El escándalo abierto por el maltrato, trabajo en negro de años y el despido de su empleada por parte de Jorge Triaca va alcanzando niveles de crisis. El jefe de gabinete, Marcos Peña, salió a respaldar públicamente al funcionario (“es un error, pero no le costará el cargo”) en momentos en que circulan rumores periodísticos sobre una salida del ministro y algunos medios barajan al vicejefe de gobierno porteño Diego Santilli como su posible reemplazante.
La creciente repercusión del affaire Triaca no es gratuita: la población ha reconocido en estos hechos un retrato de cuerpo entero del gobierno macrista. Peña se afana en reforzar la versión de Triaca de que los insultos dirigidos a la trabajadora fueron un “exabrupto”, cuando es fácil ver en ellos la punta de un iceberg: el titular de la cartera laboral mantuvo a la casera Sandra Heredia durante tres años en negro, tras los cuales la hizo expulsar de la casa que ocupaba con la violencia de dos guardaespaldas, según la denuncia de Heredia al portal Opi Santa Cruz.
El escándalo reveló también la corrupción de la mentada lucha del macrismo contra las “mafias sindicales”: tras la declaración de Heredia de que parte del sueldo que le pagaba Triaca provenía de un cargo en el Somu se destapó que son cerca de 250 las personas colocadas allí por el macrismo, transformado en una caja del oficialismo luego de la intervención del sindicato de obreros marítimos que siguió a la detención del burócrata “Caballo” Suárez. A la mujer a cargo de este manejo discrecional, Gladys González, el gobierno la premió con el segundo lugar en la lista de candidatos a senadores de la provincia de Buenos Aires en las últimas elecciones.
Por estas horas, los abogados del “Caballo” Suárez (¡nada menos!) se dan el lujo de correr a Triaca en la justicia con denuncias de falta de transparencia y posible comisión de delitos.
Triaca capitanea un ministerio antiobrero y es parte de un gobierno que promueve una reforma laboral reaccionaria, paritarias a la baja (el techo que manejan para este año es de 15%), maniobras antisindicales (ataque a los sindicatos simplemente inscriptos, decretazo contra la paritaria nacional docente), y un largo etcétera de connivencia con las patronales y perjuicio contra los trabajadores.
Tomás Eps (@tomaseps)
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