Entrevista al economista Alejandro Bercovich
IdZ: ¿Cómo se paran las principales entidades que nuclean al empresariado frente al gobierno? ¿Qué divisiones puede verse por ejemplo en la UIA, donde hay sectores muy beneficiados por la apertura económica y la devaluación gobierno, y otros más golpeados?
Me parece que en primer lugar hay que entender que las entidades que representan a distintos sectores de las patronales argentinas están muy entrecruzados en sus intereses. Los nombres de los directivos de la UIA, de la Sociedad Rural, del AEA, Foro de Convergencia, de la Cámara Argentina de la Construcción, de la Cámara de Comercio, de las distintas entidades del campo, se entrecruzan en muchos casos. Lo que se expresa a veces como internas en algunas entidades son internas al interior de la clase empresaria que por supuesto tiene algunos ganadores y otros perdedores en lo que va del macrismo, por las primeras medidas que tomaron. Yo ahí lo que veo es que hay una actitud de mucha inquietud en sectores de la industria ligados al mercado interno. Pero que a la vez estos sectores, incluso los de la pequeña industria que en algunos casos sufrieron muchísimo el aumento de las tarifas eléctricas y la apertura importadora, tienen algunos empresarios y algunos referentes que ven con buenos ojos el ajuste y el cambio del gobierno favorable hacia el empresariado en general, y no les molestaría ajustarse o ajustar parte de sus planteles incluso reconvirtiendo parte de su actividad mercado-internista en importadora.
IdZ: Señalaste en varios artículos que en la CEOcracia los ministerios y secretarias terminaron en manos de gerentes o dueños del sector al que deberían controlar o regular, expresando un potencial (por decirlo amablemente) conflicto de intereses. ¿Cómo está actuando esto a cuatro meses de andar?
Creo que tiene una consecuencia importante. La lógica con la cual gestionan los nuevos funcionarios es la del capital, y esa lógica es muy difícil de presentar como orientada hacia el interés común, que es lo que siempre un gobierno pretende mostrar. Incluso esa pertenencia a sectores de la economía y a la dirigencia de algunas de las empresas más importantes del país o radicadas en el país hizo que estos funcionarios en algunos casos discutieran entre sí. El caso paradigmático es la interna que mantiene paralizada Aerolíneas Argentinas, que en cualquier momento se va a convertir en un conflicto. Es la interna entre Isela Constantini, que es una mujer que desembarcó en el gobierno como una señal de apoyo de IDEA, del Foro de Convergencia, del empresariado más “modernizante” si se quiere (y además ligado a capitales norteamericanos), y Gustavo Lopetegui. Este último es una figura poderosísima en el gabinete, que viene de ser CEO de LAN; tiene una larga trayectoria también en el Estado, ligado a Felipe Solá, y en su momento ocupó varias posiciones de importancia en la Provincia de Buenos Aires. Vemos entonces la tensión entre un hombre que viene a gestionar resortes importantes del Estado pero que tiene a su vez indisolublemente un interés ligado a LAN, que es un capital importantísimo, y una gerente que quiere llevar adelante una gestión en Aerolíneas que pueda después reivindicar. En esta disputa se expresa una fuerte tensión entre distintos sectores que integran el gobierno.
IdZ: Casi desde un primer momento, el gabinete económico se dividió por las desavenencias surgidas entre los “gradualistas” y los partidarios de un shock más veloz que los recortes que el gobierno está implementando. ¿Cómo ves que esto se viene desarrollando?
Para el gobierno el único plan es “endeudarse”. Dentro de ese plan hay algunas vertientes que lo que expresan es un ajuste a distintas velocidades, pero el ajuste es el mismo y el objetivo a mediano plazo siempre es el mismo, que es endeudarse. Gradualismo y shock son simples matices. En definitiva lo que hay es una decisión completa de cubrir el déficit externo y fiscal con nueva deuda, reconocer intereses altos, que son los que van a atraer una lluvia de capitales pero no productivos sino financieros, y haber puesto toda una serie de medidas en función de ese objetivo. Por eso liberaron la tasa de interés, por eso la subieron, por eso liberaron los controles de capitales, por eso permiten que los inversores extranjeros compren Lebacs, por eso liberaron los encajes. Todo el set de medidas financieras de supuesto desmonte del cepo en realidad fue la preparación para un ciclo de endeudamiento que no sabemos dónde puede terminar pero que sí sabemos que va a llevar a la Argentina a ratios de endeudamiento mucho más elevados que los actuales. Me parece que los que propagandizan la diferencia entre gradualismo y shock son justamente ellos, para disimular el contenido de shock que tiene de por sí el plan para salir a endeudar al Estado nacional. Y a la provincias, porque no hay que olvidarse que detrás de este acuerdo está el interés de los gobernadores de salir también a tomar deudas.
Esteban Mercatante
La Izquierda Diario
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