jueves, 9 de abril de 2015

Gobierno, burocracia sindical e izquierda: el debate tras el paro nacional



Tras el paro nacional, una nueva medida de fuerza está en discusión. La UTA amenaza pero llama a negociar. Cristina Kirchner habla de mantener la “paz y la armonía” a favor de las clases dominantes. La Unión Industrial Argentina aclara de antemano que no se hará cargo del costo del Impuesto al Salario. La posición de la izquierda y el sindicalismo combativo.

El contundente paro nacional del 31 de marzo y su posible continuidad con nuevas medidas de fuerza, siguen siendo un tema de peso en la agenda nacional. Ayer, el gobierno nacional, por medio de su Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, salió a decir que “sería una locura y una irresponsabilidad que se piense en el paro de 36 horas”, y pidió que “dejen al transporte tranquilo, y que el hombre de a pie vaya a trabajar si quiere, independiente de que en otro momento se pueda analizar otras formas de aplicar este impuesto”, en referencia al impuesto al salario.
El Jefe de Gabinete respondía de esta manera al Secretario General de la UTA, Roberto Fernández, y a otros dirigentes sindicales. El referente de la UTA había afirmado el martes que “lamentablemente, se viene otro paro. Antes vamos a buscar todas las formas para que el gobierno reaccione. Pedimos sentarnos en una mesa Gobierno-Trabajadores, respetarnos mutuamente y llegar a una solución. El silencio que está haciendo el gobierno de no escuchar y no abrir la puerta para sentarse en una mesa crea este malestar de un paro nuevamente”.
Las declaraciones del Jefe de Gabinete contra un posible paro fueron la continuidad de la ubicación que tuvo el gobierno frente a las medidas de fuerza del martes 31. Recordemos que ese mismo día la Presidenta había cuestionado a los trabajadores “egoístas” que no quieren pagar el impuesto al salario y así “ceder un poco de su sueldo” para los que menos tienen. CFK buscaba enfrentar a trabajadores contra trabajadores, mientras la renta financiera, la minera y el juego son algunos de los grandes beneficiados de un sistema impositivo pensado para los poderosos. A la vez, Cristina Kirchner admitía de esta forma que, después de 12 años de gobiernos kirchneristas, la situación es apremiante para millones de los que “menos tienen”, como el 50% de los trabajadores que cobran menos de $5500, o el 70% de los jubilados que cobran la mínima de $3821.
En una suerte de “compensación”, esta semana Cristina Kirchner usó la cadena nacional para llamar a la “paz y la armonía”, enviando un mensaje a las clases dominantes “Cuando tenemos una sociedad que en lugar de ser cada día más igualitaria es cada día más inequitativa, muchas veces se adoptan comportamientos o actitudes que muchos no comprenden y ven únicamente como violencia o delincuencia (…) Mantener el equilibrio no es únicamente de sensibilidad social, es ser inteligente, querer al país y además tener una visión estratégica de adónde debe ir la Argentina (…) Por eso, argentinos, seamos inteligentes, cuidemos lo logrado y vayamos por más. Como siempre, con la solidaridad se gana mucho más que con la inequidad”.
Luego de haber cuestionado el paro nacional, la Presidenta enviaba así un mensaje a los empresarios, agitando el fantasma de una crisis social y posibles problemas de “gobernabilidad”. Sin embargo, en el mismo discurso se ocupó de aclarar que bajo su gobierno “la inmensa mayoría de los que siempre tuvieron, cada vez tienen más”, en una suerte de confesión de que mientras los trabajadores y el pueblo siguen sufriendo el ajuste con inflación, despidos y precarización laboral, los empresarios se la siguen “llevando en pala”. Como se ve, un llamado a la “armonía” en el que los que siempre pierden son los trabajadores y el pueblo pobre.
De todos modos, la Unión Industrial Argentina recogió el guante y se ocupó de aclarar rápidamente, mediante un comunicado, que es “inviable que el sector industrial se haga cargo de la eventual transferencia del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, que tendría un impacto negativo en el desarrollo de la actividad, con implicancia en los puestos de trabajo”.

La izquierda exige asambleas y plan de lucha

Las cúpulas de las centrales opositoras que convocaron al paro del 31 de marzo no quieren llevar adelante un plan de lucha serio para conquistar las demandas de los trabajadores, sino que solamente están pensando en ubicarse mejor para negociar sus prebendas con el próximo gobierno. Por eso muchos de ellos apoyan a Scioli, a Macri o a Massa. Ahora dicen que llamarán a un nuevo paro si no hay respuesta a los reclamos por parte del gobierno, pero la definición la tomarán el 14 y 15 de abril, cuando se reúnan los gremios del transporte y la CGT de Moyano respectivamente.
Mientras tanto, han comenzado las negociaciones paritarias de distintos gremios. La UOM pide un 32%, porcentaje por debajo de la inflación. Luz y Fuerza convocó a medidas contra el impuesto al salario, aunque parando sólo los primeros miércoles de cada mes. Dentro de los sectores combativos, los obreros de Pepsico pararon por categorías y premios, y los gráficos de La Bordó convocan a marchar al sindicato para exigir un plenario general y lanzar un plan de lucha, entre otros ejemplos.
Ante esta situación, y el comienzo de las paritarias en muchos sindicatos, desde la izquierda y el sindicalismo combativo exigen asambleas en todos los lugares de trabajo para discutir un paro nacional y un plan de lucha con continuidad hasta conquistar todas las demandas. Por la eliminación del impuesto al salario pero también por un salario igual a la canasta familiar, contra despidos y suspensiones, por el 82% móvil, contra la precarización laboral, entre algunos de los principales problemas.
Mientras tanto, de forma independiente de todas las variantes de los partidos tradicionales que apoyan los distintos sectores de la burocracia sindical, desde la izquierda y el sindicalismo combativo apoyan las listas del Frente de Izquierda y preparan un 1° de Mayo de lucha, de los trabajadores e internacionalista.

Fernando Scolnik
@FernandoScolnik

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