El acto organizado por Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas e HIJOS fue un acto de pura cepa kirchnerista.
Con reivindicaciones expresas de los gobiernos de Néstor y Cristina, la lectura del documento central fue acompañada sistemáticamente por el grito de “vamos a volver”, alentado desde el palco.
Un párrafo especial merece la celebración que hizo el documento de la detención de César Milani, sin señalar que fue jefe del Ejército de Cristina Kirchner. El documento tampoco dijo nada sobre el silencio oficial frente a la segunda desaparición de Jorge Julio López.
Prolífico en denuncias contra Macri y los grupos empresarios que apoyaron el golpe, el encubrimiento de las responsabilidades políticas de los K fue -sin embargo- la tónica que marcó el discurso.
Todo el documento se vertebró a partir de una supuesta oposición entre el gobierno de Macri, presentado como restaurador de las políticas económicas de la dictadura, y el ‘gobierno popular’ de Néstor y Cristina.
“Han reinstalado un plan económico de exclusión”, o “quieren que volvamos a los tiempos de la flexibilización laboral”, denunció el documento, omitiendo deliberadamente que bajo el kirchnerismo la precarización laboral y la tercerización fueron la regla, abarcando a casi la mitad de los trabajadores, o que la pobreza alcanzó al 30% de la población. También fue soslayada la connivencia de los gobernadores del Frente para la Victoria con las políticas de ajuste. Mientras el documento expresó su apoyo a los docentes, Alicia Kirchner los persigue en Santa Cruz. Las denuncias a la política de endeudamiento del macrismo no dieron cuenta de que CFK se jactó de ser una pagadora serial de la deuda.
Con razón, el documento mencionó las responsabilidades de la clase capitalista, los grandes medios de comunicación y el Poder Judicial en el golpe genocida, pero omitió deliberadamente la complicidad de la burocracia sindical y de los partidos que aportaron intendentes a la dictadura, como el PJ. Ocurre que el kirchnerismo apunta a cerrar filas con el pejotismo en las elecciones de octubre.
El documento proclamó el apoyo a las luchas de AGR-Clarín y Textil Neuquén, entre otros, pero también a las “pymes y pequeñas y medianas empresas nacionales”, afectadas por la apertura de importaciones. En esa línea, no denunció a la ‘industria nacional’ que despide y transfiere a los trabajadores la factura de la crisis. Tampoco hubo una sola referencia al paro general del 6 de abril.
En contraste, el acto del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia hizo una denuncia integral de la impunidad y la represión y planteó la necesidad de una lucha contra el ajuste de Macri y los gobernadores de todos los palos políticos.
Gustavo Montenegro
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