miércoles, 7 de noviembre de 2007

Desastre en el Oriente.

Yulia, Angel, Asunción, Ketty y Olga fueron trasladados a la Universidad de Bayamo en la provincia Granma porque sus casas enclavadas en el poblado de Guamo Viejo perteneciente al municipio Río Cauto se vieron seriamente afectadas por las innundaciones de los últimos días
La técnica en laboratorio Ailedis González relata que el agua penetró en las casas, se llevó los animales y arrasó con las cosechas y que desde octubre de 1963, cuando el ciclón Flora no se ha visto una situación semejante. “El mayor peligro pudo darse con los vertimientos de la presa Cauto el Paso y por ese motivo fuimos evacuados”.
El traslado de los más de 25 mil pobladores evacuados se realizó con gran agilidad, por carretera y ferrocarril, hacia la cabecera municipal y Ailedis aseguró que reciben alimentación gratuita, avituallamiento --para el dormitorio y el aseo personal--, atención médica las 24 horas del día y son atendidos por los propios estudiantes y trabajadores del Centro Universitario de Bayamo.
La situación es crítica para las provincias orientales donde aún no se han cuantificado totalmente, los daños, pero se sabe que 4000 kilómetros de viales son inservibles, más 13 000 viviendas fueron destruidas, 3000 de ellas, en el municipio Río Cauto estuvieron bajo el agua, y que más de 70 000 latas de café tanto en Santiago como en Guantánamo están en el suelo sin sumarle las 20 000 de la provincia Granma.
Las autoridades de varios municipios reportaron zonas aisladas por las inundaciones, averías en casas, caminos, carreteras y puentes, más de mil teléfonos incomunicados, graves afectaciones en las líneas eléctricas y un gran número de familias que no reciben los servicios de luz y agua. También hay grandes daños a la economía que aún no han podido contabilizarse.
Las fuerzas de rescate cubano laboraron intensamente en los días de lluvias para trasladar a todo el personal de las áreas de peligro, pero a su vez miembros de la Defensa Civil, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior movieron a poblados enteros de forma organizada sin la menor señal de espanto en las personas. También custodiaron las zonas evacuadas para preservar las propiedades.
En Cuba, se sabe que todo este fenómeno climatológico siempre cobra alguna vida por accidente o irresponsabilidad pero ello no es comparado con los reportes de las agencias noticiosas que señalaron 79 víctimas fatales y 43 desaparecidos en República Dominicana, más de 45 muertes en Haití, 15 en Jamaica y varios en Bahamas.
A los cubanos se les protegió la vida y aunque muchos de ellos se han quedado con una sola muda de ropa, todos tienen la confianza que no van a quedar desamparados y que con voluntad y trabajo se pueden recuperar muy pronto de la desgracia que les tocó.
Comisiones de la alta dirección del país visitan los lugares afectados, evalúan los daños, distribuyen equitativamente los alimentos y los recursos entre las familias afectadas, y buscan soluciones ante las pérdidas materiales.
“Somos un hueso duro de roer”, las adversidades, el bloqueo, los desastres naturales no podrán con esta muralla juntada por todas las manos que se extienden para proteger y ayudar con la convicción de que seguiremos adelante.

Nota enviada desde Cuba por Nuria Barbosa León

Periodista de Radio Progreso y Radio Habana Cuba

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