domingo, 8 de mayo de 2016

Gato por liebre



La fina operación pro-despidos para salvar a Macri

Mientras 50 mil personas se movilizaban en Comodoro Rivadavia contra los despidos en la industria petrolera, los bloques oficialistas y “opositores” del Congreso tejían una maniobra para neutralizar cualquier disposición que obstaculice la ola de despidos. Y aún más, pretenden avanzar en una mayor flexibilización laboral, en sintonía con los planes del oficialismo.

El nuevo jefe del peronismo junto a Scioli, José Luis “Barrick” Gioja, entró en acción para sumarse al operativo de “abrir” la ley antidespidos que aprobó el Senado. Esa media sanción ya había sido una maniobra para recortar a seis meses y sin retroactividad alguna un dictamen previo, de la Comisión de Trabajo de Diputados, que abarcaba desde el 1º de marzo al 31 de diciembre de 2017.
Junto a ese dictamen de mayoría en Diputados, está el dictamen de minoría del Partido Obrero, que constituye un programa integral de reparto de horas sin afectar el salario, de expropiación de toda empresa que cierre, apertura de libros a comisiones obreras anulando el recurso preventivo de crisis, amparo y blanqueo del despedido en negro y cuya vigencia es desde el 1º de diciembre pasado hasta el final de 2017.
La “apertura” de la media sanción del Senado es capitaneada por Massa y por el bloque Justicialista de la burocracia del Smata, Bossio y los legisladores de Urtubey. Pero al entrar Gioja, se ha transformado en una discusión del “panperonismo”, lo cual compromete en este barro a diferentes alas de la burocracia sindical.

¿En qué consiste la “apertura”?

El operativo es transformar la mezquina y autodenominada “ley antidespidos” en una norma de “promoción del empleo y de promoción de las Pymes”. Se trata de una confluencia con la “ley de empleo joven” propuesta por el ministro macrista Jorge Triaca, que consiste en el abaratamiento de la mano de obra de jóvenes de 20 a 24 años. A esa disposición, Massa le agrega, 'filantrópicamente', las personas mayores de 50 – que de todos modos quedarán desplazadas por el empleo joven “promocionado”. La “promoción” consiste en la exención de cargas sociales durante dos años, de manera total o parcial, o sea, un subsidio a las patronales.
El apoyo a las Pymes, con el cual se han llenado la boca en el debate parlamentario todas las fuerzas políticas, a excepción del Frente de Izquierda, pasando por el FPV y todos sus matices, consistirá, o bien en exceptuarlas de la prohibición del despido, o en establecer ventajas impositivas y también de cargas patronales en su favor. Estos subsidios desfinanciarán todavía más al Anses, a las Obras Sociales o al erario público, a costa de los contribuyentes.
Hay que tener en cuenta que miles de Pymes son tercerizadas, satélites y hasta testaferros del gran capital. Muchas de ellas facturan fortunas con planteles reducidos, por ser empresas altamente tecnificadas y con mínima mano de obra.
En cualquier caso, sea por “empleo joven” o por ventajas impositiva, el abaratamiento de la nueva fuerza laboral invitará a los empresarios a desprenderse del trabajador antiguo, que cuenta con mejores condiciones laborales y salariales. La exención por dos años financia la indemnización mediante retiro voluntario o jubilación adelantada de los más antiguos, habilitando a una reforma antilaboral encubierta bajo el nombre de “primer empleo”. Es una remanida estrategia de flexibilización laboral, para descargar la crisis capitalista sobre los trabajadores y recomponer la tasa de beneficio del capital a costa de una mayor explotación obrera.
Empero, en esta operación “apertura”, que transforma la ley “antidespidos” en “pro-despidos”, todavía persistirían las cláusulas de prohibición de despidos y aún de suspensiones de la norma original del Senado. Pero ello se ´resolvería´ con un veto parcial de Macri. De ese modo los diputados le evitarían al presidente el “costo político” de un veto total contra la “emergencia ocupacional”. Semejante norma hasta podría tener votos oficialistas en el parlamento, que votarían en particular contra las cláusulas antidespidos y que luego, naturalmente, no se sumarán a los dos tercios necesarios para insistir en la ley original y desautorizar el veto.
Aún para el caso de dos leyes (una sobre los despidos y la otra sobre los ´incentivos´ a las Pymes), algo que tratan de evitar desde el poder y particularmente desde sus socios políticos Massa o Bossio, se plantearía la aprobación conjunta de ambas –y luego el veto de Macri hacia una de ellas.
La perfidia de este operativo político debe ser denunciada con toda su fuerza. Los partidos del régimen, que ya han coincidido en la aprobación del pacto buitre, pretenden mostrarse “preocupados” ante la cuestión del empleo, mientras no vacilan en abrirle paso a una norma cesanteadora y flexibilizadora. Nuestro papel ante todas estas maniobras tiene que ser muy claro. A este operativo, le oponemos un programa obrero basado en el reparto de horas sin afectar el salario, para que la crisis la paguen los capitalistas. Denunciamos el camino de derrota y acompañamiento del ajuste que significa la política de la burocracia sindical, responsable de la parlamentarización de la cuestión, cuando siguen lloviendo despidos a razón de mil telegramas por día.
Mientras Gioja abría su despacho para estas “finas maniobras”, 50000 trabajadores y pobladores se movilizaban en Comodoro Rivadavía ante los despidos permanentes en la industria petrolera y todas las actividades derivadas. En Tierra del Fuego, se producía una nueva movilización masiva contra la represión, tras 65 días de huelga.
La política de la burocracia debe ser denunciada incluso si llega a la convocatoria a un paro nacional aislado, que sólo apuntaría a descomprimir la tensión que provocaría un veto total o parcial de Macri, en el cuadro de los despidos y de la carestía creciente.
Sería parte del paisaje de contención. Nuestra política es armar a los trabajadores para responder con la huelga y la ocupación de los lugares de trabajo ante despidos masivos, y preparar las condiciones en cada gremio para que un paro nacional sea el comienzo de un plan y una lucha de conjunto para derrotar los despidos y el ajuste.

Néstor Pitrola

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