En la fecha de hoy, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre ha impugnado formalmente a los nuevos Jefes de la Policía de la Ciudad, Carlos Kevorkian y Gabriel Bernard, propuestos por Larreta contrariando la normativa vigente en cuanto a la debida publicación de los antecedentes y a la conducta de los policías propuestos, quienes entre tantas otras cosas, dirigieron la brutal represión de los días de diciembre contra las y los ciudadanos que intentaban manifestarse en contra de la sanción de una ley de despojo de las jubilaciones de millones.
En el escrito se explicita: “El Jefe de Gobierno, al publicar desde el 29 de diciembre de 2017 al 12 de enero de 2018 el Comunicado – E.E N.° 30016627/MGEYA/DGALS/17 proponiendo “a Carlos Arturo Kevorkian, DNI N° 10.431.296, como Jefe de Policía de la Policía de la Ciudad en los términos del Artículo N° 76 de la Ley N° 5.688”, ha presentado sus antecedentes de una manera intencionalmente incompleta, que impide a la mayor parte de las personas controlar debidamente dichos antecedentes. El historial policial de Kevorkian se presenta como una sucesión de grados y destinos en las sucesivas fuerzas a las que perteneció (Policía Federal Argentina, Policía Metropolitana y Policía de la Ciudad de Buenos Aires), pero sin indicar en ningún caso los años en los que efectivamente sirvió en cada destino (tampoco aclara cuál es su actual función dentro de la Policía de la Ciudad). La omisión de las fechas de servicio en cada una de las reparticiones obliga a realizar una reconstrucción de sus antecedentes en base a otras fuentes externas (por ejemplo, investigando cuándo existió en la Policía Federal Argentina el grado de Subayudante), a fin de tratar de desentrañar si en alguno de esos destinos tuvo participación en acciones que puedan fundar una oposición a su postulación. Esta publicación de antecedentes con omisión absoluta de los años de prestación de servicios en cada repartición (e incluso en cada una de las fuerzas) sería inaceptable en cualquier curriculum vitae.”
Y más adelante se afirma: En primer lugar, no parece haber duda acerca de que su servicio en la Policía Federal Argentina se extendió por unos 47 años, entre 1971 (aunque una fuente afirma que egresó de la Escuela de Cadetes en 1970) y 2008 (una única fuente sitúa su retiro en 2007). Eso significa que Kevorkian ingresó a la PFA durante la dictadura de la llamada “Revolución Argentina” y prestó servicios bajo el dictador Lanusse (no es posible conocer si también sirvió a Levingston, dado que se desconoce la fecha de ingreso a la fuerza). Luego, Kevorkian prestó servicios durante el gobierno constitucional de 1973 a 1976, período en el cual personal de la PFA participó en la creación y accionar de la organización parapolicial “AAA” (o “Triple A”). Tampoco resulta posible afirmar qué tareas cumplió realmente el candidato durante ese negrísimo período de la PFA, ante la orfandad de la información publicada. Por supuesto, Kevorkian prestó servicios durante toda la dictadura cívico-militar de 1976-1983, durante la cual es público y notorio que la PFA fue parte ejecutora del plan criminal de genocidio, tanto a través de sus propios centros clandestinos de detención permanentes (como el Atlético, el Banco y Olimpo, es decir, el llamado Circuito ABO) como mediante las comisarías y delegaciones que fueron empleadas como centros de detención transitorios (hasta la derivación de los detenidos desaparecidos a otros lugares) y, asimismo, a través de la colaboración (activa o liberando la zona) en los secuestros de las víctimas. ¿Qué hizo Kervorkian durante esta última dictadura? Tampoco es posible decirlo, ya que los magros “antecedentes” publicados ni siquiera permiten asegurar en qué reparticiones y con qué grados prestó servicio durante ese período. Pero, aunque no se informe sobre sus actividades en esos años, es indudable que la formación profesional de Kervorkian (y sus primeros doce años de servicio) coinciden con uno de los períodos más oscuros de la historia argentina, caracterizado por agresiones masivas y sistemáticas hacia los derechos humanos, hasta la eliminación física de los opositores políticos a través de su desaparición forzada o asesinato.
Sobre la actuación de Kevorkian en la PFA a partir del 10 de diciembre de 1983 existen muchas dudas y sólo una certeza: la existencia (según información periodística no desmentida) de un sumario administrativo donde se encontraría imputado por la muerte de un joven hincha de fútbol, Fernando Blanco. Como es público y notorio, en el año 2000 la Procuración General de la Nación se vio obligada a crear una comisión para investigar la existencia de decenas de causas fraguadas por personal de distintas reparticiones de la PFA. Varias de las reparticiones involucradas se encuentran entre las que integró o comandó Kevorkian como Principal, Subcomisario o Comisario, pero la falta de información acerca de las fechas de su servicio impide asegurar o descartar la presencia del candidato en esas dependencias durante los hechos investigados. Por lo tanto, no es posible saber si conoció dichas prácticas y, en caso afirmativo, qué actitud tomó ante los subordinados o compañeros que incriminaban a personas inocentes.
En cambio, no parece haber duda acerca de la actuación de Kevorkian como jefe de la Circunscripción IV el 25 de junio de 2005, cuando Fernando Blanco, de 17 años, hincha de Defensores de Belgrano, que había concurrido a presenciar un partido contra Chacarita, fue golpeado por personal policial (uniformados y de civil –entre los cuales se habría encontrado Alejandro Rivaud, personal de inteligencia de la PFA, luego subordinado de Kevorkian en la Metropolitana-) y luego detenido, tras lo cual fue internado y finalmente, falleció a los pocos días. En la nota citada más adelante, hecha por Urgente 24, el padre de Fernando, Ángel, señaló que “todo fue un desastre y se trató de una emboscada. El público de Defensores era visitante, su equipo había perdido el partido por el descenso y en lugar de salir primero del estadio permaneció cuarenta minutos retenido. Pienso que quienes designaron al responsable de un operativo semejante para coordinar a la Policía porteña tendrían que haber evaluado estos antecedentes y que hay una causa por homicidio. Tal vez lo nombraron porque es un buen represor. Pero parece que nadie se da por enterado”. Las fuentes consultadas indican que “Blanco fue introducido en uno de los 2 celulares (interno 9186, marca Iveco, patente AII 954) que llevaba apresado a un número indeterminado de detenidos que nunca llegaron a la comisaría 28ª.” Según la versión policial, el joven murió tratando de escapar y la golpiza precedente nada habría tenido que ver con su deceso. Esta versión es tan poco creíble como la de quienes pretenden sostener que Santiago Maldonado simplemente se ahogó en un río, omitiendo el accionar represivo anterior y posterior a su muerte: la muerte de una persona como consecuencia de los hechos sucedidos durante su detención o persecución siempre es responsabilidad de los aprensores, ya que están obligados a garantizar la seguridad de las personas bajo su poder. La grabación que exhibiera el programa de televisión “Cámara testigo”, de América TV, que correspondería a ese partido de fútbol, muestra a un hincha gritando “Yo vengo a ver un partido nada más. ¿Me entendés? Yo vengo y vos me golpeas la c… de tu madre” Inmediatamente después se ve a una persona con los mismos rasgos de Kevorkian, vestida con el típico sobretodo de los oficiales superiores, respondiendo con sorna “Por supuesto, señor”. Ironías de represor provocador.
Y luego de analizar la actuación de ambos policías al frente de la Policía en el año 2017, con sus flagrantes violaciones de los derechos humanos de las y los habitantes de esta ciudad termina: “Por los motivos expuestos, se formula esta oposición de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre a las candidaturas de Carlos Arturo Kevorkian como Jefe de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y Gabriel Oscar Berard como Subjefe de la misma fuerza y, en consecuencia, se reclama que ninguno de ellos sea designado en los respectivos cargos para los que han sido propuestos. Asimismo, se solicita que las futuras publicaciones de antecedentes se hagan de manera adecuada, brindando toda la información relevante, con adecuada indicación de las fechas de prestación de servicio en las sucesivas reparticiones.”
Liga Argentina por los Derechos del Hombre
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