sábado, 20 de agosto de 2016

El ajuste en casa: Michetti le paga $25 la hora a su empleada



Según la declaración de su mucama, Gabriela Michetti le abonaba, en negro, la mitad de lo previsto en el convenio por hora a su mucama.

La vicepresidenta Gabriela Michetti había denunciado que el día en que ganaron las elecciones le robaron 245 mil pesos y 50 mil dólares de su casa. Sin embargo, no había hecho una denuncia judicial, lo cual levantó sospechas. Los montos que habrían sido robados no figuraban en su declaración jurada, como se les exige a los funcionarios del Poder Ejecutivo. Esto originó una causa penal y colocó bajo sospecha a la fundación Suma, que pertenece a la vicepresidenta.
A la hora de dar explicaciones, Michetti declaró que tenía ese dinero en efectivo para pagar la maestría de su hijo y que era un préstamo de su novio, Juan Tonelli. Más tarde, dijo que correspondía a una donación destinada a su fundación. Pero a poco de comenzar, la investigación revela pormenores que retratan a Gabriela Michetti como una verdadera negrera, por utilizar un término sincero.
La declaración de su empleada doméstica ante la justicia retrata de pies a cabeza a la vicepresidenta y al régimen que representa. No sólo señaló la existencia de bolsos con dinero en efectivo en el domicilio de la vicepresidenta. Además, relata que le paga, en negro, $25 la hora, la mitad de lo previsto en el convenio.
Dice la empleada de Michetti que trabaja para ella “desde hace 22 años, teniendo una muy buena relación con su patrona, cumpliendo un horario laboral de 8 horas, de lunes a viernes, comenzando sus labores en el horario de las 10 horas. Que la declarante por orden de la señora Michetti Gabriela poseía llaves de ingreso al domicilio pero por el pasillo del numeral 642 de Pasco, siendo que la casa de Michetti es Pasco 640, pero este pasillo posee una puerta en el medio que conecta al inmueble antes mencionado y por donde ingresa el personal de servicio, es decir, la declarante, arquitecto, albañiles (...). Que la declarante se maneja libremente dentro del inmueble sabiendo que la señora Michetti le deja dentro de un cajón de la mesita de luz dentro de la habitación principal dinero para poder comprar comida, pagar impuestos y poder pagarse su labor semanal consistente en $1.000 por semana”.
Un simple cálculo revela que los mil pesos por semana implican el pago de doscientos pesos por día, a razón de ocho horas de trabajo diario, resulta veinticinco pesos por hora. La ley indica que para trabajos domésticos que superen las 16 horas semanales el mínimo a ser pagado es de 51 pesos por hora. La segunda autoridad del país le pagaba a su empleada doméstica la mitad de ese valor legal, ¡en la ilegalidad!
Esto retrata el modo en que se relacionan los personeros del poder burgués con los trabajadores. Basta imaginarse la que se viene con la reforma laboral que impulsa el gobierno.
La vicepresidenta Michetti debe dar cuenta de estas graves irregularidades. Y las organizaciones sindicales y políticas de la clase trabajadora quebrar la tregua de la burocracia y reclamar un paro nacional contra el ajuste y los tarifazos.

Antonia Torrebruna

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