Entrevista a Alfredo Grande
-Mario Hernandez (MH): Alfredo, en una nota tuya publicada por la Agencia Pelota de Trapo titulada “El primer trabajador” hacés referencia al paro del 31 de marzo y puntualmente a la declaración realizada por la Presidenta de la Nación acusando de “oligarcas” a los trabajadores que pararon, inclusive hacés alguna mención al Cordobazo que precisamente fue una lucha motorizada por quienes eran los trabajadores mejores pagos en aquellos años en la República Argentina.
-Alfredo Grande (AG): Lo que señalás es uno de los enfoques de mi nota, justamente para que un trabajador pueda desarrollar una conciencia de clase, pensar en el interés de la clase trabajadora como tal, en lo que le pasa a él y a sus compañeros, necesita condiciones que no son las de una economía de miseria, porque cuando realmente uno está preocupado por el día a día no tiene tiempo de reunirse con los compañeros a pensar.
La declaración de la Presidenta primero es oportunista, porque lo que ahora está criticando es en lo que se apoyaron durante años con la famosa “columna vertebral” del peronismo que es la CGT, que es una corporación. Argentina es uno de los pocos países donde no hay una central de trabajadores claramente de izquierda clasista, estuvo la CGT de los Argentinos en algún momento, pero el peronismo de derecha hegemonizó absolutamente al movimiento obrero, casi como sinónimo de algo similar a lo que sería una ley de convertibilidad del trabajador: un obrero = un peronista. Recuerdo en ese trabajo una frase del ministro Otero cuando les decía a los militantes de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) que de jóvenes tenían algo, de trabajadores poco y de peronistas nada.
-M.H.: Otero que era dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica.
-A.G.: Estas frases precedieron al exterminio de la dictadura cívico-militar y a los trabajos prácticos de la Triple A. El trabajo que escribí toma la frase de Cooke: “El peronismo es el hecho maldito del país burgués” para decir que la huelga es el hecho maldito del país peronista, al peronismo no se le pueden hacer huelgas porque su interés es igual al interés de los obreros y de la clase obrera. Eso quedó plasmado en la constitución del ´49, que es muy avanzada en muchos aspectos, pero que prohibía el derecho de huelga. Esto no es poca cosa y es el punto de inconsistencia del peronismo, ¿cómo si somos la clase obrera y representamos sus intereses, nos hacen huelga? Ahí aparece la famosa discusión de Eva Perón con los ferroviarios.
Hay mucha tela para cortar en cuanto a esto, yo no soy peronista pero creo que realmente el peronismo debería hacerse, a más de 70 años, una revisión crítica de cuáles fueron las cuestiones históricas concretas, coincidimos que hay un nombre que lo abarca todo que es “economía de posguerra”, “granero del mundo”, es decir la necesidad de industrialización, el oro que navegaba en el Banco Central y todos esos mitos urbanos, pero después del Menemismo y del Kirchnerismo, ¿qué queda de nuestros amores? Parecen ser temas tabú, ahora no se habla tanto de peronismo sino de movimiento nacional y popular, esos aggiornamientos semánticos típicos del kirchnerismo, se puede hablar de un gobierno “en situación de peronismo” parafraseando la “situación de calle”.
Por su parte el impuesto a las ganancias es intrínsecamente perverso, porque es darle al salario carácter de ganancia. Si un trabajador de cuello blanco gana $ 50.000, a la empresa que le paga eso le está haciendo ganar millones. La extracción de plusvalía existe en todos los niveles, excepto a los accionistas. Que paguen impuesto a las ganancias los accionistas está perfecto, que la renta financiera, las mineras extractivas paguen está perfecto, pero a un trabajador no se lo puede cuestionar por cuánto gana. Existen otros impuestos, por ejemplo el IVA, que es de lo más inequitativo que existe, donde paga lo mismo el que gana $ 1.000 que el que gana $ 1.000.000 y de eso no se habla. Entonces, con un esquema tan regresivo no se puede hablar de justicia social, ni se puede compensar con subsidios.
-M.H.: Recuerdo que alguna vez conversando con Beba Balvé, que además tiene varios trabajos al respecto, sostenía que en los años ´60 se inventó la categoría de “juventud” para oponerla al movimiento obrero organizado. Tal vez estas expresiones de la Presidenta de la Nación nos recuerden a esos enfrentamientos que tenía precisamente la Juventud Peronista con la burocracia sindical vandorista en aquellos años, representada por quien yo denomino “el pequeño gigante fascista” que era José Ignacio Rucci. Pero eso sería motivo de otra conversación.
Quisiera abordar otro trabajo tuyo “Milani, mentira e impunidad” donde hacés una afirmación muy fuerte que dice: “Hebe de Bonafini no tiene el derecho de abrazarse con Milani”, me gustaría que la desarrollaras.
-A.G.: Cuando hablo de derecho hablo de un trípode: necesidad, deseo y derecho. Eva Perón decía que detrás de cada necesidad hay un derecho y yo digo que detrás de cada derecho hay un deseo. El deseo colectivo que acompañó a las Madres durante décadas era el deseo de la revolución. La izquierda combativa hoy tan denostada era quien acompañó de forma deseante y amorosa a las Madres de Plaza de Mayo, a las cuales nunca se acercaron muchos políticos y tampoco los Kirchner.
Entonces, vos no tenés el derecho de robarles la herencia a tus hijos. Hebe no tiene el derecho jurídico, político ni ético de desheredar a sus hijos. Los verdaderos hijos de las Madres no son Néstor y Cristina, los verdaderos hijos de las madres son los luchadores militantes, lo que fue la “juventud maravillosa” que fueron masacrados y asesinados no por una abstracción sino por algo que se condensó en lo que se llamó “la patria socialista”, en una lucha antiimperialista, anticapitalista y clasista. Hebe no tiene el derecho de abazar a Milani, porque no tiene el derecho de desheredar a los hijos de esa lucha. Muchos viven todavía y muchos son hijos de los hijos.
Yo escribí esa nota en relación a la indignación que generó la quema del muñeco por HIJOS de La Plata. Si tenés ese derecho es el derecho de Cronos cuando se come a sus hijos y yo creo que nadie tiene ese derecho, Hebe tampoco, pero ella se lo da y no es así, no puede abrazarse con quien quiera porque Hebe es el símbolo -espero que no termine siendo el fetiche- de una lucha que la trasciende y que empezó antes que ella. Entonces insisto, no tiene el derecho de abrazarse con Milani.
Mario Hernandez
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