domingo, 12 de marzo de 2017

Bendición papal para Macri y Vidal



Mientras el informe de la UCA sobre la pobreza contiene no pocos guiños al Gobierno, un referente del Movimiento Evita pide levantar el paro docente.

El documento emitido el jueves por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA implicó un golpe para el Gobierno nacional. Si los tres días anteriores, los cuestionamientos había venido de las masivas movilizaciones en las calles, en este caso vino del terreno de las estadísticas.
Al informe de la UCA se sumó además la difusión de la inflación de febrero por parte del Indec. El porcentaje fue de un 2.5 %, con fuerte peso de la suba de los alimentos. Una anualización de los datos oficiales del primer bimestre supera largamente el miserable 19 % ofrecido ayer por el Gobierno de Vidal a los docentes.
Ambos datos ponen en jaque el (mini) relato que intentó desplegar el Gobierno nacional en las últimas semanas. Ese que afirma que “vamos por el buen camino”, con el que Macri abrió las sesiones legislativas hace diez días, y con el Marcos Peña “enfrentó” la masiva movilización convocada por la CGT.
Sin embargo, a pesar de la dureza de los datos, el documento emitido por el Observatorio de la Deuda Social tiene no pocos gestos de “buena onda” hacia el Gobierno. Destaquemos algunos.
En relación a los informes del Indec, el documento empieza reivindicando “la recuperación y difusión de información estadística confiable por parte de este organismo gubernamental constituye sin duda un cambio muy positivo”.
Pocas líneas más abajo hace propio el discurso con el Cambiemos justifica el ajuste en curso. Se lee que “la situación socioeconómica no siguió un derrotero lineal a lo largo del período de los Bicentenarios objeto de análisis (…) en la etapa 2012-2014, volvió a evidenciarse un proceso de estancamiento en la generación de empleo y de deterioro social en un contexto inflacionario. Durante 2015, sin grandes cambios, la falta de inversión, el creciente déficit público y otros desajustes macroeconómicos, habrían puesto a la economía en un callejón sin salida”. El resaltado es nuestro, aclaremos.
Precisamente ahí es donde el documento señala que “en la fase reciente -a partir de 2016- las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política anti-inflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”.
El condicional (“habría”) está demás. O, en todo caso, es parte del guiño al oficialismo.
El documento añade además que “en el segundo semestre se registró una baja notoria en el ritmo inflacionario y, al final del mismo, habría tenido lugar una efectiva recuperación del empleo”.
Finalmente se señala que “esta situación fue amortiguada, tanto en el segundo como en el tercer trimestre, por actualizaciones establecidas por ley en los montos jubilatorios, pensiones y programas sociales, entre otras medidas compensatorias”.
En una suerte de “perdón divino” a la política de ajuste de Cambiemos, se añade que “los niveles actuales de pobreza se asemejan a escenarios como los de 1983, 1987, 1994 o 2009 (…) destaca la dificultad histórica de “perforar” un piso estructural de pobreza de 25-30%”.
Que el documento contenga estos pequeños guiños hacia el oficialismo no implica que los datos no muestren, además, el fracaso de la llamada “década ganada” a la hora de terminar con la pobreza estructural. Máxime cuando hubo varios años de crecimiento a “tasas chinas”.
Estos pequeños guiños no son lo único que viene desde el Vaticano hacia la gestión de Cambiemos. El recibimiento del papa Francisco a la gobernadora Vidal en el momento mismo del inicio de la paritaria provincial docente, es un gesto que va en el mismo sentido.
Pero además, las organizaciones sociales que -aunque se esfuercen por negarlo- aparecen directamente alineadas con la Residencia de Santa Marta ponen su granito de arena para aportar a la gobernabilidad.
El mismo jueves fue Fernando “Chino” Navarro, dirigente del Movimiento Evita, quien difundió un tweet claramente favorable al Gobierno de Vidal.
Bajo el discurso de defensa del reclamo docente, se pide claramente que se levante el paro en curso. La consecuencia fue la lluvia de críticas en la red social del pajarito. Más tarde, el mismo día Navarro intentó “aclarar” y dijo que “nos equivocamos si culpamos sólo a los docentes porque los pibes no estén en sus aulas. El mayor responsable es el gobierno de @mariuvidal".
Entonces, hay que echarle la culpa a los docentes, pero no toda la culpa. Obviamente, las críticas siguieron.
A esto se puede agregar que las organizaciones sociales ligadas al Vaticano decidieron levantar una “asamblea popular” que iba a tener lugar el próximo lunes, cuando se cumplan 4 años de papado de Francisco. La decisión coincide con la -más que tardía- reglamentación de la Ley de Emergencia Social por parte del oficialismo.
En lugar de una fuerte movilización que volviera a ocupar el centro de la Cuidad de Buenos Aires, habrá cortes en diversos puntos del país, recién el miércoles. Juan Grabois, referente del espacio, salió ayer a “desmentir” al diario Clarín y resaltar que “estamos endureciendo nuestra posición, no ablandándola”. La defensa, como ocurre en estos casos, suena a auto-inculpación.
En octubre pasado, luego del segundo encuentro entre Macri y el papa en Roma, escribíamos que “no sobró la simpatía por parte del pontífice. Pero la imagen dejó una estela de mayor aceptación que aquella que recorriera el mundo en febrero pasado. El papado romano se sumó, formalmente, a la operación que garantiza la llegada de Macri a 2017”.
En el marco de la continuidad de inflación y despidos, escándalos como del Correo Argentino y un creciente descontento general hacia la gestión de Cambiemos, el Vaticano sigue haciendo los oficios para garantizar que Macri pueda seguir su camino hacia octubre.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

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