Por Mónica Baltodano. Ex-militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, es hoy una de las principales figuras empeñadas en la construcción de una nueva izquierda en Nicaragua.
Pequeña introducción histórica
Para hablar de la situación actual del Sandinismo en Nicaragua es útil recordar que estamos hablando de un pequeño país de Centroamérica, uno de los más empobrecidos y expoliados de nuestra América, varias veces intervenido militarmente por las tropas norteamericanas desde su independencia de España en 1821.
Contrariamente a muchos países de América Latina, Nicaragua no conoció una etapa de desarrollo democrático y de fortalecimiento de sus instituciones. Su secular atraso económico propició también el atraso de su clase política. Después de un intento fallido de una revolución liberal, a finales del siglo XIX, Nicaragua ocupada militarmente por las tropas yanquis pasó a ser prácticamente un protectorado norteamericano. Administrado alternativamente por los dirigentes locales de los partidos tradicionales llamados liberales y conservadores.
En los años 20 surge una generación de patriotas que se enfrenta a la oligarquía y a los marines yanquis. Encabeza esta resistencia Augusto C. Sandino, General Hombres Libres, quien con miles de campesinos descalzos forma el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional y lleva adelante una lucha guerrillera de carácter patriótico, nacionalista y antiimperialista, que cuestiona el régimen oligárquico prevaleciente y propone también importantes cambios sociales.
En 1933 Sandino y su ejercito de campesinos expulsa a los invasores, pero los marines ya habían organizado un ejército títere, y formado a sus principales cuadros. El principal de ellos, Anastasio Somoza, convertido en jefe del ejército, asesina a Sandino el 21 de Febrero de 1934. A partir de ello se abre un período de represión y muerte contra los dirigentes y campesinos sandinistas, junto con la implementación de un modelo de gobierno inicialmente de corte paternalista, que se transforma en una de las más feroces y prolongadas dictaduras de América. Este fue un largo período de represión, de obscura noche y descenso de las luchas populares.
El atraso económico, la inexistencia de una clase obrera y sus organizaciones, junto con la represión, limitaron el desarrollo temprano de luchas por la democracia, y no digamos de luchas por transformaciones más radicales. Durante muchos años el rol de oposición a la dictadura fue ocupado por el oligárquico Partido Conservador. El pueblo permanecía sometido a los dos partidos tradicionales. Las elites de ambos partidos pactaron numerosas veces el reparto de cuotas de poder entre ellos, ignorando los intereses del pueblo.
Con un analfabetismo superior al 60 %, y con una férrea dictadura, las ideas revolucionarias comienzan a hacerse presentes a través de literatura clandestina, de reducida circulación. Aunque se había fundado un Partido llamado Socialista en el año 1944, el economicismo, legalismo y eventualmente la cooptación por la dictadura de algunos de sus líderes, no le permiten jugar un rol de mayor relevancia.
Carlos Fonseca, el continuador de Sandino y Fundador del Frente Sandinista ilustra esta realidad con la siguiente reflexión: “Después del asesinato de Augusto C Sandino o lo que es lo mismo, desde la implantación del régimen somocista, durante mas de veinte años, la lucha popular de Nicaragua estuvo bajo la exclusiva dirección de políticos que representan una posición capitalista. Estos políticos, por lo general titulándose conservadores, a veces titulándose liberales, llevaron al fracaso la lucha popular, paralizaron las acciones de las masas obreras y campesinas, paralizaron a todas las personas dignas y volvieron impotente al pueblo. Los métodos de acción política de estos elementos, sus tendencias a las pláticas por arriba, despreciando el combate popular por reivindicaciones sociales y revolucionarias, penetraron - incluso - al movimiento estudiantil”.
En 1956 se forma de manera independiente la primera célula marxista revolucionaria, en la cual se integra Carlos Fonseca como miembro del ala radical del PSN. Ese mismo año, el Patriota Rigoberto López Pérez ajusticia al Tirano. Se inicia así el proceso de ascenso de la lucha revolucionaria. El contexto internacional que se abre posteriormente en el que destaca la revolución cubana, favorece este ascenso, que se expresará en múltiples intentos organizativos y guerrilleros que conducen al nacimiento del FSLN en 1963.
Tras casi 20 años de lucha guerrillera clandestina, inicialmente en las montañas, que toma luego un énfasis insurreccional en las ciudades, el FSLN se convierte en el mayor movimiento social que ha conocido nuestra historia, al combinar la lucha política, la lucha social y la lucha militar, hasta llegar a ser una formidable fuerza popular victoriosa que vence política y militarmente a la dictadura somocista que había sido sostenida durante mas de 40 años por el imperialismo norteamericano.
El 19 de Julio de 1979 triunfa la Revolución Popular Sandinista. Con esta victoria, se derrocó a la dictadura y se cierra una de las páginas más tristes de la historia nacional, abriendo las oportunidades a todos los sectores sociales de construir una Nicaragua, con independencia nacional, democracia popular y justicia social.
No pocas de las transformaciones iniciadas a partir de esa victoria permanecen aún, aunque algunas de ellas persistan, tan solo como referencias inolvidables, de un acumulado histórico innegable. En esa amalgama de pasado y presente, de lo que es y lo que fue:
- La apertura y consolidación de la democracia formal. Democracia instaurada por la revolución.
- La conquista de la dignidad e independencia nacional, trasformada entonces en cultura popular.
- La abolición total de los órganos represivos, al servicio de la dictadura, y la construcción de nuevas instituciones profesionales y constitucionales para la defensa y orden interno.
- La Democratización de la propiedad, que los procesos de contrarreforma emprendidos, no ha podido revertir de manera absoluta.
- El desarrollo de masivas organizaciones populares y sociales
- El desarrollo de una cultura de solidaridad y fraternidad, expresada masivamente en la Cruzada Nacional de Alfabetización.
- La conciencia de los Derechos de las mujeres, que comenzó por la conciencia de la autoestima en miles de nosotras
- La poesía, el canto, la música, la pintura, las danzas, que florecieron en medio de la agresión y la guerra: ¡fructificó la esperanza!
- El resurgimiento del antiimperialismo sandinista y el internacionalismo.
- El establecimiento de un Estado promotor de los derechos sociales básicos de la población.
La contrarrevolución animada y sostenida por el gobierno de Reagan, aplicando su estrategia de “guerra de baja intensidad”, fue factor determinante en la derrota electoral que sufrió el FSLN en las elecciones de 1990.. Reagan no pudo derrotar militarmente a la revolución, pero se habían creado las condiciones políticas para la victoria electoral de la derecha unificada en la UNO que obtuvo 53% de los votos contra el 42% del FSLN en 1990.
Diez años de guerra de resistencia destruyeron y volvieron inviable nuestra frágil economía, los desproporcionados costos humanos, las carencias materiales, la inflación incontrolable, el dolor de los muertos por más 50 mil, y el desplome de Unión Soviética habían creado el desaliento en una parte del pueblo y con ello las condiciones para la derrota político-electoral.
Los gobiernos conservadores y neoliberales que gobernaron Nicaragua desde entonces, se concentraron en el restablecimiento pleno del modelo capitalista y su economía de mercado, en restaurar al capital criollo y su clase política. Revirtieron casi todas las transformaciones, políticas y sociales que pudo hacer la revolución. Se emprendió un abierto proceso de cooptación del liderazgo sandinista. La paz, se convirtió en la paz de los sepulcros para la mayoría y una nueva minoría tomaría las riendas del país.
Sobre la organización popular
En la lucha contra la dictadura no fue posible desplegar a plenitud la organización reivindicativa del pueblo, debido a la represión. Sin embargo, sectores como el magisterio, obreros de la construcción, organizaciones del campo, de mujeres y de manera especial organizaciones de estudiantes universitarios y de secundaria pudieron llevar a cabo, en medio de la más cruda represión, luchas sociales que fueron predecesoras de la explosión de organización popular que se experimentó en la década revolucionaria.
Masivos sindicatos sandinistas de la ciudad y el campo, movimientos barriales y comunales en la ciudad y el campo, organizaciones estudiantiles, una organización nacional de mujeres, y hasta organización de niños sandinistas, constituyeron el tejido del movimiento social entonces en el poder.
Hay que decir –simplificando- que toda esta organización popular se concibió como instrumento de una estrategia de defensa de la revolución amenazada. Fuerza popular que tenía como elemento central, la conducción político estatal de la vanguardia, el FSLN. Ello explica en parte porque las organizaciones populares no se pudieron desarrollar de manera autónoma. No alcanzaron levantar frente al estado revolucionario sus propias reivindicaciones y la defensa de sus propios intereses.
Quizás la única organización que pudo lograr cierto espacio para sus propias reivindicaciones fue la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos, (UNAG) que aglutinaba a pequeños y medianos campesinos, con relativa independencia material, que actuaba en los sectores rurales del país, escenario principal de la confrontación armada con la contra revolución.
Asimismo, sectores de mujeres, influidos por el feminismo, empezaron a reivindicar su autonomía desde mediados de los años 80, logrando constituirse después de la derrota del 90 en uno de los movimientos sociales autónomos más significativos de la década de los 90.
La transmutación del sandinismo en danielismo a partir del 90.
Como hemos señalado en otras ocasiones, la derrota coincidió con la capitulación del socialismo real y el reflujo mundial de las ideas revolucionarias. Esto influyó en la desmoralización y dispersión de la conducción revolucionaria y en la incapacidad de desarrollar una estrategia de resistencia, en las nuevas condiciones. La acción sandinista- luego de la derrota del 90 osciló entre la lucha popular para negociar desde arriba y el reparto de cuotas de poder y seguridades a la dirigencia sandinista, representante institucional, del potencial de fuerza que aún quedaba de la organización popular. Resumidamente los resultados de esos años fueron
- El desmontaje de las principales transformaciones, en especial las referidas a la propiedad social. Poco a poco las propiedades importantes volvieron a sus antiguos dueños y no pocas fueron repartidas a favor de un grupo de sandinistas, creándose así la acumulación originaria del actual grupo económico y empresarial sandinista.
- De la conducción colectiva se involucionó hacia el caudillismo de Daniel Ortega, quien termina controlando completamente el aparato del partido y las direcciones de las organizaciones populares afines. El control fue posible gracias a la sucesiva expulsión y toma de medidas represivas contra quienes disentían de su línea y forma de operar.
- Además de ser el único secretario general del partido, desde 1979, Daniel llegó a establecer el principio de que sólo el puede ser el candidato del FSLN, prácticamente para él “el partido soy yo”. Publica y oficialmente ha declarado que él es el eterno candidato porque sin él “solo queda el caos para el sandinismo”.
- Al colocar el tema de compartir el poder como el asunto primordial de su estrategia, Daniel Ortega llevó al FSLN (1998) al establecimiento de un Pacto de alternabilidad y repartición de todos los órganos del estado con uno de los grupos más importantes de la derecha. El PLC con el caudillo Arnoldo Alemán a la cabeza, dirigido por reconocidos políticos somocistas quienes también construyeron otro grupo económico emergente, a partir del uso y abuso de los bienes del estado.
- William Grigsby lo define de esta menera. “En 1998, con el gobierno de Alemán, viene otro quiebre. Había dos opciones: convertirse en un partido del sistema y empezar a compartir cuotas de poder o mantener la opción revolucionaria. En ese momento, el Frente, tal como estaba, ya no era capaz ni de ganar elecciones ni de ganar luchas populares. Había que cambiarlo. Y empezó una lucha adentro. Dura. Por la puerta trasera, casi escondidos, subrepticiamente, se metieron los del que se llama Bloque de los Empresarios, que empezó desde entonces a tener una influencia poderosa dentro del Frente. Y comenzó a agarrar fuerza la corriente que proponía que había que negociar, que había que buscar espacios de poder, que había que prepararse para elecciones, que no era tiempo de luchas revolucionarias de masas, que la correlación de fuerzas internacional no era favorable... Así se comenzó a construir el pacto con el PLC. El primer eslabón del pacto fue la reforma a la Ley de Propiedad, a mediados de 1997. Y detrás vino lo otro y lo otro” .
El pacto, es decir la política de reparto del poder permite que ambos caudillos controlen hasta hoy todos los poderes del estado, Corte Suprema, Consejo Supremo Electoral, Contraloría de la República, Jueces, Magistrados de apelaciones. Todas las decisiones relevantes de estas instituciones dependen directamente de Daniel y Alemán y son utilizadas también para premiar a los amigos y castigar a los adversarios
- El presidente Bolaños (2002 -2007), gobernante conservador, quiso distanciar las decisiones del Estado de la influencia de la alta jerarquía eclesiástica, en particular del Cardenal Obando. Lo que dio origen a fuertes contradicciones de Bolaños con el mando superior de la Iglesia. Las mismas fueron aprovechadas por Daniel Ortega para articular un nuevo pacto, esta vez con el alto jerarca de la iglesia católica.
- Esta última alianza ha conducido al FSLN a comportarse como un partido confesional en donde, por encima de la ideología histórica del FSLN, prevalece ahora un mensaje cargado de religiosidad. De manera invariable, todos los principales actos partidarios y ahora del Estado, están presididos por un jerarca de la iglesia católica. Esta “santa” alianza condujo últimamente al FSLN a la derogación del aborto terapéutico establecido en el código penal nicaragüense desde el siglo XIX.
En Ocasión de la criminal derogación del aborto terapéutico, Rosario Murillo esposa de Daniel Ortega, vocero oficial del partido y del gobierno declaró: "Somos enfáticos: No al aborto, sí a la vida. Sí a las creencias religiosas; sí a la fe; sí a la búsqueda de Dios, que es lo que nos fortalece todos los días para reemprender el camino", “el FSLN respalda la posición de la Iglesia Católica y de las iglesias en general, "contra el aborto en cualquiera de sus formas porque es un atentado contra la fe, contra la vida”
- El principal compromiso de Daniel Ortega con Alemán fue la desmovilización de la lucha popular a cambio de cuotas de poder institucional. En efecto para 1997 la lucha de masas parecía haber llegado a su fin. Las organizaciones cuyos principales dirigentes pasaron a ser diputados, o parte de las estructuras de poder, dejaron de resistir y luchar.
- Durante los últimos 16 años el FSLN de Daniel Ortega, terminó por ser un aliado indispensable en la aprobación en el parlamento de las políticas neoliberales en Nicaragua. Los gobiernos pedían gobernabilidad, y daban a cambio seguridad personal, espacios institucionales, ventajas en los negocios y propiedades recién adquiridas a los nuevos capitales sandinistas, ligados al caudillo.
- Todos los planes de ajuste, las condicionalidades del FMI, las reformas de las leyes del país que protegían a la economía nacional, las privatizaciones de las comunicaciones, de distribución de la energía, la seguridad social, fueron aprobadas, sin resistencia alguna y por decisión de Daniel Ortega.
- Expresión culminante de este proceso fue la aprobación del TLC con Estados Unidos. Introducido al parlamento, por el presidente del mismo, el dirigente sandinista René Nuñez, por expresa orientación de Ortega. Como si no fuera suficiente a principios del 2006 fueron los votos de la bancada del FSLN los que permitieron que dicho tratado entrara en vigencia, con la aprobación de las llamadas leyes complementarias.
¿Existe una izquierda en Nicaragua?
El escenario electoral del 2006
Aunque el FSLN en los años 80 no llegó a proclamar oficialmente desde el gobierno que su meta era la construcción del socialismo, como fuerza de izquierda revolucionaria, su orientación no admitía lugar a dudas. La lucha por la Liberación Nacional y el Socialismo habían sido proclamadas por el FSLN de Carlos Fonseca. Debemos reconocer sinembargo que la dirigencia superior e intermedia de los años ochenta tenía una variada composición, que incluía desde militantes con formación marxista y clara definición ideológica que aspiraban a un cambio integral del sistema, hasta dirigentes y personalidades cuyo énfasis era el poder, la democracia formal, y cambios únicamente en el sistema político, es decir, derrocar a la dictadura para instaurar la democracia.
Daniel Ortega como dirigente nunca se inscribió dentro de los comandantes con una formación y perfil de liderazgo ideológico. Quizás en parte por ello fue incorporado a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y luego propuesto a presidente para las elecciones de 1984. Su liderazgo fue una larga construcción que se terminó de reafirmar después de la derrota del 90, cuando su condición de ex presidente, principal responsable de las decisiones en las negociaciones de la transición y de todas las luchas iniciales de resistencia, le permitió gozar hasta hoy de muchas prerrogativas. Muchos años de proyección publica, seguridad, una pensión económica igual al salario del presidente de turno, tiempo y abundantes recursos, para movilizarse por todo el territorio nacional.
Ortega ha tenido un comportamiento pendular. Hablando con los contenidos mas disímiles según su auditorio, desde la defensa de la propiedad privada, de los banqueros locales, el libre comercio y el TLC, alineado con el Vaticano, hasta una retórica antiimperialista a ultranza desde el podium de Naciones Unidas.
El FSLN desprovisto desde hace ya un buen tiempo de los referentes claves de un partido de izquierda, ideología, conducción colectiva, principios, formación política, debate político, respeto a la institucionalidad partidaria, se ha quedado esencialmente con una numerosa y fuerte base política que simplemente se adhiere a la tradición de ser sandinista y con un solo referente, la figura predominante de Ortega.
Hoy se puede decir que hay sectores que son más danielistas que sandinistas y casi otorgan a Ortega categoría de deidad . . Este fenómeno unido a una política interna de concesión de puestos y prebendas a los “leales” y palo, exclusión y castigo para los críticos, explican en parte la capacidad de Ortega para mantener el estatus quo al interior del partido.
La campaña electoral del FSLN en el 2006 se realizó con los lemas de paz, reconciliación, amor y la voluntad de Dios. Se ampliaron alianzas con sectores otrora somocistas, hasta el punto que Ortega llevó como vicepresidente a uno de los principales operadores de la CIA que actuaba como parte de los líderes civiles de la contra en los años 80 .
Rosario Murillo, jefa de campaña y esposa del Presidente Ortega, proclama los nuevos enfoques ideológicos del FSLN Y el contenido campaña electoral de la siguiente manera:
“Si estamos juntos como nicaragüenses, como hermanas y hermanos, como discípulos y como maestros, si estamos juntos para afirmar la Vida no hay fantasmas que puedan asustarnos ni provocaciones o manipulaciones que continúen asaltando nuestro porvenir. Y agrega: Y si tenemos conciencia de Evolución y Amor, somos Arca de Alianza, Perdón y Reconciliación, Encuentro y Compromiso, grito en Jericó, movimiento, profecía, trompeta, unidos para derribar los muros de la arrogancia, el egoísmo, la indiferencia, la separación y la vulgaridad, esas terribles murallas que al caer nos dejarán abierto el paso, al cambio, a la Vida en la Tierra Prometida.
En este escenario, la presencia de una fuerza alternativa que se ubicara a la izquierda de Ortega era sumamente importante. Sin embargo no se pudo lograr.
La Alianza MRS integrada por distintas agrupaciones y movimientos políticos con distintos niveles de radicalidad, se expresó como una fuerza que ofrecía acabar con el pacto, la corrupción, con la subordinación de las instituciones a la lógica de los caudillos. Pero no se presentó con un programa que incorporara una propuesta alternativa a los gobiernos neoliberales, dispuesta a acabar con la subordinación al consenso de Washintong. Si bien denunciaba a los gobiernos anteriores, el uso del aparato del estado para favorecer a las elites empresariales, en especial del sector financiero, y ofrecía una política tributaria y distributiva mas justa, no se interesó en perfilarse como una fuerza de izquierda.
Efectivamente, en la Alianza MRS, coexisten fuerzas de distinto matiz ideológico. El Rescate del Sandinismo, un movimiento sin personería jurídica, aglutina a luchadores sandinistas con reconocida militancia de izquierda, antiguos cuadros y dirigentes del FSLN de vinculaciones y raíces más populares. Por otro lado en el Partido Renovador Sandinista, prevalecen quienes se autoproclaman de centro izquierda.
Mientras algunas personalidades de la Alianza como Ernesto Cardenal y Carlos Mejía Godoy se proclaman antiimperialistas, algunos dirigentes como el propio candidato a la presidencia no tienen una posición de oposición al neoliberalismo. En realidad, en el conjunto de esta alianza se hace un marcado énfasis en los cambios político institucionales mas que en la modificación del modelo, aunque hay que reconocer como lo dijo Houtart- “que es conocida y probada la honradez moral de sus integrantes”. En definitiva en las pasadas elecciones la izquierda electoralmente hablando de nuevo apareció representada por Daniel Ortega.
Victoria electoral 2006. ¿Es esto un gobierno de Izquierdas?
En estas elecciones el FSLN decreció en términos absolutos y relativos. Subsanó el decrecimiento (10%) entre los sandinistas gracias a una política de alianzas pragmática pero el resultado de 37.9 % de los votos validos, confirma que la verdadera fortaleza de Ortega fue la capacidad de alimentar y sostener la división de sus adversarios políticos. Los liberales que habían obtenido más del 50% de total de votantes, al presentarse divididos perdieron.
En los primeros días el gobierno hizo importantes anuncios sociales: se suprimirían de inmediato los cobros en las escuelas que se habían disfrazado de “contribuciones voluntarias”, se eliminarían los cobros en los hospitales públicos y se entregarían medicinas gratuitas a la población. Igualmente se anunció el programa hambre cero que otorgaría una contribución directa cercana a los dos mil dólares a 75 mil familias campesinas en los 5 años de gobierno, o sea unas 15 mil familias promedio anual.
La presencia del Presidente Hugo Chávez en la toma de posesión, también se acompañó de importantes anuncios, como la garantía de un flujo de 10 mil barriles de combustible diario, 40% del cual seria pagado a un interés concesional y a 25 años de plazo, la apertura de una representación del BANDES (Banco Nacional de Desarrollo de Venezuela) y el ofrecimiento de 10 millones de dólares para financiar a bajos intereses el sector agrícola campesino. Adicionalmente se firmó el compromiso de instalación de una refinería para procesar 150 MBD. que permitirá abastecer el mercado regional centroamericano. Importantes programas de salud para los sectores populares similares a los de Venezuela con Cuba, etc.
La tónica de la relación con Venezuela ha marcado en mucho la retórica oficial, que suscribió con entusiasmo el ALBA y se ha sumado aunque con una retórica tímida y discreta a la propuesta de construcción del socialismo siglo XXI .
Políticas económicas: más de lo mismo.
A principios del 2007 Ortega confirmó que no tenía ninguna intención de modificar la esencia de las políticas económicas de los anteriores gobiernos neo-liberales. Se mantendrían las relaciones con el capital internacional y nacional y la subordinación del estado Nicaraguense a las condicionalidades del FMI pidiéndole si, una mayor flexibilidad para los programas sociales.
En esa dirección pagó de inmediato a los banqueros nicaragüenses mas de 100 millones de dólares de la onerosa deuda interna y reafirmó en todas sus letras el Presupuesto General de la República tal cual lo dejó el gobierno conservador que le precedió.
Al pasar de los meses, la cuestionada política fiscal no ha sido revertida. Importantes sectores incluyendo los bancos siguen obteniendo exorbitantes ganancias que no son gravadas. El diálogo directo del gobierno con los grandes empresarios se ha realizado exitosamente hasta hoy, y no hay expresiones de descontento de los principales capitalistas, tanto nicaragüenses como de la de la región centroamericana. La oligarquía criolla, en particular financiera, va de la mano con el gobierno de Ortega por lo menos hasta ahora. Recientemente logró negociar, siempre en secreto, un acuerdo de tres años con el FMI que viene de ser firmado.
Su comportamiento dual puede ser ejemplificado con un caso. Mientras en una concentración de obreros de las centrales sindicales afines al FSLN Ortega atacó fuertemente a la transnacional UNION FENOSA, se comunicaba por debajo con el Rey de España para propiciar un entendimiento con esta empresa garantizando su estabilidad y permanencia en el país como monopolio distribuidor de la energía. Lo que efectivamente se hizo y de manera pública.
En fin, desde el primer día, el gobierno mostró los rasgos que lo han caracterizado hasta ahora: Una política pendular, muy determinada por las influencias inmediatas, un discurso radical, altisonante, izquierdista, unido a una práctica concreta en materia económica que no se diferencia sustancialmente de los gobiernos de la derecha. Las mismas políticas neo-liberales con un poco mas de sensibilidad social. Adicionalmente ha mostrado una tendencia a la concentración de poder, al secretismo, al control y un menosprecio a la institucionalidad democrática del país que para un importante sector, en especial profesionales, estudiantes y clase media resulta preocupante.
Corrupción, la privatización de la ayuda venezolana, relaciones con Estados Unidos y democracia
Uno de los desafíos del gobierno de Ortega es hacer una administración transparente y honrada luego de su cuestionada relación con Arnoldo Alemán, sin embargo las primeras señales van en dirección contraria.
En estos días se hizo publico, un conocido rumor que desde una oficina de la secretaria del Frente -convertida hoy en Casa Presidencial- se deciden y se consiguen fallos favorables de tribunales de justicia, civiles y penales, siempre que “aporten” a sus "jefes" buenas ganancia económicas o políticas. La denuncia ubicaba al ex diputado FSLN Gerardo Miranda como el operador de un chantaje millonario a una empresa turística en un conflicto de tierras en una de las playas del pacifico. El diputado conservador Alejandro Bolaños Davis confiado en su status de inmunidad respaldó y dio amplia difusión a la denuncia. La reacción del gobierno fue la de usar todo el poder del pacto con Alemán y contra toda ley y legalidad defenestraron del parlamento al diputado Bolaños. La oposición y denuncia de la corrupción te puede costar tu cargo, fue el mensaje.
El manejo de la generosa ayuda Venezolana, al margen del presupuesto de la República es también fuente de corrupción y clientelismo. Centenares de millones de dólares quedan fuera de los controles estatales. Serán empresas mixtas, con un manejo privado, y presididas por conocidos incondicionales suyos quienes administraran estos importantes recursos.
. Desde la propia campaña electoral las fuerzas danielistas recibieron urea para ser entregada masivamente a los campesinos. Después de las elecciones el gobierno anunció que seguiría recibiendo mas urea, pero su manejo ha sido discrecional, clientelar y al margen de los controles institucionales.
Como afirmó el principal dirigente de la Federación de Cooperativas “El gobierno usa la urea, un recurso económico, para hacer clientelismo político. De hecho, eso es lo que está pasando. Porque a la urea venezolana hasta hoy le han puesto tres precios: el que le dan al distribuidor con afinidad partidaria, el que le dan a los dirigentes de gremios privilegiados y el que le dan a los comunes y corrientes. Y eso no es justo, no es educativo, no es correcto e introduce una serie de deformaciones. Eso es un semillero de corrupción.
En este divorcio entre discurso y realidad se ubica también las relaciones con el gobierno norteamericano. Por años Ortega había sostenido frente a los norteamericanos que la preservación de los misiles defensivos SAM-7 en manos del Ejército no es negociable. Que es un asunto de soberanía y seguridad nacional. Sin embargo mandó a su canciller a Washington para ofrecer la destrucción de una buena parte de los mismos a cambio de equipos médicos y medicinas norteamericanas. El ofrecimiento luego se hizo público y según informan oficialmente está en proceso de negociación. Al tiempo que sube su retórica antiimperialista, privilegia y formaliza sus relaciones con Taiwán en detrimento de las relaciones con China Popular. A la inversa de lo que hace su vecino el derechista presidente Arias.
Se ha dicho que en Nicaragua “el plomo flota y el corcho se hunde”. Las calles de la capital están llenas de grandes vallas con la foto del presidente con la primera frase de la INTERNACIONAL: “arriba los pobres del mundo” Mientras en la realidad solo siguen para arriba, las ganancias de banqueros, de las corporaciones de zonas francas, de los inversionistas extranjeros, de la clase política criolla y se fortalecen las políticas económicas neoliberales.
El presidente del Banco Central anunció que no se alcanzará el nivel de crecimiento proyectado para este año que era superior al 4 %. Señaló que el crecimiento “será igual al crecimiento del año anterior alcanzado por el presidente Bolaños”. Alguien comentó: que no debería sorprendernos, si en esencia se trata de las mismas políticas.
En el terreno de la democracia política esta dinámica del ejercicio privado del poder público, se fortalece. Rosario, su esposa, anunció en nombre del Frente y del gobierno la creación y organización de unos nuevos organismos de base conocidos como Consejos de Poder Ciudadano. En la cúspide de ellos se coloca la primera dama. Los Consejos organizados por el partido deberán erigirse en máxima autoridad en el territorio, sustituyendo las instancias legales establecidas en la Constitución, la Ley de Participación ciudadana y en la Ley de Municipios. Las decisiones de dichos consejos deberán ser atendidas por alcaldes y ministros, según se pretende.
Pero no sería justo afirmar que todo lo que hace el gobierno está mal. Este recibió un país que ya estaría quebrado de no ser la ayuda venezolana. Los sectores populares – aunque sin mucho entusiasmo según la ultima encuesta - esperan que su situación cambie. Hay esperanzas de cambio y mientras existan, hay posibilidades de lucha.
La cooperación ofrecida de Venezuela, Cuba, Irán, constituyen una oportunidad que el gobierno tiene que saber aprovechar. El desarrollo de las relaciones especialmente con Cuba y Venezuela, los viajes de intercambio, particularmente de jóvenes propiciará nuevos niveles de conciencia sobre la necesidad de un cambio real y profundo en Nicaragua. La caricatura de una nueva revolución que ofrece hoy la cúpula danielista tendrá que ser superada por el rescate del sandinismo de Carlos Fonseca.
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