sábado, 6 de agosto de 2016

Engels y la independencia política de los trabajadores



La necesaria organización de un partido independiente de la clase obrera fue un tema central de la obra de Engels. Ante un nuevo aniversario de su muerte, la actualidad de sus ideas pueden leerse en este breve discurso suyo que presentamos a continuación.

Se cumplen 121 años de la muerte de Federico Engels. Reproducimos un discurso del gran pensador y militante revolucionario que dio en la Conferencia de la Primera Internacional realizada en Londres en septiembre de 1871 celebrada para extraer lecciones de la experiencia de la Comuna de Paris y establecer los pasos a seguir.
El escrito se llamó “Sobre la acción política de la clase obrera” y fue incluido en los Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores, acelerando las diferencias entre las posiciones comunistas y anarquistas que disputaban la dirección de la Internacional.
En el seno de la Conferencia tanto Engels como Marx realizaron una ferviente defensa de la independencia política de los trabajadores desenmascarando cualquier variante reformista. Para ellos la emancipación real y total del proletariado sólo podía lograrse con la acción y organización política de los trabajadores tanto a nivel nacional como internacional.
“La abstención absoluta en política es imposible; todos los periódicos abstencionistas hacen también política. El quid de la cuestión consiste únicamente en cómo la hacen y qué política hacen. Por lo demás, para nosotros la abstención es imposible. El partido obrero existe ya como partido político en la mayoría de los países. Y no seremos nosotros los que lo destruyamos predicando la abstención. La experiencia de la vida actual, la opresión política a que someten a los obreros los gobiernos existentes, tanto con fines políticos como sociales, les obligan a dedicarse a la política, quiéranlo o no. Predicarles la abstención significaría arrojarlos en los brazos de la política burguesa. La abstención es completamente imposible, sobre todo después de la Comuna de París, que ha colocado la acción política del proletariado a la orden del día.
Queremos la abolición de las clases. ¿Cuál es el medio para alcanzarla? La dominación política del proletariado. Y cuando en todas partes se han puesto de acuerdo sobre ello, ¡se nos pide que no nos mezclemos en la política! Todos los abstencionistas se llaman revolucionarios y hasta revolucionarios por excelencia. Pero la revolución es el acto supremo de la política; el que la quiere, debe querer el medio, la acción política que la prepara, que proporciona a los obreros la educación para la revolución y sin la cual los obreros, al día siguiente de la lucha, serán siempre engañados por los Favre y los Pyat. Pero la política a que tiene que dedicarse es la política obrera; el partido obrero no debe constituirse como un apéndice de cualquier partido burgués, sino como un partido independiente, que tiene su objetivo propio, su política propia.
Las libertades políticas, el derecho de reunión y de asociación y la libertad de la prensa: éstas son nuestras armas. Y ¿deberemos cruzarnos de brazos y abstenernos cuando quieran quitárnoslas? Se dice que toda acción política implica el reconocimiento del estado de cosas existente. Pero cuando este estado de cosas nos da medios para luchar contra él, recurrir a ellos no significa reconocer el estado de cosas existente”.

Escrito en 1871.

Fuente: Marxists Internet Archive.

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