El DNU por el cual el presidente Mauricio Macri anuló 19 leyes y modificó 140 más, puede tener los días contados. La oposición podría llegar a unirse para vetarlo en marzo en el Congreso.
El Decreto de Necesidad y Urgencia N° 27/2018 que el Gobierno de Cambiemos había anunciado los primeros días de enero en pos de avanzar en la "reforma del estado", es un verdadero festival de compensaciones para los capitalistas.
El megadecreto permite a los bancos embargar las cuentas sueldos de los trabajadores; habilita a la ANSES a usar discrecionalmente sus fondos en la timba financiera; premia a los empresarios negreros con una reducción de las sanciones por declarar trabajo no registrado; abre las puertas a los despidos en el Estado y reduce los tiempos de las licitaciones en la obra pública.
Todo esto se da en un Gobierno donde desde el presidente y sus amigos son parte de las grandes constructoras que trabajan con el Estado.
El DNU, que copia frases textuales de los decretos menemistas del año 1991, fue rechazado por los bloques del FpV y el Frente Renovador, además de los aliados gubernamentales del Bloque Justicialista de Diego Bossio.
Sergio Massa y sus diputados del bloque del Frente Renovador realizaron una presentación judicial pidiendo que el DNU sea declarado inconstitucional porque consideran que le “adjudica al Ejecutivo facultades que avasallan las atribuciones del Congreso de la Nación, alterando las reglas del Estado de Derecho y la división de poderes que caracterizan al modelo republicano”.
Por otro lado, el guardaespaldas del macrismo, Miguel Angel Pichetto, jefe del bloque de senadores del justicialismo manifestó su oposición: “Tocaron el fondo de sustentabilidad de Anses, le facilitaron a su titular a realizar fideicomisos o dar préstamos a terceros, modificaron regulaciones del Senasa. Hay un montón de temas que son excesivos e implica un ejercicio abusivo de las facultades del Poder Ejecutivo”, sostuvo el rionegrino.
El despegue de Picheto y del Bloque Justicialista en diputados con respecto del macrismo es todo un dato de cómo ha quedado el escenario político luego de las jornadas del 14 y 18 de diciembre del 2017.
Es una señal de la crisis en que quedó el PJ luego de haber acompañado al macrismo en el saqueo a los jubilados y su necesidad de reposicionarse frente a un Gobierno que los expuso como representantes de una ley abiertamente antipopular.
El recurso del DNU se presentó como una necesidad para Macri habida cuenta del altísimo costo que debió pagar por la votación de la reforma previsional. El bonapartismo de los DNU es la continuidad del intento de imponer las leyes a punta de pistola del 14 y 18 de diciembre, pero luego de haber dilapidado el capital político de la victoria electoral de octubre.
En este sentido, no es más que una muestra de debilidad del oficialismo para imponer sus condiciones a bloques políticos que durante sus dos primeros años de gestión le han votado casi un centenar de leyes fundamentales para avanzar en el ajuste.
Los bloques opositores que acompañaban a Cambiemos no estarían viendo la ganancia de seguir acompañando a un Gobierno que parece haber perdido el control de los acontecimientos.
En todo caso los diputados de la oposición más conciliadora, y en particular aquella ligada a los gobernadores, pueden estar calculando que su apoyo político a los proyectos oficiales hoy se cotiza a un precio mucho mayor que el que venía siendo, en medio de las discusiones para votar una reforma laboral en cuotas.
El rechazo al DNU podría llegar a derivar en la confluencia de todas las fuerzas de la oposición en un voto unificado que sea un nuevo traspié para el Gobierno, como fue la experiencia parlamentaria del 14 de diciembre contra la reforma previsional. La diferencia es que en aquella ocasión, con los diputados de la izquierda como Nicolás Del Caño y Myriam Bregman en primera línea, fue la extraordinaria movilización obrera y popular y la feroz represión desatada contra la misma por Gendarmeria, la que obligó a los bloques opositores a negarle el quorum a Cambiemos.
En el caso del DNU, según declaman, de no avanzar la impugnación judicial unirían sus votos para voltear en las cámaras del Congreso dicho decreto. Si ello sucede el macrismo estaría a las puertas de una derrota política en su intento de gobernar con el método bonapartista del DNU.
Facundo Aguirre
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