martes, 7 de julio de 2015

El NO de los trabajadores y la juventud en el referéndum griego



El voto NO en el referéndum griego expresó un rotundo rechazo de los trabajadores, los parados, la juventud y los pobres de la ciudad y el campo al terrorismo económico de la Troika.

En el referéndum del pasado domingo el “OXI” (NO) obtuvo un amplio triunfo sobre el “NAI” (SI) por más de 23 puntos de diferencia. Tsipras y el gobierno de Syriza aspiran a convertir el “mandato” del NO en un SI “moderado” a la Troika.
En las 13 regiones del país, la expresión del rechazo a las políticas de ajuste y expoliación del pueblo griego fue contundente: 61.3% contra 38.69%. Pero detrás de estos porcentajes generales, subyace el contenido social profundo de un voto que evidenció marcadas líneas generacionales y de clase.

Un intenso componente de clase en el voto

Un interesante análisis publicado en Efymerida, explica con los “datos duros” de la estadística cómo las urnas enviaron un fuerte mensaje desde los barrios obreros y populares de Atenas, donde el NO ganó con abrumadora diferencia sobre el SÍ.
Es revelador que el NO sacó un 79,20% en el municipio de Agropyrgou, 77,22 % en Phyli, 76,64 % en Perama, 75,25 % en Acharnes, en el municipio de Keratsiniou-Drapetsonas 72,84 %, en Nikaias-Agia Ioanni Renti 72,61 %, en Agia Varvara 72,75 %, en Elefsina 71,88 %, en Lafreotiki 71,81 %, en Tafro 71,28 %, en Aigaleo 70,68 % y en Peristeri 70,31 %.
Todos estos municipios son las principales barriadas obreras y populares de Grecia, muchas de ellas, bastiones tradicionales del Partido Comunista Griego (KKE), una organización estalinista cuya posición en las elecciones llamando a la anulación del voto sin establecer ninguna táctica de frente único (ni tan siquiera un diálogo) con millones de trabajadores que se inclinaron por el NO –incluida su propia base-, expresó un sectarismo extremo.
En los suburbios ricos del norte y del sur, por el contrario, la orientación del voto fue exactamente inversa. En las zonas burguesas se registraron altas tasas para la SI, como en Ekali (84,62 %), Dionisio (69,78%), en Vouliagmeni (66,27 %), en Kifissia (64,59 %) en Drosia (65,42 %) y Voula (63,88 %).
Estos datos se corroboran a su vez en el análisis demográfico general del voto NO. Un estudio realizado por Public Issue arroja datos reveladores.
Según la ocupación de los votantes, el carácter de clase del voto NO es notorio: 79.9% entre los empleados del sector público, 71.3% entre los trabajadores del sector privado, 72.9% entre los parados, 65.2 % entre los campesinos y pescadores. Hasta un notorio 61.4 % entre los pequeños comerciantes y tenderos.
Una tendencia que desciende entre los empleadores y cuentapropistas (57.7 %), los profesionales (49.9 %), y los empresarios (56.7 %). Y un dato revelador, desciende aún más entre los pensionistas (tanto públicos como privados), que arroja resultados del 48% en ambos casos, aunque la prensa capitalista sostuvo en los días previos al referéndum exactamente lo contrario.
Por género, los datos de Public Issue arrojan resultados similares: un 60.2 % de varones y un 62.5% de mujeres votaron por el NO.
El “campo del NO” agrupó claramente a la mayoría de los trabajadores de las ciudades, el campo y los puertos griegos, a los parados, la juventud y el pueblo pobre, que dijeron NO al saqueo y la miseria que promete la continuación de los planes de ajuste de la Troika.
Una verdadera demostración de fuerza de la clase obrera y el pueblo griego, en el marco de una descarada y reaccionaria campaña imperialista a favor del “SI”, bajo la amenaza de la expulsión del Euro y la catástrofe económica, junto con toda la oposición burguesa griega y los grandes empresarios, muchos de los cuales fueron denunciados por intentar aterrorizar a sus trabajadores con amenazas de cierres y despidos si ganaba el “NO”.

Juventud sin futuro

La diferenciación de clase, sin embargo, no es el único indicador que da cuenta del contenido social profundo del voto en el referéndum griego. También lo es su carácter generacional.
El estudio de Public Issue antes citado, también hecha luz sobre este aspecto. Según la edad de los votantes, el voto al NO fue masivo entre la juventud. Un extraordinario 85 % de jóvenes entre 18 y 24 años votaron por el NO, seguidos por un 72.3 % entre los de 25 y 34, 67.4 % entre 35-44 y 69.2 % entre 45-54. Entre los mayores de 65, invirtiendo la tendencia, el nivel cae a un 44.9 %.
Visto globalmente, el voto NO fue 2 a 1 entre la juventud griega, un resultado que muchos analistas habían previsto antes del referéndum y que puso los pelos de punta entre las elites del imperialismo europeo y la burguesía helena.
“Los jóvenes de Grecia fueron duramente golpeados por la crisis financiera, más que casi cualquier otro sector de la sociedad. El desempleo juvenil llega actualmente a niveles récord”, dice un artículo de The Guardian en el que entrevistan a tres jóvenes griegos que votaron no y subieron fotos en Instagram manifestando su voto.
Se reconocen todos como parte de la clase media. En algunos casos ni siquiera votaron a Syriza. Pero sus conclusiones expresan el sentimiento de un amplio sector de la juventud griega que ve cómo le han arrebatado el futuro.
“He votado que no, porque en todos estos años anteriores no ha cambiado nada y no ha mejorado nada. De hecho, sólo ha sido todo lo contrario. Ha sido una lucha sin ningún resultado”, dice Georgia Anastasiadou, una joven ateniense de 30 años.
“Los votantes del SI son en su mayoría personas que se han enriquecido en los últimos años anteriores por los gobiernos anteriores. Personas que poseen o trabajan en empresas nacionales y que están realmente atemorizados y afectados por la propaganda de los medios de comunicación.”
“Tengo 30 años, tengo un título universitario con un grado de maestría y no tengo trabajo en este momento. Todavía vivo con mis padres y mi futuro es incierto. La semana pasada mi contrato de trabajo terminó (…) Los medios de comunicación no muestran tales historias. Puedes sentir la ansiedad y la agonía de la gente que se pregunta qué será lo próximo.”
La juventud griega fue parte, junto con amplios sectores de la clase trabajadora, de muchos de los combates callejeros que incesantemente estremecieron a Grecia en los últimos años, en los que hubo 32 huelgas generales e infinidad de manifestaciones, ocupaciones de escuelas y universidades, enfrentamientos con la odiada policía griega heredera de la dictadura de los Coroneles.
Una juventud que ha sufrido los peores padecimientos de la crisis y que por ello mismo lucha por su futuro. Y el referéndum, fue para cientos de miles de jóvenes griegos la manera de decir NO a quienes quieren seguir arrebatándoselo.

El mandato del voto y la política de Tsipras

El masivo voto NO en el referéndum griego tuvo como motor a la clase trabajadora y la juventud, movidas por sus propias demandas y por el sufrimiento en carne propia de los efectos de una crisis capitalista que fue descargada sobre sus espaldas. El voto tiene un carácter de repudio a la Troika, sus planes de ajuste, sus memorándums y su prepotencia imperialista.
En su mayoría, esta es la base social del gobierno de Syriza-Anel. Es incluso una base ampliada, considerando los resultados de las elecciones del 25 de enero. Por ello, el resultado no sólo es un mensaje al imperialismo europeo, sino también al gobierno de Tsipras. Un mensaje rotundo e incómodo, ya que tiene el carácter de exigencia de terminar con la austeridad y el saqueo, avalado por una masiva manifestación en las urnas.
Sin embargo, el “mandato” del NO en las urnas, corre el riesgo de convertirse en pocas horas en un SI. Esa es una de las grandes paradojas del resultado del referéndum. Porque fue construido como una votación a favor o en contra el plan de máxima de la Troika, pero tras la histórica votación del domingo, ha fortalecido al gobierno que se propone en estos momentos a negociar con la misma Troika un “ajuste solidario”, que incluya la reestructuración de la deuda (aunque ni siquiera esto es seguro), a cambio de nuevas medidas de austeridad.
En el mismo momento que el Ministro de Finanzas griego, Yannis Varoufakis, renunciaba como una ofrenda de Syriza para amenizar la reapertura de las negociaciones, la Troika “reconocía” la voluntad popular del pueblo griego apretando aún más las clavijas y encareciendo el costo de mantener la liquidez de los bancos griegos.
El referéndum ha operado un cambio en un nivel que tal vez no sea todavía perceptible. Es el de la autopercepción de las masas de su propia fuerza. Este elemento vital, constitutivo por sí mismo de la relación de fuerzas entre las clases, es el principal activo que la clase trabajadora y la juventud griega tienen para enfrentar los combates por venir. Para que el NO a la Troika, el NO a la deuda y el NO al saqueo imperialista se impongan sobre los privilegios y la propiedad de los capitalistas.

Diego Lotito
Madrid | @diegolotito

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