domingo, 19 de abril de 2009

Karina Germano López, “La Galle” 2632


En el Día Internacional del Preso Político, 17 de abril, La Galle cumplió dos mil seiscientos treinta y dos jornadas tras las rejas en la Cárcel de Ezeiza. Los magistrados de la Corte Suprema, que debieron ya haber dictaminado sus salidas transitorias, mantienen un cajoneo exasperante que aumenta la indignación de quienes padecen el empeño de la Justicia en castigar a los luchadores y beneficiar los genocidas y dueños del poder.
Hace más de 7 años que La Galle, militante de H.I.J.O.S., fue condenada por los fascistas tribunales de San Pablo, Brasil, que recibió el cuestionamiento de renombrados juristas, organizaciones políticas y humanitarias. En base a un tratado entre ambos países ella permanece en la Cárcel de Ezeiza y ya hace más dos años que está en condiciones de acceder a las transitorias pero la justicia argentina no se da por enterada.
Como se sabe, meses atrás los jueces de la Cámara de Casación Mitchel, García y Yacobucci, negaron las transitorias a La Galle y, con ese mamarracho jurídico, los magistrados retomaron la línea política represiva que habían descargado, en primera instancia, el fiscal Oscar Hermelo y el juez Sergio Delgado. Precisamente, ese fiscal Hermelo fue miembro del grupo de tareas 3.3.2 de la Escuela de Mecánica de la Armada, durante la dictadura militar, donde «reciclaba » los bienes de los compañeros desaparecidos en favor de sus desaparecedores.
Este grupo de tareas es el responsable de la desaparición de Rodolfo «Rocco» Germano, padre de La Galle.
Por su parte, Mitchel fue un entusiasta juez del Estado terrorista y, en ese
período, amenazó de muerte militantes de derechos humanos que deambulaban desesperados en busca de sus familiares desaparecidos.
Así, se exhibe sin esfuerzos que miembros de la tiranía, corresponsables del exterminio, son los que mantienen tras las rejas a una militante de H.I.J.O.S. La encarnizada persecución no concluye, se mantiene intacta, mientras miles de genocidas fueron beneficiados con la impunidad, el confortable arresto hogareño o la cárcel VIP, luego de los juicios parsimoniosos que no empardan el andar de las tortugas con parálisis severa.
Sin embargo, familiares, amigos y militantes se obstinan en el esfuerzo por las transitorias y por la liberación total de La Galle. Así lo expresaron en movilizaciones populares, en los escritos que silencian los laberintos kafkianos, en las plazas, calles y paredes de nuestro país y de otros sitios del mundo que exigen: “Libertad a la Galle”. Que así sea.

Oscar Castelnovo | Agencia Walsh

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