miércoles, 29 de abril de 2009

Cuba: la Casa de las Américas cumplió medio siglo

La Casa de las Américas cumplió ayer 50 años de su fundación en Cuba como icono del quehacer artístico y cultural de los países latinoamericanos y caribeños.
Desde principios de este año, la prestigiosa institución ha realizado numerosas actividades por la efeméride, al tiempo que ha recibido homenajes de autoridades y varias entidades culturales del país.
Fundada el 28 de abril de 1959, la institución fue uno de los primeros proyectos culturales consumados por la Revolución Cubana luego de su triunfo el 1 de enero de aquel año.
El propósito de la entidad que recién surgía con personalidad jurídica propia era realizar actividades no gubernamentales, dirigidas a desarrollar y ampliar las relaciones socioculturales con los países de América Latina, el Caribe y el resto del mundo.
En ese objetivo, su gestora Haydée Santamaría (1923-1980) trazó los lineamientos para preservar la historia y crear la nueva memoria del continente.
Cuando todos los gobiernos de América Latina, salvo el de México, rompieron relaciones con Cuba en 1962, la institución contribuyó a impedir que los lazos culturales entre la isla y el resto del continente se cortaran en forma total.
Concebida como un espacio de encuentro y diálogo de distintas perspectivas en un clima de ideas renovadoras, la Casa difundió la obra de la Revolución y propició la visita a la isla de intelectuales que se pusieron en contacto con la nueva realidad del país.
Entre sus tareas principales, promocionó, investigó, auspició, premió y publicó la labor de escritores, artistas plásticos, músicos, teatristas y estudiosos de la literatura, las artes y las ciencias sociales del continente.
Para muchos intelectuales, a la visión integradora y latinoamericanista de Haydée, a su sensibilidad y talento, a su generosidad y comprensión, debe la Casa de las Américas ser lo que es en la actualidad.
Tras el fallecimiento de la insigne intelectual en 1980, la Casa de las Américas fue presidida por el pintor Mariano Rodríguez (1912- 1990) y, desde 1986, por el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar (1930-presente).
Con 23 años al frente de la Casa, Fernández Retamar afirmó el lunes ante la televisión cubana que la entidad continúa fiel a los lineamientos de Haydée de "sumar voces y hacerla crecer".
Hoy día el recinto cultural atesora 16.000 pinturas, grabados, fotografías y artesanía popular y está inmerso en un proyecto de construcción para su nueva biblioteca que dispondrá de más de 126. 000 volúmenes.
Cada año, la Casa de las Américas convoca a una nueva edición de su premio literario homónimo, el más antiguo certamen de su tipo en América Latina, que "aunque no es económicamente rico, sí lo es por su prestigio", a decir de Fernández Retamar.
Entre sus varias publicaciones sobresale la revista "Casa", fundada en 1960 como órgano de la institución y que se define como una publicación de letras e ideas, en la que colabora lo más destacado de la intelectualidad mundial.
También aparece el portal informativo "La Ventana" donde, a través de noticias, artículos de opinión, entrevistas y convocatorias, se apela a la necesidad de fomentar la reflexión y el debate sobre rumbos, resistencias y alternativas continentales.
Además, está "ArteAmérica", revista electrónica creada en 2003 para divulgar las artes visuales en América Latina y el Caribe.
Directivos de la entidad se enorgullecen hoy de que esta fue la primera en publicar "Las Venas Abiertas de América Latina", de Eduardo Galeano, libro que el presidente venezolano Hugo Chávez obsequió a su homólogo estadounidense Barack Obama en la V Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago.
Como afirmó Fernández Retamar, si en medio del aislamiento diplomático en que fue sumido el país en los años 60, la Casa de las Américas abrió Cuba a la intelectualidad del continente.
Ahora son más amplias las avenidas políticas e intelectuales gracias al panorama que luce América Latina.
Con medio siglo de existencia, la Casa de las Américas tiende ahora su mirada más allá del Río Bravo, considerando que en Estados Unidos viven millones de latinoamericanos.

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