramiento” se pasó a la subordinación en seco. El llamado al orden de Cristina, hecho desde los balcones internos de la Casa Rosada, surtió efecto.
Los papeles se reparten: la presidenta impone orden al interior de la coalición de gobierno; Scioli avisa que buscará hacerlo en toda la sociedad.

Fin del relato (II)

Mientras Scioli anuncia palos y balas de goma para la clase trabajadora o cualquier sector que decida enfrentar el ajuste, promete beneficios millonarios a las grandes patronales del campo.
La “épica” contra la oligarquía sojera cesó el mismo día que fue aprobada la Resolución 125. Si en 12 años nunca hubo más que Relato -dado que ni la gran propiedad agraria ni los negocios millonarios fueron afectados- los años posteriores a 2008 los marcaron discursos de baja intensidad, solo útiles para arengar la tropa propia.
Ahora Scioli también tira por la borda hasta esa parte del Relato. Promete a diestra y siniestra bajar las retenciones, anunciando enormes ganancias. Miguel Bein ya lo dijo públicamente: se trata de garantizar los incentivos para que los grandes productores del campo liquiden los 8 a 10 mil millones de dólares que guardan, según su cálculo.
En el libro recientemente publicado La economía argentina en su laberinto: lo que dejan doce años de kirchnerismo, Esteban Mercatante afirma que el kirchnerismo, en su “gesta” contra el campo “en ningún caso cuestionaba la integración subordinada y dependiente del capitalismo argentino, ni siquiera el rol protagónico del agropower en la economía nacional. El fondo de la pelea era que el kirchnerismo, para sostener las necesidades crecientes de su bonapartismo de caja (…) necesitaba avanzar en la apropiación de la renta agraria”.
Si ayer, desde una posición de mayor fuerza, el Relato necesitaba justificar la tensión con ese sector solo en aras de obtener mayores recursos; lo que mueve esta rendición de Scioli es mucho menos, son solamente los votos. La herejía se comete en nombre de “enfrentar a la derecha” ofreciéndole ganancias millonarias a la derecha social del país. Paradojas del relato oficialista.
Los matices entre Scioli y Macri se desdibujan con inusitada velocidad. El Relato pierde terreno ante las imposiciones del escenario electoral. Queda al desnudo que en lo esencial no hay diferencias. El llamado al voto en blanco que hace el Frente de Izquierda junto a artistas, intelectuales y referentes del movimiento obrero combativo, se muestra hace cada día más correcto.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

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