domingo, 19 de abril de 2009

GLOBALIZACIÓN DE LA CRISIS Y EL OPORTUNISMO ELECTORALISTA


La desatada “crisis global financiera”, frase hecha utilizada quizá para atenuar la localización de su ojo de tormenta, ha puesto en evidencia la urgente necesidad de revisar el modelo imperante en el mundo.. Bien es sabido que desde el interés económico se encienden y se propagan, como reguero de pólvora, las ideologías hacia lo político, lo social, moral y cultural.
Y no es casualidad que el epicentro de la tormenta economicista desatada se sitúe en los EEUU, allí donde el Capitalismo, si no tiene el grueso de sus raíces, seguro que ahí sí está el centro supervisor de su extensiva inervación.
Durante décadas, los libretos dictados desde Wall Street habían sido impuestos como verdades absolutas, por lo que, de tan inconmovible prescripción, no admitíase objeción alguna que se le pudiese oponer.
Pero vino a ocurrir que el paso arrasador de la tempestad, gestada desde las propias contradicciones del sistema, puso al descubierto la verdadera realidad. La magnitud de la situación de catástrofe. Poniendo en evidencia luego de la fenomenal explosión que, esta vez, las cosas no son iguales a otras veces.
La coraza de soberbia irracional les fue arrancada de cuajo a los aurigas de capitalismo por efectos del cataclismo económico; quienes levantándose maltrechos, tuvieron que tragarse su proclamada confianza ilimitada en el mercado, para impetrar desesperadamente por el auxilio estatal.
Pero esto no significa, en modo alguno, que el poder financiero hoy estropeado vaya a retroceder sin dar batalla. Es más, a la luz de las últimas decisiones políticas internacionales, es un hecho que intentará elaborar la reconstrucción de su hegemonía. De todas las formas posibles. El muro no caerá por sí solo; será menester que nos dispongamos entre todos a derribarlo.
Ante esa situación de peligro, especialmente para los países pobres y emergentes, deberemos estar adecuadamente preparados; firmemente erguidos para aguantar los embates, unidos y alertados.
Por estos días, nuestro distrito local asiste bajo confusión a una paradoja más, de las que ya nos tiene acostumbrados. Los representantes del neoliberalismo doméstico han cobrado aquí renovado brío al abrigo de los desencantos de la gente por los partidos políticos. Ante ello, se hace necesario de inmediato la constitución de fuerzas sociales capaces de encauzar esa soledad producida por la ausencia de espacios de expresión y representación. De lo contrario, ese banco de agregación necesitado de contención, será fácil presa de las alianzas pergeñadas por los oportunistas de siempre. Los hábiles pescadores de la derecha autóctona.
Entre tanto y mientras sigamos transitando a contramano, nadie debería perder de vista la audaz reflexión hecha el 17 del corriente por Rodríguez Zapatero, quien responsabilizó de la crisis a la derecha política en función de su “monoteísmo económico”, “cuya única fe” expresó, “consistía en el fundamentalismo del mercado”. Para resaltar esta absurda postura dijo que para el pensamiento de derecha: “de la suma de todos los egoísmos individuales sale matemáticamente el bien común”.

Tintitaco Chanquía

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