miércoles, 24 de agosto de 2016

Paro nacional docente: los guardapolvos salen a enfrentar el ajuste



Los docentes en todo el país adhieren al paro nacional. El salario que no alcanza, el tarifazo y la defensa de la educación pública, entre las principales consignas. Bullrich salió a cruzar el paro.
Paro nacional docente: los guardapolvos salen a enfrentar el ajuste

Los docentes, estudiantes y el conjunto de la comunidad educativa tienen razones de sobra para adherir al paro nacional. Problemáticas muy sentidas que van desde el salario que no alcanza a los problemas de infraestructura, pasando por los fuertes tarifazos y los pobres comedores escolares, las evaluaciones docentes y los despidos en educación. Por todas estas razones, la bronca se está sintiendo muy fuerte en cada escuela donde los docentes definen parar y proponen medidas para continuar, y no dejarlo como un paro aislado.
Es el que gobierno de Mauricio Macri viene por todo. Sabemos que como ejemplo de gestión educativa tiene la Ciudad de Bueno Aires donde gobiernan hace más de 9 años. Todas las medidas contra la educación pública implementadas en la Ciudad, como la enorme transferencia de dinero de la escuela pública a la escuela privada, ahora son extendidas a cada escuela en todo el país. Siendo Jefe de Gobierno, Mauricio Macri aumentó casi 5 % el presupuesto total para la gestión privada, elevando del 15.8 %, en 2007 al 19.6 % en 2014. Esto implicó un salto de $ 2.103 millones acumulados en ocho años. Para muestra basta un botón.
Este paro se da en el marco de una creciente inflación del 47 % y un brutal aumento de tarifas del 400 % que está a la espera de las audiencias públicas que los docentes con los sindicatos tienen que participar para derribarlo. Mientras que el salario de un docente –que Ctera negoció a espaldas y arregló a la baja- quedó muy por debajo de la canasta básica familiar hoy valuada en los $ 20 mil, como sucede con el salario inicial en Buenos Aires de $ 9800 para un maestro de grado.
Como frutilla del postre, en la última reunión con los sindicatos el Gobierno dejó abierta la posibilidad de que "la edad jubilatoria de las docentes pase de 57 a 65 años". Una burla a los docentes que le imponen un elevado nivel de sobreexigencia. Más cuando el presentismo implica un porcentaje significativo de un salario que no alcanza, como ocurre con el nuevo Ítem Aula mendocino.

Esteban Bullrich enemigo pública número uno

El ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, dijo que este tipo de medidas de lucha, "le hacen daño a la educación estatal". Para el ministro, los docentes “exageran algunos puntos”, por lo que él considera “motivaciones políticas”. Nada que envidiarle a la ex presidenta Cristina Kirchner cuando dijo en el inicio de sesiones legislativas que los docentes eran vagos y tenían tres meses de vacaciones. Lo que está en juego es el derecho a huelga para defender el salario y la educación pública.
También enunció que “No habrá apertura de paritarias” porque "los aumentos otorgados han sido significativos". Toda una declaración.
De todos modos no es raro escuchar estas declaraciones del propio ministro, que acumula frases célebres como “El boleto educativo no es prioridad si aún hay estudiantes que no saben leer y escribir”; “Es falso que las universidades no tienen para pagar la luz” o “se ha leído poco” y luego ordenó dejar de comprar libros para las escuelas.
Lo que verdaderamente daña la “educación estatal” como le gusta llamar al ministro, son las políticas de vaciamiento con un mísero presupuesto educativo -5 % del PBI nacional-. Pero esto no es solo responsabilidad de Cambiemos, ya que la gestión anterior dijo llegar al 6% del PBI, pero ni siquiera cumplieron esta meta. Una chantada. Desde las seccionales combativas del Suteba, desde los Congresales opositores en UTE y desde Ademys, como así también del Frente de Izquierda se plantea la necesidad de llegar de inmediato a un presupuesto del 10% del PBI, en base al no pago a los fondos buitres y una deuda externa ilegítima y el quite progresivo de subsidios a la educación privada, entre otras medidas.
Lo que “daña” es la burla de los comedores escolares, un gran impacto a mediano plazo de una mala alimentación en la educación de niñas, niños y adolescentes, más cuando la pobreza llega a 34,5 %, según un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA). Hoy diversos cálculos estiman que 3 de cada 10 niños están en situación de pobreza.

Un plan de lucha de todos los trabajadores

La conducción “celeste” de la Ctera -Sonia Alesso, Roberto Baradel y Eduardo López- convoca a un paro con la intención de descomprimir la bronca que hay en las escuelas. Intentan mejorar la imagen de una central sindical que no pasó la prueba a principios de año, cuando dejó a la docencia de decenas de provincias luchando sola. Iban a llamar a un nuevo paro nacional para el 2 de septiembre, pero lo retiraron mostrando una gran debilidad de su propia conducción que no puede aunar a las provincias. Llaman a una marcha federal de la cual no se conoce el programa ni la política.
Por el salario, es necesario luchar para reabrir las paritarias. Hoy el salario docente está muy por debajo de la canasta básica familiar que se pretende alcanzar, con una cláusula “gatillo” que dispare el salario según la inflación real y así dejar de perder poder adquisitivo.
Entre los trabajadores se discute la necesidad de frenar el brutal tarifazo. Esto sólo será posible exigiendo a todas las centrales sindicales y a la Ctera y la UTE, la convocatoria a un paro y movilización el 16 de septiembre, día que se convoca a las audiencias públicas, que lleve a ser miles en las calles contra la suba de las tarifas de los servicios.
El desafío entonces es que cada docente sea protagonista, junto con estudiantes y familias, organizándose desde cada escuela, con asambleas por establecimiento, barrio, seccional y provincia, por todas las demandas: contra el tarifazo y el ajuste, en defensa de la educación pública.

Federico Puy
Docente, Congresal UTE-CTERA

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