miércoles, 3 de enero de 2018
Cruje el dólar: ¿cuáles son las causas?
El país entero se estremece cada vez que comienza a subir el dólar. Es que las devaluaciones son traumáticas para el pueblo trabajador que ve como se acelera la inflación y en simultáneo se deteriora su poder de compra.
Es lo que ocurrió con la salida de la convertibilidad de Eduardo Duhalde cuando el salario real retrocedió alrededor de un 30 %.
Más fresco en la memoria está la rápida suba de la cotización de la divisa estadounidense a principios de 2014 cuando Axel Kicillof comandaba el Ministerio de Economía. En ese año, el poder de compra del salario terminó cayendo algo menos que el 5 %.
La devaluación de diciembre de 2015, que llevó adelante Cambiemos, empujó a una pérdida del salario real mayor al 6 % durante 2016.
Lo ocurrido en los últimos días todavía no alcanza la dimensión de aquellas devaluaciones, pero la cuestión del dólar se instaló nuevamente en la agenda.
La reciente escalada se debe tanto a factores coyunturales como a desequilibrios estructurales profundos que tiene la economía. También existen causas internacionales que influyen en el alza.
Aquí las principales causas.
Especulación financiera
La crisis política que enfrentó el gobierno a pesar del triunfo pírrico con el que logró la aprobación de la reforma previsional puso en alerta a los especuladores. La movida alcista comenzó el jueves 14: fue el día en que fracasó por falta de quórum la primera sesión en que se quiso debatir esa ley.
El costo de mantener el dólar a raya es la emisión descontrolada de Lebac que la autoridad monetaria utiliza para sacar pesos de circulación. Una bomba de tiempo.
La semana pasada, el Banco Central bajó de manera casi imperceptible la tasa de las Lebac de largo plazo en una movida que pudo interpretarse como un cambio de rumbo en su política monetaria con el objetivo de limitar parcialmente la bicicleta financiera. En esa ocasión no se renovaron Lebac por el equivalente a $ 130 mil millones. Esos pesos se estarían transformando en dólares.
Hay muchos bancos y grandes empresas, nacionales y multinacionales, que están realizando operaciones de cobertura y consolidando en dólares un año de altas ganancias.
Especulación sojera
El Gobierno aprobó una rebaja del 6 % de las retenciones a la soja que tendrá lugar durante 2018 a razón de 0,5 % por mes a partir de enero. A este motivo se suma la espera por una mayor cotización del dólar. Ambos factores engrosarán los ingresos de los agronegocios.
Por tal circunstancia, los grandes exportadores agrarios están reteniendo ventas externas esperando el mejor momento para exportar. Esto limita la oferta de dólares en el mercado.
Algunos analistas indican que en enero podría recomponerse la oferta, pero depende de las expectativas del agronegocios: se sabe que son insaciables al momento de engrosar sus ganancias y podrían esperar un tipo de cambio más alto aún.
Demanda estacional
Es habitual que por motivos vacacionales aparezca una demanda adicional de dólares en los meses de julio y diciembre de los turistas que viajan fuera del país.
También es común que el cobro del aguinaldo sea aprovechado por los asalariados (aunque no son muchos los que pueden hacerlo) y sectores de la clase media para comprar dólares como forma de proteger ahorros frente a la inflación.
Atraso cambiario
Las causas estacionales antes mencionadas tienen por detrás factores estructurales profundos.
El incremento de la cotización del dólar desde principio de año alcanzó el 16 %. Se trata de una proporción menor al avance de la inflación que podría registrar un 25 % anual cuando se conozcan las estadísticas de diciembre.
No son pocas las voces del establishment económico que enuncian con preocupación el problema del atraso cambiario: es que los productos argentinos se encarecen para el resto del mundo y se exporta menos.
El atraso cambiario deviene del ingreso de dólares por la deuda externa y por la especulación en la plaza financiera local.
La devaluación, en la escala que tenga lugar, busca dar aire a las ganancias del empresariado exportador y el que abastece el mercado interno en competencia con las importaciones.
Por el momento, el Banco Central dejó correr el movimiento ascendente del dólar de los últimos días atendiendo, tal vez, las críticas que apuntan sobre la apreciación cambiaria. Pero el rumbo de la política cambiaria todavía no está claro.
Déficit comercial y de turismo
La apertura económica más el atraso cambiario condujeron a que el ingreso de productos importados supere ampliamente a las exportaciones: el rojo comercial con el cierre del año superará los U$S 8.000 millones.
Vacacionar en el exterior no es tan caro para ciertos segmentos de ingresos. Por el turismo se irán otros U$S 10.000 millones este año.
El agujero externo está alcanzando niveles históricos y alarmantes.
Fuga de capitales
La liberalización del movimiento de capitales que realizó el Gobierno facilitó aún más un comportamiento permanente de la burguesía “nacional” e imperialista que actúa en el país: la fuga bruta de capitales tiene una velocidad vertiginosa que alcanza los U$S 3.100 millones mensuales. En menor proporción, también hay remisión de ganancias de las empresas multinacionales hacia sus casas centrales.
Descoordinación económica
En las últimas semanas, los trascendidos sobre internas en el gabinete fueron más intensos que la intrusión de los programas televisivos de la tarde en las peleas de personajes de la farándula.
El punto en discusión es el nivel de la tasa de interés de las Lebac que paga Federico Sturzenegger, que para muchos funcionarios impone tendencias recesivas en la economía en tanto estimula la especulación y retrae recursos que podrían orientarse a la actividad productiva. Y crea un déficit cuasi fiscal del Banco Central de dimensiones explosivas.
El ministro de Finanzas, Luis Caputo, preferiría atraer pesos a las Letes que emite el Tesoro para financiar el déficit fiscal con una tasa menor que la que paga el Banco Central por las Lebac.
Muchos analistas observan que hay inconsistencias entre una política monetaria rígida para contener la inflación y la proliferación de tarifazos que impulsan los ministros de Energía y Transporte.
Para intentar mostrar un “frente único” que ofrece coherencia a la política económica, el Gobierno llamó a una conferencia para este jueves. Participarán el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el ministro de Finanzas, Luis Caputo y el titular del BCRA, Federico Sturzenegger.
La vuelta al mundo
Tanto celebrar una supuesta vuelta al mundo que traería grandes beneficios al país, el Gobierno finalmente dejó más ostensiblemente expuesta la economía nacional a los vaivenes de la situación mundial.
Entre los factores que tienen alguna incidencia en la suba de la cotización en el mercado local de la divisa estadounidense hay que anotar el fortalecimiento relativo del dólar debido al incremento de la tasa de interés que fija la FED de los Estados Unidos.
En paralelo, también influye la aprobación de la reforma tributaria impulsada por Donald Trump que, como en Argentina, otorga reducciones en las alícuotas de impuestos que pagan las ganancias de las corporaciones imperialistas.
Los efectos más profundos de los factores externos se podrán observar con más precisión con el trascurso del tiempo, pero son malas noticias para el plan de endeudamiento sin límites de Cambiemos.
¿Hacia dónde se dirige la economía?
Las especulaciones son muchas: ¿cómo impactará la suba del dólar en la inflación? ¿Qué hará la autoridad monetaria de acá en adelante?
Un primer efecto inflacionario, por ahora acotado, devendrá hacia adelante. Mucho más en el contexto de tarifazos de los próximos meses. Esta situación puede calentar la discusión paritaria y abrir una caja de pandora.
Varios economistas opinan que el Banco Central buscará lograr un nuevo nivel de la cotización del dólar cercano a los $ 19 para volver a estabilizar la situación aliviando relativamente el atraso cambiario.
Pero al dólar, como a las armas, lo carga el diablo. La inflación podría retroalimentar el atraso cambiario llevando a que persistan las turbulencias. Es una encrucijada típica de una economía productivamente atrasada.
Los contornos precisos del futuro no se pueden anticipar plenamente, pero la suba del dólar de las últimas jornadas introdujo cierto vértigo a los acontecimientos y expuso los fuertes desequilibrios de la economía.
Pablo Anino
@PabloAnino
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