sábado, 18 de julio de 2015

Línea 60: importante logro a favor de los trabajadores en lucha



María Victoria Moyano Artigas, nieta restituida e incansable luchadora por los derechos humanos, al enterarse de la situación en la que se encuentran los choferes y técnicos en la cabecera de Constitución de la empresa Dota, no dudó en solidarizarse para impedir que se vulneren los derechos más elementales de los trabajadores en lucha contra el lockout patronal y los 53 despidos. Línea 60: importante logro a favor de los trabajadores en lucha

Vicky Moyano, como la conocen sus compañeros del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), denunció ante la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación la grave situación que padecen los compañeros de la Línea 60 que sólo ejercen su derecho a reclamar.
Fue junto al premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, las Madres de Plaza de Mayo Elia Espen y Mirta Baraballe, los ex detenidos desaparecidos de la Ford Carlos Propato y Pedro Troiani y Graciela Rosemblum, presidente de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, junto a los dos miembros del cuerpo de delegados de la emblemática Línea 60, Javier Sponda e Iván Iza, los abogados de los trabajadores Nicolás Espósito y Andrea Forgueras, además de Carlos Artacho y Mariela Pozzi, delegados telefónicos de la Agrupación Violeta.
Tan difícil era la situación de los trabajadores que desde hace 5 días la Policía Federal, comisionada por la jueza María Servini de Cubría, mediante un cerco perimetral, les impedía el suministro de víveres, abrigo y medicamentos. Uno de los trabajadores es insulinodependiente y otro se encuentra con un cuadro de bronco espasmo. Pero les negaban el tratamiento necesario. A su vez, la policía, con el correr de los días, fue avanzando con el vallado, cercando en un perímetro limitado a los trabajadores y tomando posesión del predio. Todo esto con el visto bueno de la patronal de Monsa que busca de esta manera desgastar a los trabajadores y quebrar la lucha.
Sin embargo, ante la insistencia de la delegación para denunciar los atropellos cometidos contra los trabajadores, literalmente secuestrados, se logró la intervención de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación para retrotraer la situación.
Desde el lunes 13 de julio los 22 trabajadores son impedidos de abandonar las instalaciones de la empresa, luego de un importante operativo policial, que imposibilita a los empleados realizar cambio de turno para mantener la medida. Es la empresa que con una denuncia penal señala a los trabajadores como causantes del conflicto, cuando en realidad, ella misma les niega el derecho al trabajo poniendo a circular las unidades móviles, al imponer un lockout ofensivo, que impide el normal funcionamiento del servicio público, que con 19 ramales une Constitución con Escobar y transporta a 250 mil pasajeros diariamente.
El conflicto de la emblemática y combativa línea 60 lleva ya 24 días sin una respuesta a la vista. No hay ningún canal de diálogo abierto. El día jueves nuevamente se movilizaron al Ministerio de Trabajo para solicitar la intervención del Estado Nacional. El mismo Estado que subsidia con 34.000.000 millones de pesos mensuales a DOTA Monsa por las 340 unidades y que los empresarios se guardan en sus bolsillos 9.600.000, según denuncian los propios trabajadores.
El conflicto se inició por el cansancio de los trabajadores ante tanta prepotencia patronal de persecución sindical y discriminación laboral, cuando se despidió al chofer Ariel Benítez. Desde ese momento los trabajadores en asamblea de sus tres cabeceras (Maschwiz, Rincón y Constitución) decidieron poner fin al avasallamiento empresario y salir a las calles a prestar servicio sin cobrar boleto, medida que despertó gran simpatía en el público usuario. Desde ese momento han recibido importantes muestras de apoyo y solidaridad como la apertura de molinetes de los trabajadores del subte de la línea B y el aporte económico de 15 mil pesos de los diputados nacionales por el PTS/FIT Myriam Bregman y Nicolás del Caño. A su vez cuentan con el apoyo de sus familias, donde las esposas de los chóferes han formado comisiones de mujeres en las cabeceras para sostener y moralizar la lucha.
Los trabajadores de la combativa línea 60 tienen que triunfar.

Mariela Pozzi

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