jueves, 1 de noviembre de 2007

CNN no me puede robar la alegría.


Por Felipe de J. Pérez Cruz

Son las 2:30 de tarde aquí en Chiclayo, localidad norteña de la hermana Perú. Acabo de conocer por CNN en Español, la inmensa victoria de mi país en la ONU. Por decimosexta ocasión consecutiva la comunidad internacional condenó en la Asamblea General de Naciones Unidas, el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, al votar 184 países a favor de que cese esa genocida política.
La televisora me brinda un paneo de la Asamblea, la mesa de la victoriosa delegación cubana y menos de un minuto de declaraciones del canciller Felipe Pérez Roque. Aún con la emoción que la noticia me produce, escucho a la locutora anunciar su conexión con La Habana, pensé en los rostros de mis compatriotas, héroes anónimos de esta votación, pero de inmediato CNN me intentó robar la dicha. Me obligó a escuchar las declaraciones de un mercenario anunciado como disidente.
Este bárbaro apátrida sin el menor pudor, en desfachatado acto de genuflexión, critica a la Asamblea General de la ONU por su acuerdo a favor de la vida del pueblo cubano y -con la distendida anuencia de la televisora norteamericana-, se extiende en descalificar las declaraciones del canciller cubano….
No es noticia que CNN en español, cumple la misión de instrumento de la política de desinformación y agresión cultural del imperio estadounidense en Nuestra América. Pero hay que reconocerle que en tal tarea se ha esforzado por parecer lo contrario. Y aunque la loba siempre loba es, se muestra como campeona en el ejercicio de la “objetividad” informativa y del distanciamiento de los criterios gubernamentales. Maestra en el arte del doble lenguaje y la propaganda política subliminar, ha logrado engañar y dotarse de cierta credibilidad: “Durante estos diez años –pregonan los señores de esta cadena imperialista-, CNN en Español se ha caracterizado por sus valores éticos: la independencia de criterio, la equidad, la imparcialidad, la credibilidad, el dinamismo, el profesionalismo y el compromiso con nuestra audiencia…”
Algo muy malo está ocurriendo en al seno del imperio, cuando este se ve obligado a violar hasta los propios códigos de sus agencias de diversión ideológica. Parece que después que el Emperador Bush dio su ultimátum anticubano del pasado 24 de octubre, ni la “independiente” CNN puede librase de expirar puro y claro cinismo fascistoide.
El discurso de Bush del día 24, ya a las puertas de su salida de la Presidencia, con su apelación a la violencia y desestabilización de Cuba, anuncia que al amo del Imperio se le acaba el tiempo para cumplir su promesa a los terroristas de Miami, para realizar su sueño de destruir la Revolución cubana. Y en su empeño criminal obliga, impone y exige la máxima obediencia a todos lo confederados del capital. CNN no podía ser una excepción. El lenguaje sibilino, y la mañosa manipulación que caracteriza los enfoques de esta agencia, han sido violentados por la furia del Emperador: Se trata ahora de echar mano a la desvergüenza y poner en directo a hablar a sus asalariados en La Habana.
No le importa a Bush el contrasentido de acusar a un país de “antidemocrático”, de “violador de los derechos humanos” donde según dice “ni tres personas tienen permitido reunirse”; país que hace menos de una semana desmintió de manera rotunda toda esa falsedad, y acudió en un 96,49% de sus ciudadanos a votar en la primera vuelta de los comicios para elegir a los delegados municipales del Poder Popular, ni que hace menos de 72 horas, concluyó la segunda vuelta de esos comicios con similares resultados. Bush no dice que ese voto es voluntario y ni se atreve a comprar estos resultados con los bajísimos niveles de votación que tienen las elecciones en los Estados Unidos. ¿Qué se puede esperar de quien llegó a presidente gracias el fraude orquestado por sus socios de Miami en las elecciones del 2000?
A Bush no le interesa respetar el voto mayoritario de los cubanos por el socialismo, porque el representa los intereses de los monopolios yanquis y de sus socios de la mafia cubano americana –los hijos y nietos de los batistianos que asesinaron a 20 mil cubanos y robaron las arcas del tesoro nacional- que pretenden recuperar sus propiedades e intentan retrotraernos a una era de vuelta a la ignominia de ser esclavos en nuestra propia tierra. ¿Qué se puede esperar de quien ha asesinado a mansalva a cientos de miles de iraquíes y afganos, que ha autorizado al tortura de prisioneros –de mujeres y niños-, y enluta todos los días a las familias estadounidenses, en una guerra que inició con la mentira y conduce con torpeza e irresponsabilidad?
Bush desconoce el multitudinario parlamento que ha coincidido con las elecciones, donde millones de cubanos han analizado los logros y las insuficiencias de la obra revolucionaria, para ratificar su convicción de que es el socialismo su opción de presente y futuro. En su prepotencia el Amo del Imperio no puede ver el ridículo que hace, porque lo que persigue es ofendernos. Porque lo mueve el odio visceral de quien nos desprecia, amenaza, conspira, crea fuerzas y dispone recursos para ataques cada vez más feroces.
Bush habló el día 24 y esa misma tarde la televisión cubana dio plena cobertura al discurso del señor presidente de los Estado Unidos. Lo que dijo Bush ese día en el Departamento de Estado, fue escuchado de su propia voz y simultáneamente traducido a millones de televidentes cubanos, por las emisoras estatales “de Castro”. En Cuba revolucionaria no hay ningún miedo a que se conozca lo que blasfema y promete el jefe del imperio. Por el contrario, CNN a las palabras de nuestro canciller, le concede menos de un minuto, y a continuación le da plena cobertura a la voz sin rostro –siempre traición y cobardía se dan de la mano-, de un mercenario que como tal, no se aparta del guión escrito por su patrón en Washington: ¿Dónde están los valores éticos: la independencia de criterio, la equidad, la imparcialidad, la credibilidad, el dinamismo, el profesionalismo y el compromiso que dice CNN tiene con su audiencia?
CNN en Español sin la hoja de parra de su parcial imparcialidad se ve arrastrada al triste papel de ejecutora de la infamia. La voz y la imagen firme del joven canciller de la Revolución Cubana es demasiado peligrosa para la tele audiencia de CNN en Español: Pérez Roque habla de dignidad y coraje en una América Latina que nuevamente ha echado a andar.
Definitivamente CNN en Español cumplió bien la directiva de su Jefe y abrió pródigamente sus micrófonos al perverso idioma de la traición, del mercenarismo. A fin de cuentas es lo único que puede hacer para ser consecuente con la política y el discurso del Emperador Bush.
Frente al Pacífico, desde esta hermosa tierra que guarda las huellas de 5 mil años de civilización y autoctonía americana – sin dudas uno de esos oscuros rincones del mundo que el señor Busch también desprecia, aspira castigar e invadir-, la podredumbre del imperio, el acto canallesco de CNN, definitivamente no me puede robar la alegría de la victoria, el regocijo y el orgullo de ser un revolucionario cubano.

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