jueves, 22 de noviembre de 2007

"Este juicio trató de ser el árbol que oculte el bosque"



Causa Febres, represor de la ESMA

A poco más de un mes de iniciado el proceso, las querellas presentaron los alegatos contra el represor Héctor Febres. El colectivo Justicia YA!, en representación de una de las cuatros víctimas por cuyo caso se enjuició al ex prefecto, exigió que se lo condene por el delito de genocidio.

Por ANRed - Sur

Una vez más se escuchó el reclamo de Justicia YA!, una vez más se hizo saber que esta forma de hacer justicia parece ser funcional a la impunidad. La Escuela de Mecánica de la Armada es un paradigma del Terrorismo de Estado en la Argentina. Por ese campo de concentración pasaron más de 5000 detenidos- desaparecidos. Sin embargo, la Justicia dictaminó que sólo sería un prefecto enjuiciado por sólo cuatro crímenes. En los alegatos, Myriam Bregman, abogada de Justicia YA!, sostuvo: "Este juicio trató de ser el árbol que oculte el bosque".
Juzgar a un solo represor por un puñado de casos atenta contra la percepción del genocidio cometido en la Argentina. Juzgar a un solo represor, exponiendo una vez más a las víctimas, también tiene consecuencias actuales. "Los delitos que aquí se juzgan, fueron parte de un proceso más amplio que vivió la Argentina, un plan sistemático, ya probado (en causa 13, causa 44 y causas 2251 y 2506 del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata) y cuyas consecuencias planificadas de impunidad alcanzan al día de hoy y tienen como resultado la desaparición de Jorge Julio López, también hasta la fecha impune", sostuvo la integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Además, cuestionó: "Cabe preguntarnos si esta forma de juzgar a los genocidas -que se reproduce en prácticamente la totalidad de los juzgados del país-, no se impone por ser funcional a los intereses políticos: tanto de aquellos que pretenden mantener la impunidad absoluta, como de quienes pregonan que es suficiente con juzgar a unos pocos asesinos paradigmáticos".
"Los hechos aquí tratados, ocurridos en el ámbito de la Escuela de Mecánica de la Armada, no son delitos aislados. Son parte de un plan sistemático de exterminio: un genocidio que se llevó a cabo como parte de un proyecto económico, político y social que tenía como objetivo cambiar la estructura del país, disciplinar y aumentar la explotación de la clase trabajadora", resumió Bregman. Además, agregó: "Debemos romper con la lógica que impone el derecho común. Estamos ante un plan sistemático, estamos ante la existencia masiva de centros clandestinos de detención y exterminio, los delitos que cometió Febres sobrepasan los delitos comunes, son un genocidio".
La querella de Justicia YA! dejó en claro que el ex prefecto fue una pieza clave en el trazado criminal: fue quien tenía bajo su poder el sótano de la ESMA, donde estaban los cuartos de torturas, y fue el responsable de las embarazadas. "Cuando, decenas de esos jóvenes que nacieron en la ESMA siguen apropiados, cuando Febres sigue guardando silencio sobre su destino y el de sus padres. Debemos decir que todo lo que contribuya a sostener ese silencio, ese ocultamiento de pruebas, esa impunidad, contribuye y se hace parte del plan genocida", denunció Bregman.
Por considerarlo un engranaje fundamental de la maquinaria de tortura, desaparición y muerte que se erigió en la ESMA, la querella unificada solicitó que se lo condenara a Héctor Antonio Febres como autor del delito de genocidio. Exigieron que cumpla una pena de 25 años en cárcel común y efectiva por la privación ilegal de la libertad agravada respecto de Alfredo Margari, Carlos García, Josefa Prada y Carlos Lordkipanidse; los tormentos agravados respecto de Alfredo Margari, Carlos García, Josefa Prada y Carlos Lordkipanidse y la reducción a la servidumbre respecto de García, Margari y Lordkipanidse.
Bregman enfatizó: "Seguiremos insistiendo en que los crímenes de Febres merecen la condena perpetua por genocidio". La abogada de Justicia YA! agregó: "También, se nos ha dicho que el delito de genocidio no contempla penas en el derecho interno. Creemos que esa visión, muestra una media verdad y opaca otra mucho más real. Que esa reglamentación interna no se haya efectuado aun, no es imputable a las víctimas ni a los que buscamos que se reconozca el genocidio cometido en la Argentina. Es imputable a este Estado, jurídicamente continuador de aquel que cometiera el genocidio que no ha cumplido con las obligaciones asumidas, cómo si lo hace día a día en el pago de la deuda externa contraída por la dictadura o en sostener más de 500 leyes provenientes de la misma".
Llevar a un juicio a un solo represor por sólo cuatro casos cometidos en un campo de exterminio por el que pasaron más de 5000 detenidos-desaparecidos parece ser una justicia a cuentagotas, una justicia a la que los sobrevivientes increpan y cuestionan por qué no se castiga a los genocidas por todos sus crímenes. Al menos, parece ser como inquirió Enrique Fukman: "¿Cuánto tiempo más la justicia va a seguir no siendo justicia?". Ese interrogante resuena, así como la certeza de que es necesario que se reconozca la existencia de un plan de exterminio, tal como lo planteó Myriam Bregman. "La dictadura no "mataba a cualquiera". Vino a terminar con esas formas de participación, militancia y organización. De allí nuestra insistencia en que se reconozca que fue un genocidio".
Luego, Liliana Mazea, también integrante de Justicia YA! se dirigió especialmente al Tribunal: "Esta querella entiende que las víctimas no están buscando sólo un reconocimiento judicial de condena a los represores, sino sobre todo, un reconocimiento jurídico a los hechos sucedidos en el país. Las condenas y las penas son aleatorias y efímeras, más teniendo en cuenta la edad de muchos de los procesados y también la de varios de los sobrevivientes. Es por ello que el reconocimiento judicial de Genocidio por parte de la Justicia argentina permitirá a toda la sociedad no sólo prevenir, rearticularse y solidarizarse con hechos que como en la presente causa ofenden a toda la humanidad, sino que también posibilitará la resistencia firme a cualquier intento de inclusión de estas prácticas".
Mazea dejó en claro que la exigencia es que sean castigados todos los genocidas por todos los desaparecidos. "Por lo que la condena hoy solicitada la piden también los 30.000 detenidos-desaparecidos, los más de 10.000 presos políticos, los 500 niños apropiados, los 200.000 exiliados y los miles de argentinos que por causa del genocidio murieron sumidos en el hambre y la miseria, por ellos seguimos reclamando y exigimos justicia. 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos PRESENTE".

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