jueves, 23 de abril de 2015

Ambientalistas luchan por prohibición de herbicida cancerígeno

En marzo último, la OMS [Organización Mundial de la Salud] declaró que el glifosato podría ser cancerígeno. Es el herbicida más utilizado en el mundo. En Argentina se utilizan más de 200 millones de litros por año. Actualmente los cultivos transgénicos ocupan el 72 por ciento del territorio cultivable del país. Las ventas de Monsanto en 2014 equivalieron al 71% del PBI [Producto Interno Bruto] más fuerte de la región sudamericana: el de Brasil.
Ante este escenario y en el marco del Día Internacional de la Tierra, celebrado ayer 22 de abril, la organización ambientalista Greenpeace solicita a las autoridades en Argentina y el resto de los países de Latinoamérica, la prohibición inmediata del uso del glifosato.
"Es hora de que avancemos hacia la eliminación de estas sustancias que dañan el suelo y la salud y promovamos una nueva agricultura que garantice una producción de alimentos sana para la tierra, los agricultores y consumidores”, dice Franco Segesso, coordinador de la campaña de Agroecología de Greenpeace Andino.
El pedido surge a un mes de la declaración de la OMS que señala que el glifosato podría generar cáncer. Ciudadanos afectados y organizaciones ambientalistas, el Greenpeace entre ellas, vienen denunciando la toxicidad de los pesticidas y sus efectos negativos para la tierra. Los estudios recientes del organismo internacional confirman estas denuncias contra los insumos químicos utilizados en agricultura, entre ellos el glifosato, el ingrediente activo de Roundup de Monsanto. "El agricultor que depende de los pesticidas está atrapado en un círculo vicioso, siempre necesita más pesticidas y nuevos químicos”, explica Segesso.
En los últimos 22 años el consumo de agroquímicos en Argentina aumentó un 858%, mientras, cada vez son más los vegetales e insectos que desarrollan resistencia a estos productos. Su uso se incrementó significativamente a raíz del desarrollo de variedades de cultivos transgénicos de soja, maíz y algodón. A nivel local también está permitido en yerba mate, vid, trigo, girasol, hortalizas, pasturas, cítricos y algunos frutales como manzana, pera o membrillo.
En 2014, este producto químico afectó cerca de 90 millones de hectáreas y miles de pueblos latinoamericanos. Mientras tanto, los ingresos de Monsanto fueron de 15.900 millones de dólares.
Los ambientalistas reclaman al Ministerio de Agricultura de Argentina la prohibición de emergencia para el glifosato. "No podemos permitir que los negocios de una multinacional norteamericana sean más importantes que la salud de los habitantes de nuestra región. Los gobiernos deben promover la tecnología y las prácticas de una agricultura ecológica para proteger a los agricultores, a los consumidores de alimentos y el medio ambiente”, finaliza Segesso.

Adital

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