domingo, 19 de marzo de 2017

24 de Marzo: sobran razones para marchar con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia



Junto al repudio del genocidio y el homenaje a los 30 mil desaparecidos, la movilización popular tiene el desafío de plantar una bandera independiente tanto del Gobierno como de la “oposición” peronista.

El próximo viernes se cumple un nuevo aniversario del comienzo de la dictadura cívico-militar, ese proceso genocida que atacó a una amplia vanguardia de la clase trabajadora y los sectores populares en Argentina.
Como todos los años habrá actos, charlas y puestas artísticas. Y como es tradicional, el mismo 24 miles saldrán a las plazas y calles de muchas ciudades argentinas a repudiar aquel golpe pero también a denunciar las represiones y las impunidades del presente.
Este nuevo aniversario se da un contexto particular: por un lado el ajuste, la inflación, los despidos y las penurias económicas que atraviesa el pueblo trabajador desde hace tiempo son un motor de indignación y lucha callejera.
Por otro lado, quienes habitan la Casa Rosada están empecinados en desarrollar al máximo el negacionismo sobre lo ocurrido entre 1976 y 1983, desde el número de desaparecidos hasta los efectos económico-sociales de ese proceso, pasando por la reinstalación de la teoría de los dos demonios y la “guerra sucia”. Es que gran parte del personal político de Cambiemos está notablemente ligado a sectores que participaron o que reivindican la dictadura.
En ese marco una primera conquista fue hacer retroceder al Gobierno en su intento de transformar el feriado del 24 en una fecha “comodín”, intercambiable según las necesidades del mercado turístico y borrándole todo su simbolismo.
Pero hay otro aspecto que este año cobra un significado especial. Es el intento del peronismo, y sobre todo de su ala kirchnerista, de utilizar esta movilización como punto de apoyo para fortalecerse como variante “opositora” de cara a las elecciones de este año.
Tan es así que mientras desde ese sector político acusan al macrismo de ser todo lo derechista y progenocida que es, ocultan con descaro que donde aún gobiernan son tan ajustadores como Macri y Vidal (el caso paradigmático es Santa Cruz y su Gobernadora Alicia Kirchner) y que vienen siendo verdaderos cómplices (junto al massismo) del ajuste de Macri, votando gran parte de las leyes que propone el Ejecutivo.
Pero no sólo eso. El kirchnerismo también tiene su propio “negacionismo”. Niegan, por ejemplo, que son los que sostuvieron durante años al genocida César Milani al frente del Ejército, dándole la espalda y ninguneando las denuncias certeras de sobrevivientes y familiares de víctimas del genocidio.
Y niegan también que durante doce años aplicaron el espionaje político y la criminalización de la protesta obrera y popular, con la Ley Antiterrorista, el Proyecto X, las represiones de Sergio Berni en la Panamericana y el sostenimiento de comprobados servidores de la dictadura como Gerardo “Batallón 601” Martínez.
El desafío de la movilización de este 24 de marzo será, entonces, el de ser una manifestación de lucha contra el gobierno ajustador y negador del genocidio y a su vez contra el intento kirchnerista de relegitimarse como “oposición” patronal.
La operación política de la dirigencia kirchenrista no por obvia deja de ser audaz. Bajo el paraguas de los organismos de derechos humanos “tradicionales” que apoyaron al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, organizaciones como La Cámpora se proponen “taponar” la Plaza de Mayo para impedir que el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (integrado por decenas de organismos de derechos humanos, organizaciones gremiales, estudiantiles, culturales y partidos de izquierda) pueda hacer su histórico acto independiente frente a la Casa Rosada, denunciando al terrorismo de Estado y a las represiones y la impunidad del presente.
Ese intento del kirchnerismo se viene expresando en maniobras varias, como posibles cambios de horario de su marcha e incluso amenazas de “copar” los accesos a la Plaza de Mayo con “delegaciones” aportadas por intendentes del Conurbano.
Por eso el Encuentro Memoria Verdad y Justicia tiene el desafío de impedir esos intentos del peronismo. Pero no sólo por una cuestión de “fuerzas” sino también por una razón política concreta y elemental. Sólo el EMVJ fue el que denunció cada 24 de marzo de los últimos años todas las violaciones a las libertades democráticas del pasado pero también del presente.
Fue el EMVJ el que denunció la impunidad reinante alrededor de casos como el los de Jorge Julio López y Silvia Suppo, o las represiones violentas que se cobraron vidas como las de Carlos Fuentealba, de los originarios qom en Formosa, de los inmigrantes sin techo del Parque Indoamericano, de los habitantes de San Martín en Jujuy.
Fue el EMVJ el que denunció con todas las letras a los culpables materiales e intelectuales y a los cómplices del vil asesinato de Mariano Ferreyra.
Fue el EMVJ el que denunció la maniobra estatal de juzgar sólo a un puñado de genocidas ya inservibles mientras el aparato militar-policial-de inteligencia se mantenía intacto e incluso se fortalecía en recursos humanos y materiales como parte de un plan de recomposición represiva. Desde esa perspectiva es que hay que leer el “caso Milani”, donde en pocos años ese general pasó de fotografiarse junto a emblemáticos pañuelos blancos a estar preso y procesado por secuestrar y torturar a detenidos desaparecidos.
Y si el EMVJ fue el único que denunció consecuentemente todo eso fue porque desde el kirchnerismo (incluso desde sus sectores más progresistas) hubo una cerrada defensa del Gobierno aún a costa de caer en peligrosos “negacionismos” con consecuencias lamentables.
Quienes realmente están dispuestos a luchar contra los planes de ajuste y la represión del Gobierno de Mauricio Macri y de las y los diferentes gobernadores, sean del signo político que sean, este 24 de Marzo tienen una cita de honor junto al Encuentro Memoria Verdad y Justicia. Y para llenar la Plaza de Mayo y todas las plazas del país es necesario dar una pelea consecuente en cada sindicato, cuerpo de delegados, centro de estudiantes y demás espacios para convencer de la necesidad de organizar una gran movilización independiente.
Este 25 de marzo se cumplen 40 años del asesinato y desaparición de Rodolfo Walsh a manos del Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA. Y también de la publicación de su emblemática Carta Abierta a la Junta Militar. Ése es, sin lugar a dudas, otro gran motivo para movilizarse junto al ENMJ.
La abogada Myriam Bregman, dirigente del PTS y del Frente de Izquierda, representó a la querella de Patricia Walsh en el juicio contra los genocidas de la ESMA desarrollado entre 2009 y 2011. En 2006 patrocinó también a la querella de la que formaba parte Julio López. Y como defensora de luchadores obreros y populares fue la denunciante en 2011 del Proyecto X implementado por la Gendarmería de Cristina Fernández de Kirchner.
En otro artículo publicado en este sitio Bregman manifestó que “nuestra respuesta debe ser enorme, masiva y en las calles. Que tiemblen todas las plazas del país este 24 de Marzo. Estamos organizando junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia una gran marcha a Plaza de Mayo que repudie las políticas de ajuste y represión de Macri y los gobernadores y que diga bien fuerte: ¡perpetua a Milani y a todos los genocidas! ¡Son 30.000, fue genocidio!”
Decimos junto a Myriam Bregman que este 24 de marzo “tenés que estar, porque sólo movilizados vamos a parar la ofensiva de la derecha, de los empresarios que se beneficiaron con el genocidio y que hoy quieren garantizar su impunidad”.

Gloria Pagés
Hermana de desaparecidos | CeProDH | @Gloria_Pages

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