miércoles, 22 de julio de 2015

La muerte de Mario Santucho



El 19 de julio de 1976 un Grupo de Tareas del Ejército argentino, encabezado por el capitán Juan Carlos Leonetti, irrumpía en el departamento de la calle Venezuela 3149, de Villa Martelli, donde caerá asesinado el líder del Ejército Revolucionario del Pueblo, Mario Roberto Santucho.

El Grupo de Leonetti había sido designado por el jefe de la inteligencia militar General Carlos Alberto Martínez con la tarea exclusiva de capturar a la dirección del PRT-ERP.
Sin embargo, la mayoría de los testimonios tienden a pensar que Leonetti llegó al domicilio del jefe del ERP siguiendo la pista del recibo de alquiler de un nebulizador donde figuraba la dirección del departamento, encontrado entre las ropas de Domingo Menna, miembro de la dirección del grupo guerrillero, secuestrado mientras esperaba a un representante de la dirección de Montoneros.
A partir de los datos obtenidos, el Grupo de Tareas llegó al domicilio de la calle Venezuela 3149, en Villa Martelli, donde luego de un intercambio de disparos caerán muertos, el propio Leonetti, Santucho y Benito Urteaga, mientras que los militares secuestraran a Liliana Delfino, compañera de Santucho, el hijo de dos años de Urteaga y la compañera de Menna, Ana María Lanzillotto embarazada de seis meses.
Los cuerpos de Santucho, Urteaga, Lanzillotto, Menna y Delfino jamás fueron encontrados y según testimonios de algunos militares que actuaron en Campo de Mayo, el cuerpo de Santucho fue exhibido como trofeo de guerra por los jefes militares.
El vil asesinato de Santucho y Urteaga fue la estocada final para la ya diezmada y en retirada organización del PRT-ERP cuya derrota política-militar había ocurrido en el Operativo Independencia en Tucumán, verdadera avanzada del genocidio, y en el desastroso intento de copamiento del Batallón de Arsenales 601 General Domingo Viejobueno del Ejército Argentino, donde cayeron 62 combatientes guerrilleros, la flor y nata del PRT-ERP.
Santucho sera el máximo referente de una tendencia política radicalizada que surgirá bajo el impacto directo de la revolución cubana y la guerra de guerrillas predicaba por Ernesto Che Guevara, quién planteaba hacer de toda la cordillera de los Andes, la nueva Sierra Maestra. El PRT- El Combatiente surgirá en 1968 de la escisión del PRT unificado que conformaron en 1965 el Frente Revolucionario Indoamericano Popular de los hermanos Santucho y del grupo trotskista Palabra Obrera dirigido por el legendario Nahuel Moreno, quien intentaba influir, sin mucha delimitación programática y estratégica, en el surgimiento de la vanguardia castrista en la Argentina.
Los partidarios de Moreno plantearan la idea de construir un partido revolucionario íntimamente ligado a la lucha y organización de la clase obrera industrial de las grandes concentraciones como vía de la revolución argentina. El sector de Santucho se propuso hacer un Ejército revolucionario que siguiendo los lineamientos generales de Ernesto Che Guevara enfrentara a las FF.AA. de la burguesía, a quien consideraban una fuerza militar de ocupación, postulando en sus comienzos que la vanguardia de la revolución era el proletariado rural del norte argentino.
Ocho días antes del Cordobazo, recordemos una fantástica acción insurreccional obrera y popular, el PRT- El Combatiente, aconsejaba llevar adelante acciones masivas solo donde “hubiera fuerza militar” para enfrentar la represión y proponía realizar “escaramuzas” para debilitar al régimen (El Combatiente, 21 de mayo 1969).
El Ejercito Revolucionario del Pueblo se fundara definitivamente en 1970, un año después del Cordobazo con el objetivo de constituir una guerrilla que llevé a cabo “la guerra popular como estrategia para la toma del poder” - poder burgués, poder revolucionario- entendiendo la misma no como la extensión de la insurrección mediante la auotorganización y armamento obrero y popular, sino como la constitución de una fuerza guerrillera que separe a los combatientes de la lucha de clases real y lleve adelante una lucha militar de aparatos contra las FF. AA. de la burguesía.
El ERP era concebido como una fuerza antiimperialista de carácter amplio que tenía por objetivo la liberación nacional. Complementariamente el PRT planteara la necesidad de un Frente de Liberación Nacional con las fuerzas progresistas del peronismo, el radicalismo y la izquierda reformista se hiciera cargo del poder.
Santucho en persona será protagonista de la mítica fuga del penal de Rawson de agosto de 1972, juntó a Enrique Gorriaran Merlo, Marcos Osatinsky y Fernando Vaca Narvaja, entre otros. Los sobrevivientes serán fusilados por la marina en la base naval de Trelew, sentando el precedente de lo que sucederá poco tiempo después. Herida de muerte por la movilización popular, la dictadura de la Revolución Argentina buscara concretar el Gran Acuerdo Nacional ideado por el General Alejandro Agustín Lanusse.
El resultado fue el fin de la proscripción del peronismo y el retorno de Perón con la finalidad de desviar el proceso revolucionario argentino. El PRT-ERP se abstuvo de dar una batalla político electoral por la independencia política de la clase trabajadora en las elecciones de 1973, contra la trampa del peronismo, llegando a tener incluso una fracción pro peronista, ERP-22 que llamó abiertamente a votar a la formula Campora-Solano Lima.
Luego de la asunción de Hector Campora y más tarde de Perón, quienes contaban con amplio respaldo entre las masas populares, el PRT-ERP en lugar de volcar su esfuerzo a luchar contra el Pacto Social y permitir que la clase obrera y el pueblo pobre pudieran romper con sus ilusiones y enfrentar al peronismo, el PRT-ERP siguió llevando a cabo su guerra de bolsillo contra los militares.
De esta forma brindó la excusa, con el copamiento del cuartel de Azul a principios de 1974, al recrudecimiento del Código Penal, impulsado por el propio Perón que aprovecho para echar a la Tendencia de su bloque de diputados por Televisión y para dar vía libre al accionar de las bandas terroristas de la Triple A.
Si bien el PRT-ERP logró gran inserción en fábricas, barrios y universidades, el eje de su accionar será la lucha guerrillera contra las FF.AA. por fuera de las necesidades de organización de los trabajadores, la lucha por influir en su conciencia y la autodefensa de la vanguardia obrera contra las bandas fascistas de la derecha peronista. Santucho consideraba que la consigna de milicias obreras para enfrentar a los fascistas una política espontaneísta que debía estar subordinada a la construcción del ejército guerrillero (Poder burgués, poder revolucionario).
Todo el esfuerzo del PRT-ERP y Santucho durante el periodo del gobierno peronista estuvo concentrado en organizar la Compañía del Monte Ramón Rosa Jiménez, en Tucumán, donde quería establecer una zona liberada que a imitación del Vietcong provocara la intervención militar imperialista y un consiguiente levantamiento nacional contra el enemigo. La respuesta de Isabel Perón fue la implementación del Operativo Independencia que llevo adelante un brutal plan de exterminio de la guerrilla y los militantes obreros y populares tucumanos, cuyo símbolo más tenebroso fue la Escuelita de Famaillá.
Frente a la prueba de la lucha de clases, el PRT-ERP siempre aposto al acuerdo con la izquierda peronista y el reformismo. Cercanos a Agustín Tosco, dirigente de Luz y Fuerza de Córdoba, fueron parte del sector que se negó a impulsar una Coordinadora Nacional para enfrentar el Pacto Social en el legendario plenario nacional del sindicalismo combativo y clasista convocado por la UOM Villa Constitución, en marzo de 1974. Frente al segundo Villazo, en marzo de 1975, cuando las bandas fascistas y la represión habían tomado de rehenes a los dirigentes de la UOM y sembraban terror en la población obrera de Villa Constitución, el PRT-ERP apostó todo a la carta militar ajusticiando al jefe de la policía rosarina Telemaco Ojeda por fuera de toda consulta con los dirigentes de la huelga y las asambleas obreras.
Pero el punto más alto del divorcio entre la estrategia y política del PRT-ERP y la lucha de clases real se produce en las huelgas generales de Junio y Julio de 1975, primer huelga general contra el peronismo en la historia, que dieron lugar a las Coordinadoras Interfabriles, derrotaron al plan Rodrigo y echaron a López Rega del gobierno.
En dicha ocasión el PRT-ERP careció de política propia y Santucho fue completamente ajeno a esta gran acción del movimiento de masas, al punto tal que estuvo durante todo ese tiempo de crisis y convulsión de la base obrera con el peronismo en el monte tucumano. A su regreso, cuando el gobierno de Isabel aún pendía de un hilo, se celebro la reunión del Comité Central, Vietnam liberado, que votó como resolución proponer un frente democrático a los Montoneros, que impulsaban la reconstrucción del FREJULI con el Partido Autentico y el Partido Comunista que predicaba una gabinete cívico-militar con Isabel.
La muerte de Santucho y la desaparición de sus restos, confesada por el mismisimo Jorge Videla, habla de la saña del genocidio como plan de exterminio de todo un grupo nacional, una masacre perpetrada contra la militancia obrera, juvenil y popular con el objetivo de recomponer el orden burgués y reconstruir sobre las bases dictadas por el imperialismo al capitalismo semicolonial criollo. Pero también ofrece la oportunidad de extraer lecciones de las generaciones que han combatido y de sus batallas.

Facundo Aguirre

No hay comentarios:

Publicar un comentario