viernes, 17 de abril de 2009

SOJA S.A. - EL DIFRAZ DEL DISCURSO

"La mentira muchas veces repetida, suele ser equivalente a la verdad".

Desde hace unos años se viene repitiendo como una letanía en casi todos los medios, el discurso falaz de los sectores más concentrados y opulentos de la economía argentina. Uno de ellos, quizá el más politizado de la última época, ha sido el sector agroexportador que viene reclamando básicamente dos cosas: más ayuda económica estatal; y la eximición al pago de impuestos. Casi lo único que se le escucha decir a los empresarios del surco es “-Abajo las retenciones-” y “-No nos metan la mano en el bolsillo-”.
No solamente se oponen a una redistribución menos injusta y equitativa del ingreso nacional, sino que también están en contra de cualquier intento de reforma tributaria que revierta el sesgo regresivo de la política impositiva general.
Para los que desconocen el término, tributación Progresiva, se refiere básicamente a que quien más gana debe aportar más, para tender a restablecer las asimetrías existentes respecto de los demás sectores sociales. En contraposición, tributación Regresiva, significa cargar el peso impositivo en los sectores de menores ingresos; o sea, tender en este último caso hacia la inequidad y la injusticia. Asimismo esto representa menos recursos para salud, educación, trabajo y gasto social en general.
El hecho es que, aparte de emplear la falacia y la mentira, los reclamos de los empresarios campechanos llevan en sí mismos una clara contradicción lógica invalidante, que infra se explicitará.
En cuanto a lo de pretender una mayor ayuda económica del Estado (o sea de todo el conjunto de la sociedad), ellos argumentan como un supuesto derecho adquirido, el de recibir prestaciones del sector público en la misma proporción de sus cargas en concepto de Retenciones Aduaneras. Piensan que el Estado debe otorgarles ese privilegio sobre el resto de la sociedad sólo porque aportan un poco más, en lo referido a derechos de exportación.
O sea que, el “razonamiento” seguido es todo lo contrario al fin perseguido con el impuesto y evidentemente contrarios a la justicia y la equidad. Pudiendo resumirse en lo siguiente: Más, para los que más tienen.
El rico debería así recibir más del Estado porque supuestamente estaría aportando más; y el pobre menos, en función de su pobreza. Es decir que, con esta particular manera de entender las cosas, para los dueños del grano dorado cada uno vale según lo que tiene.
Gran parte de la clase media ha venido acompañando este disparate, debido al lavado de cerebro llevado a cabo por los medios de comunicación masiva; como asimismo producto de una marcada e injustificable desinformación de gente que, por su posición social, debería preocuparse en informarse mejor.
Al margen de esto, hay también postulantes políticos que lo hacen astutamente debido a sus propios intereses; muchos de ellos son también sojeros o asociados a la especulación financiera. Otros en cambio, piensan que dando apoyo al sector rico del campo les proporcionará los votos necesarios para acceder a, por ejemplo, la gobernación de alguna provincia sojera.
Paradójicamente y, pese a la premisa esgrimida, el sector empresarial campechano insiste en exigir el levantamiento de las Retensiones. Por eso fue primero por la derogación de la famosa “ 125” , que posibilitó teatralmente el futuro candidato Cobos. Ahora se lanzan por la supresión del impuesto en su totalidad.
Pues bien, si la mayor ayuda que ellos demandan está sustentada en el pago de Retenciones a la exportación; ¿cómo pueden entonces pedir a la vez la eliminación de las Retenciones? La contradicción es evidente!!
Para generar confusión y que no sea advertida la flagrante contradicción de su discurso, echan mano de lo que científicamente los lingüistas llaman el Newspeak. Lo sub-liminal de este mensaje está representado por: “El impuesto es malo, porque nos mete la mano en el bolsillo”. “No dejan trabajar al campo; por lo tanto, atentan contra el país”.
Pero aparte de todo el absurdo en la argumentación, queda aún la otra parte de la falacia. La directamente mendaz; con premeditación y alevosía.
Sostienen que los impuestos aplicados al industrial exportador son muy altos. No es verdad. Es falso que el sector pague tanto.
Dejando de lado la alta evasión fiscal del sector granífero, como asimismo la elevada marginalidad laboral (75% de peones en negro), este mentiroso sector paga menos impuestos en Argentina que los que pagaría en otro país.
Para ello basta citar al economista Félix Jorge Gaggero (Plan Fénix), quien dió a conocer una investigación reveladora de que en el país, la carga impositiva es inferior a la de su socio del MERCOSUR, Brasil. Y más baja también que en los países desarrollados.
En efecto, sostiene Gaggero: “Argentina está en el orden de los treinta puntos de presión en término del PBI. Brasil, por ejemplo, tiene una presión tributaria consolidada cercana a los cuarenta puntos, mientras que los países más desarrollados están en un promedio que oscila entre el 45 y 50 por ciento de su PBI”.
Como vemos, con esta elemental demostración queda claro que las cosas son muy distintas a como lo presenta la plañidera Mesa de Enlace.
Resulta también evidente la falta de escrúpulos de un sector insolidario, ambicioso y mendaz.-

Dr. Tintitaco Chanquía

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