miércoles, 24 de agosto de 2016
INDEC: 4 millones de trabajadores desocupados o subocupados
Las cifras dadas a conocer por el INDEC sobre la desocupación en el país han causado un gran impacto. El 9.3% informado equivale a más de un 1.2 millón de trabajadores. Aunque las estadísticas previas no fueron tenidas en cuenta, todo indica que se trata de un crecimiento significativo de la desocupación.
Las estadísticas marcan que el porcentaje de desocupados es aún mayor en los principales centros urbanos e industriales, como ser Córdoba, el Gran Rosario y la provincia de Buenos Aires. Es el resultado directo del retroceso de la producción industrial, del parate de la construcción y de la caída del comercio. El propio gobierno realizó su ´aporte´ mediante los despidos de decenas de miles de trabajadores estatales.
A la cifra de desocupados hay que agregarle la de subocupados. Siempre según el INDEC existe un 15.7% de subocupados que demandan más empleo, y otro 6.2% que por el momento no lo demandan. La suma de todos los ítems arroja que aproximadamente el 30% de los trabajadores reviste la categoría de desocupados o subocupados. Traducidos a números totales se trata de más casi 4 millones de personas.
El cálculo del INDEC toma como referencia una población económicamente activa (PEA) de 12.503.000 personas. Sin embargo es probable que dadas las dificultades para conseguir trabajo la PEA se haya reducido, ocultando una desocupación aún mayor. Tampoco se toma en cuenta las suspensiones, que en algunas ramas, como las automotrices, han crecido exponencialmente.
Es necesario aclarar que el INDEC registra como “ocupados” a quienes están en negro o precarizados, lo que muestra que los trabajadores con problemas de empleo son todavía más que los desocupados y subocupados.
El anuncio del INDEC dejó en el ridículo a Macri, que cuestionó a los trabajadores por el ausentismo y por “poner palos en la rueda recurriendo a la industria del juicio”. Lejos de este relato patronal, las estadísticas muestran que la crisis la están pagando los trabajadores. El gobierno que vetó la ley de prohibición de despidos es responsable directo del crecimiento del desempleo en el país.
A la luz de lo expuesto queda aún más en evidencia el carácter reaccionario del Congreso de la CGT, que no votó ninguna medida de lucha para defender a los trabajadores frente al avance de los despidos y el deterioro del salario.
Es necesario enfrentar los despidos con un plan de lucha por el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario y preparando la ocupación de las empresas que apliquen despidos o suspensiones masivas.
Gabriel Solano
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