martes, 20 de noviembre de 2007

La CIA y los insectos espías



Por Néstor García Iturbe

En Estados Unidos la privacidad y los Derechos Humanos cada día sufren un mayor deterioro amparado en el pretexto de garantizar la “seguridad de la patria” que según Bush y compañía se ve amenazada por el actuar de sus propios ciudadanos y las libertades civiles, por la que han luchado los norteamericanos durante anos sin poder disfrutarlas, a pesar de que formalmente la Constitución estadounidense y las leyes vigentes en ese país las proclaman.
La Comunidad de Inteligencia Norteamericana, unida a las empresas del Complejo Militar Industrial, a partir del 11 de septiembre y en nombre de la “lucha contra el terrorismo” han aumentado el desarrollo y producción de tecnologías dirigidas a reforzar la vigilancia y la represión de las Agencias de espionaje del Gobierno contra el pueblo norteamericano, al que le han sido conculcados cada vez más sus derechos y libertades.
Una de las últimas invenciones que se han puesto de manifiesto para establecer vigilancia a individuos o grupos que actúen contra los intereses de la clase dominante en Estados Unidos son los que popularmente se han denominado como “insectos espía”
Los “insectos espía” son unos dispositivos electrónicos volantes, aproximadamente del tamaño de una pequeña mariposa, que se han detectado recientemente en las ciudades de Washington y New York. Estos artefactos se han encontrado en lugares en los que se han llevado a cabo manifestaciones políticas contra la guerra en Irak o pidiendo se amplíen los presupuestos destinados a la seguridad social, a los ancianos y minusválidos al igual que los destinados a la salud publica y la educación infantil, temas todos estos que según la administración Bush ponen en peligro la “seguridad de la patria”.
De acuerdo con el criterio expresado por algunas personas a Rick Weiss, periodista del diario Washington Post, estos dispositivos mecánicos, similares a pequeños helicópteros, son equipos de vigilancia de alta tecnología controlados por el Departamento de Seguridad de la Patria.
Se plantea que aunque ninguna agencia del gobierno norteamericano se adjudicó la propiedad y control de estos dispositivos, algunas de ellas e inclusive entidades privadas confesaron estar trabajando conjuntamente con agencias gubernamentales en proyectos para producirlos. En algunos casos estos proyectos están experimentando con la utilización de insectos vivos a los cuales implantarles equipos de alta tecnología que permitan utilizarlos para obtener información y a la vez controlar la dirección en que vuelan y el lugar donde se posen.
Estos “insectos espías” pudieran utilizarse para obtener información, el seguimiento de personas, guiar misiles a objetivos seleccionados, interceptar comunicaciones y otras labores propias de la actividad de inteligencia.
De acuerdo con los antecedentes existentes sobre este tipo de técnica, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) desarrolló un tipo de “insecto espía” a mediados de la década de 1970. Era un pequeño equipo creado por la Oficina de Investigación y Desarrollo de la agencia al que denominaron “insectocóptero”. Contaba con un pequeño motor de gasolina para mover una pequeña hélice como la de un helicóptero, volaba, pero lo afectaban los vientos cruzados. Este tipo de artefacto, con los avances de la automatización y la robótica, en estos momentos pudiera conformarse con mayores posibilidades operativas y un tamaño mucho menor que el de los años 70.
El Departamento de Defensa comenzó a desarrollar equipos robóticos voladores durante la Segunda Guerra Mundial. Estos se han estado transformando con el tiempo y los avances de la ciencia, en la actualidad el espionaje militar cuenta con cerca de 100 diferentes modelos de estos objetos voladores, algunos cuyo tamaño no es mayor que el de un pequeño pájaro y sus posibilidades incluyen la transmisión de información, la observación del campo enemigo y el ser utilizado en la dirección de la coheteria y la artillería. Según el Comando del Ejército de Estados Unidos, en el ano 2006 los vehículos de este tipo realizaron un total de 160,000 horas de vuelo.
Una agencia que pertenece al Departamento de Defensa, la Agencia de Defensa para la Investigación de Proyectos Avanzados (DARPA) está insertando microchips en las larvas de un tipo de insecto para ser utilizado en labores de espionaje cuando se culmine el proceso de la metamorfosis y el insecto arribe al estado adulto, ese proyecto se denomina HIMEMS.
El Sistema Micro-Electro-Mecánico en Insectos Híbridos (HIMEMS) tiene como objetivo que al desarrollarse el insecto sus nervios penetren en el chip de silicón con el fin de por medio de este poder controlar su actividad y dirigirlo. Se están realizando pruebas con distintos tipos de insectos para utilizar el más adecuado para la actividad que se requiera y además seleccionar los más fuertes y duraderos. El director del programa, Amit Lal planteo que “la visión de la ciencia ficción se esta convirtiendo en realidad”.
Algunas instituciones científicas de alto nivel, que forman parte del Complejo Militar Industrial, están realizando investigaciones en función de la creación de equipos con esas características. El Instituto Tecnológico de California (CIT) ha logrado construir un “micromurciélago” que no es mayor que la palma de la mano y puede ser dirigido durante el vuelo. La Universidad de Vanderbilt ha construido un equipo similar. La Universidad de Harvard construyó una mosca robot con equipo de comunicación y alas sintéticas que pueden llegar a alcanzar 120 batimientos por segundo y tiene un peso de 62 miligramos, su dimensión es similar a la de una mosca normal.
La fabricación y diseño de este tipo de artefacto se ha generalizado tanto que en el mes de agosto del 2007 se celebró en Suiza un Simposio Internacional de Insectos Voladores y Robóticos en el que una firma japonesa presento moscas cuya actividad estaba controlada por radio.
Se plantea que la CIA está desarrollando micro artefactos voladores que operan con combustible químico en lugar de baterías. Este proyecto se está llevando a cabo de forma conjunta con el Instituto Tecnológico de Georgia (GIT), el artefacto tiene más similitud con un avión que con un insecto y convierte el combustible liquido en gas que propulsa el equipo.
A pesar de la información pública que es posible obtener sobre los “insectos espía” las agencias que forman parte de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos niegan rotundamente que posean o estén utilizando en ese tipo de artefacto, cuando más admiten que están trabajando en su desarrollo. La privacidad y los Derechos Humanos del ciudadano norteamericano una vez más se ve seriamente amenazada por el estado policíaco y represivo en que vive esa sociedad donde las libertades mencionadas en su Constitución se violan diariamente.

El autor es Doctor en Ciencias Históricas, miembro del Consejo Asesor y del Consejo Científico del ISRI.
Fuente: Cubarte

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