sábado, 25 de julio de 2015

Las subas en la tasa de interés, el dólar y la transición de cara al 9 de agosto



Luego de la escalada del dólar paralelo, el Banco Central dispuso la suba de interés pasivas de plazos fijos y amplió el umbral de depósitos permitidos para estabilizar el mercado cambiario. Otra medida riesgosa y de corto alcance ante las PASO.

Las medidas monetarias adoptadas el jueves 23 por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), que preside Alejandro Vanoli, se alinearon con la estrategia discursiva del gobierno de los últimos días de poner “paños fríos” a los mercados de cara a las elecciones primarias del 9 de agosto. Mientras Aníbal Fernández negaba la posibilidad de una nueva devaluación de la moneda hasta diciembre y la presidenta de la Nación Cristina Kirchner afirmaba desde Río Gallegos que las corridas cambiarias “no existen”, Vanoli anunciaba una batería de medidas del BCRA “para estabilizar el mercado financiero y acotar la volatilidad”.
Lo cierto es que la cotización del dólar en el mercado paralelo alcanzó el martes la marca de $15,15, la más alta desde septiembre de 2014, lo que llevó la brecha entre el dólar “blue” y el oficial a más del 60%. Este valor fue apuntalado por la incertidumbre del panorama electoral hacia las elecciones de agosto que, según especialistas, es una presión “normal” en épocas electorales.
Sin embargo, esa presión tiene valores concretos en estos días que poco tienen que ver con una situación de normalidad en la arena política en el marco del fin de los gobiernos kirchneristas. Cualquiera sea el ganador del recambio presidencial de octubre sabe que “los mercados” están a la espera de una nueva elevación del tipo de cambio, sectores concentrados de las finanzas y los mercados exportadores quisieran ver revalorizadas sus oportunidades especulativas y de negocios.
Así lo demostraron el martes pasado generando una subida del dólar en rechazo a las declaraciones de Mauricio Macri quien daba indicios de continuidad con ciertos lineamientos kirchneristas, luego de los comicios de la Ciudad de Buenos Aires que dieron por ganador a Larreta en una ajustada elección.
Las modificaciones anunciadas por Vanoli regirán a partir del próximo lunes y consisten en un nuevo piso para tasas de interés pasivas de los plazos fijos, el aumento de 350 mil a un millón de pesos el umbral de depósitos para la colocación a tasa de interés y la autorización a personas jurídicas a poder realizar dichos depósitos. Es decir, una búsqueda de atraer el ahorro hacia la banca local en pesos y desviarlo del destino cambiario.
El piso de tasa de interés para plazos fijos por hasta 90 días se elevó a 25 por ciento anual, mientras que para plazos mayores la tasa variará desde 25,6 a 26,2 por ciento, de acuerdo al monto de la colocación, en tanto los depósitos a 30 días tendrán una tasa mínima de 23,58 por ciento. Pero el dato más importante, a pesar del supuesto combate a la especulación, es la posibilidad de aumentar la rentabilidad de los plazos para montos que se alejan del “pequeño ahorrista”, alcanzando el millón de pesos e incorporando a las personas jurídicas.
El jefe de Gabinete señaló ayer que las medidas del Banco Central tendrían como principal objetivo “incentivar el ahorro en pesos” y no el objetivo de frenar la opción de ahorro en dólares, pero es evidente que el propio carácter de la medida apunta a calmar las aguas en el mercado cambiario. En esos términos se desarrolló la discusión de distintos economistas a favor y en contra de la medida, incluido el propio Vanoli quien reconoció el mismo jueves que las medidas tienden a “alejar las presiones (devaluatorias) que se han visto en estos días”.
Esta preocupación por mostrar una “economía equilibrada” se escucha en voz de los propios funcionarios. "Lo que se ha producido no se corresponde con los datos objetivos de la economía, tanto si tomamos los oficiales como los de los privados", sostuvo Vanoli. “Con esto se busca que los ahorristas no entren en pánico ante la proximidad de las PASO” y los rumores devaluatorios, declaró Aníbal Fernández en relación a las medidas del BCRA.
La decisión de subir las tasas y permisos de los plazos fijos habría impactado en las expectativas del público con efectividad en lo inmediato en lo que hace a la cotización del dólar paralelo. El mismo retrocedió ayer 15 centavos, cerrando en un promedio de $14,50, aunque este movimiento también habría estado vinculado con una jugada extra del gobierno. Por tercera rueda consecutiva, organismos públicos liquidaron bonos soberanos para reducir el precio del llamado dólar “contado con liquidación”, un tipo de cambio que suele ser referencia del dólar “blue”.
Lo que nadie dice, por otro lado, es que el peligro de los incrementos en tasas pasivas se traduzcan en presiones a la suba de las tasas de interés activas, con su correlato en el enfriamiento de la economía que intenta a duras penas salir de la recesión con incentivos a la demanda de consumo.
Por otro lado, el Banco Central compró ayer 30 millones de dólares aumentando en 2 millones las reservas internacionales, que alcanzarían 33.915 millones según datos preliminares de la autoridad monetaria, no obstante se estima que las compras de la moneda norteamericana por la entidad no alcanzarán los valores adquiridos el mes pasado por una reducción en las exportaciones.
Más allá de las volatilidades coyunturales y las medidas paliativas del gobierno, la posibilidad latente de las corridas y la incertidumbre planteada es una consecuencia directa del balance económico de la política oficial estos últimos 12 años de gobierno. La política de “pagadores seriales” de los servicios de deuda externa genera que sólo este año se vayan del país unos u$s 15 mil millones de dólares, además de los problemas en el frente comercial externo y principalmente la matriz extranjerizada de la economía que produce una constante sangría de dólares por remisión de ganancias.

Lucía Ruiz

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