El ministro de Economía expuso ante las Naciones Unidas (ONU) donde señaló el poder que tienen los fondos buitres y el riesgo al que someten cualquier reestructuración de deuda.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, viajó a Nueva York para participar del Comité ad hoc sobre Procesos de Reestructuración de Deuda Soberana de las Naciones Unidas (ONU), donde reclamó la intervención del organismo para dictar un marco que regule las renegociaciones de las deudas de los países. El titular del Palacio de Hacienda argumentó que "el poder que tienen los fondos buitre es insoportable y pone en riesgo cualquier reestructuración de deuda soberana".
El ministro afirmó que la Justicia de los Estados Unidos ha tratado a "las deudas soberanas, que están protegidas por las leyes de inmunidad, como de actividad comercial" y que la "reinterpretación de la cláusula pari passu" hecha por el juez Griesa "pone en peligro al sistema financiero en su conjunto".
Kicillof declaró que "no hay muestra más clara de la inseguridad jurídica internacional que la reinterpretación" hecha por la justicia de los Estados Unidos de la "cláusula pari passu" para favorecer a los fondos buitre y agregó que hubo una malinterpretación de la doctrina Chamberty, que prohibía que se compre deuda en default para luego especular y litigar ante la Justicia.
"Existiendo esa interpretación distorsionada, ridícula y peligrosa, que dice que hay que pagarle primero a los holdouts antes que a los que aceptaron la reestructuración, nadie va a aceptar un proceso de reestructuración", denunció el ministro, quien dijo que "hay unos 900 billones de dólares de deuda emitida (por distintos países) que está en riesgo de ser atacada por los fondos buitre".
La Argentina fue utilizada por el funcionario como ejemplo, al expresar que "el caso argentino es un ejemplo más del daño que pueden provocar los fondos especulativos a los países soberanos" y amplió que su disertación debería tomarse "como una contribución (de la Argentina) para que en el futuro, no para nosotros, sino para los restantes países, esta experiencia sirva para la construcción de una arquitectura financiera internacional".
El funcionario recordó en la ONU que el principal fondo que litiga contra la Argentina "pagó 50 millones de dólares (por bonos defaulteados) y quieren obligarnos a pagar 800 millones de dólares, un 1.600 por ciento" más. Para el ministro "estos parásitos especializados (por los fondos buitre) han construido un camino (legal) que ha limado y dinamitado la seguridad externa de los países" y "aunque se están tratando de generar anticuerpos" contra el accionar de esos fondos "nunca va a alcanzar". Por este motivo volvió a solicitar al organismo que se cree "un marco jurídico multilateral para tratar la deuda soberana es recuperar el rol (que tuvo ese organismo) en su creación" y declaró que "no puede ser otro que un organismo multilateral, con representación ecuánime, el que intervenga en estas cuestiones".
El ministro de economía realizó un acalorado discurso ante la ONU contra los buitres y de defensa de las reestructuraciones de deuda pero sin cuestionar el negocio del endeudamiento como tal. Las reestructuraciones de deuda sólo son un mecanismo para reducir al mínimo la posibilidad que los acreedores vean interrumpidos sus pagos. El ejemplo argentino, que señala Kicillof, representó grandes ganancias para los “buitres buenos” que entraron al canje ya que a pesar de la quita que se les hizo, los títulos habían sido adquiridos en muchos casos después del default, a precios de remate y además recibieron un plus por el crecimiento del PBI. Los bancos emisores también fueron grandes beneficiarios en los canjes que hizo el país.
A pesar de los discursos del oficialismo contra los buitres o “parásitos especializados” seguirán honrando la deuda. Millones de dólares ya se destinaron a eso y este año se irán $100 mil millones más en servicios de deuda.
Mónica Arancibia
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