Atilio Borón, otrora "trotskista" identificado con el Secretariado Unificado de la IV Internacional, y luego monotributista que le factura regularmente al gobierno venezolano, ha decidido prestar sus servicios a la campaña de Scioli con un ataque furibundo al Frente de Izquierda. Su columna, titulada "El voto en blanco es un voto por el imperialismo", rememora las infamias del stalinismo, que acusaba a la oposición de izquierda de agente del imperialismo como medio para eludir las críticas y justificar su exterminio físico. A Borón habría que recordarle que quien realizó actos de campaña electoral con el embajador yanqui Noah Mamet fue Scioli, no los integrantes del FIT ni de ninguno otro partido o fuerza de izquierda que llama a votar en blanco. El desatino de Borón hace pensar que su estado emocional es el del intelectual que está a punto de perder a su mecenas.
Sin argumentos firmes, Borón luce desesperado a la hora de elegirlos. Por ejemplo, afirma que Scioli seguirá la política de no represión de la protesta social del kirchnerismo, lo que encubre no sólo los veinte asesinatos de luchadores populares bajo este gobierno sino las declaraciones del propio candidato oficialista de que tendrá "tolerancia cero con los piquetes". ¿A quién le creemos, a Scioli o a Borón? El ex trotskista y ahora chavista está por detrás de Verbitsky, que al menos de vez en cuando, en Página/12, denuncia el régimen de exterminio que impuso el gobernador de Buenos Aires en las cárceles de la provincia o a las brigadas paraestatales de los "mataguachos" creadas por el ministro de Seguridad provincial, Alejandro Granados.
Borón alega que Scioli "no podrá gobernar sin atender a los reclamos de su base social" (popular). Ese tipo de razonamiento interesado es el que llevó a un sector de la izquierda a apoyar el ascenso de Menem o incluso a prever que si aplicaba un ataque contra las masas caería irremediablemente. La historia es bien recordada: Menem gobernó diez años aplicando una ofensiva antiobrera de proporciones, mientras la izquierda que coqueteó con él se hizo añicos. Pero tenemos una experiencia aún más cercana en el tiempo. Borón es de los que llamó a votar a Dilma Russeff para que no ganara la derecha, también con el argumento de que no puede gobernar contra la base obrera del PT. Ocurrió todo lo contrario: Rousseff armó un gabinete de banqueros, devaluó el real y aplicó incluso un recorte en los planes sociales. ¿No nos debe Borón una autocrítica? La historia ha desmentido una y otra vez este tipo de razonamiento capitulador. Es más, sobran ejemplos que muestran cómo los capitalistas prefieren a partidos o coaliciones con base popular para hacer un ajuste, pues revelan mayor capacidad de contención social. Si Borón tiene dudas, que se lo pregunte a López Murphy o a De la Rúa.
Pero es evidente que Borón abusa al sostener que sólo Scioli tiene una base popular. ¿O Vidal ganó la provincia de Buenos Aires sin contar con el voto de millones de trabajadores? ¿O quienes votaron por los candidatos derechistas del PRO en Quilmes y Tres de Febrero y derrotaron a los barones del conurbano son parte de la oligarquía? La respuesta a esta pregunta busca darla en otro texto ("Un ballotage crucial para América latina"). Allí dice que "ante la ausencia de una sistemática labor concientizadora y de formación ideológica -la célebre ‘batalla de ideas’ de Fidel-, el 'boom' de consumo no crea hegemonía política sino que termina engrosando las filas de los partidos de la derecha". ¿Cómo entender semejante absurdo? ¿Será que a Borón le parece que los salarios promedio de 6.000 pesos son muy altos y deben ser rebajados para evitar un 'boom del consumo'? ¿Propone recortar también las miserables jubilaciones de 4.290 pesos? Cuando todo el país entiende que la derrota del gobierno tiene como causa principal la bancarrota económica que ya está pagando el pueblo, para Borón el problema es que el ‘boom del consumo’ no fue acompañado por la ‘batalla cultural’. ¿Querrá Borón ser convocado como panelista de "6-7-8"?
Borón también critica que a Scioli le hayan puesto a Zannini de vice, porque cerraba las puertas para atraer al "voto antikirchnerista". Llegado a este punto, no sabemos si estamos en presencia de un intelectual chavista o de un periodista de la ‘corpo’. Es más, Borón eleva su indignación por el destrato que la camarilla kirchnerista le aplicó a Scioli durante todos estos años, siendo que no tenían otro candidato para postular. El intelectual Borón corre por derecha al intelectual Forster, algo que no suele ser tan fácil ni simple. Claro que todo esto Borón lo dice con el diario del lunes. En el pasado le hubiera gustado más que CFK apoyara a Randazzo, pero ahora no lo dice porque el ministro de Transporte está a punto de mantener el cargo con un gobierno de Macri. En cambio, con el resultado puesto, le critica a Scioli que no se haya diferenciado más de CFK y le haya dejado la bandera de Cambiemos a Macri. ¿Nos parece a nosotros, o el libreto de Borón lo escribió Urtubey?
Borón también se lamenta que Aníbal Fernández "fue víctima de una tenaz e inmoral campaña de desprestigio que lo convirtió en el personaje con mayor imagen negativa de la provincia". La solidaridad de Borón con uno de los responsables políticos de la masacre del Puente Pueyrrerón es simplemente bochornosa y debiera alcanzar para que sea desenmascarado como un impostor. Ya en el pasado, Borón no había tenido miramientos en culpar al PO por el asesinato de Mariano Ferreyra, encubriendo otra vez la responsabilidad del nefasto Aníbal Fernández, que comandaba la policía que liberó la zona para que la patota de Pedraza ataque con armas de fuego a los tercerizados ferroviarios en el barrio de Barracas.
No hay dudas que un triunfo del macrismo representará un espaldarazo a la derecha continental. Pero el crecimiento de esta derecha es el producto directo del agotamiento de los gobiernos ‘nacionales y populares’ de América Latina, que han conducido a sus respectivos países a crisis de fondo, bancarrotas económicas, desorganización productiva y comercial, y corruptelas generalizadas. Pretender que la izquierda se suba al barco en ruinas de gobiernos en descomposición, que pagan la deuda externa y reprimen a los pueblos, es un acto suicida que sólo lo puede hacer un intelectual a sueldo de ese poder. Dejemos que Borón se quede con los Aníbal Fernández, Insfrán, Capitanich, Gerardo Martínez y Berni. La función del Frente de Izquierda es desarrollar una alternativa política de los trabajadores, para luchar contra los Macri y los Scioli.
Gabriel Solano
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