viernes, 20 de mayo de 2016

Un veto a pedido de los empresarios



La aprobación de la ley que prohíbe los despidos y un veto express. La rosca en el Congreso y la quietud de la burocracia sindical.

La Cámara de Diputados sancionó por la mañana de ayer la ley antidespidos con 147 votos a favor, 3 en contra y 88 abstenciones. La norma aprobada prohíbe los despidos por 180 días y establece la doble indemnización.
La medida fue aprobada con los votos del Frente para la Victoria, el Bloque Justicialista, el Frente de Izquierda, y otras bancadas; y la sanción fue facilitada por la abstención de casi todo el bloque de Cambiemos.
La estrategia del oficialismo fue no obstruir la votación para que finalmente la norma se apruebe y se encamine al veto urgente del presidente.
Una maniobra acordada en los hechos con el Frente para la Victoria tuvo como compensación el retiro por parte del macrismo del proyecto para que la Justicia pueda allanar el domicilio de Julio De Vido, en la causa por enriquecimiento ilícito.
La sorpresa la dio el bloque del Frente Renovador que conduce Sergio Massa, que luego de idas y venidas condicionadas por intereses electorales terminó apoyando el proyecto.
“Quedan prohibidos por ese término de ciento ochenta (180) días los despidos y suspensiones de trabajadores sin justa causa, tanto en el ámbito público como el ámbito privado”, afirma en su artículo 2°, la ley aprobada en la Cámara baja.
El artículo 3° sentencia: “En caso de producirse despidos en contravención a los dispuesto en el artículo 2° de la presente ley, los trabajadores afectados podrán optar por actuar judicialmente por su reinstalación en el puesto de trabajo (...)”.
Finalmente en el artículo 5° afirma que “la extensión de la convalidación de la extinción dará derecho al trabajador el doble de indemnizaciones emergentes del despido incausado (...)”.
Tanto el oficialismo como el FpV sabían de antemano que la ley iba camino al veto, pese a esto montaron un circo de presunto debate democrático.
El mismo día del tratamiento de la ley, todos los gobernadores firmaron un acuerdo de coparticipación con el Gobierno nacional y al otro día los dirigentes sindicales participaron de la mesa del Consejo del Salario, sin cuestionar al bochornoso veto arbitrario al que se encamina Macri.

Límites

Pese a los límites que tiene el proyecto aprobado, cuyo dictamen también había sido sancionado por el Senado, el presidente Mauricio Macri se dispone a vetar la ley.
El proyecto presentado originalmente por el Frente de Izquierda exigía que los despidos se prohíban por dos años, que la normativa sea retroactiva al 1° de marzo de este año, que incluya a los trabajadores en negro, que se conformen comisiones obreras para la apertura de libros de contabilidad en caso de que las patronales presenten preventivos de crisis, y nacionalización bajo gestión obrera de empresas que cierren; entre otros artículos.
A pesar de los límites del proyecto que se terminó sancionando, la ley es progresiva, por eso los legisladores del FIT votaron a favor de la normativa.
La diputada del PTS-FIT, Myriam Bregman, aseguró luego de la votación: "No nos cabe la menor duda de que la lucha y la movilización del movimiento obrero son la clave para imponer esta ley y doblegar la voluntad del gobierno patronal de Mauricio Macri, que ya aseguró que la va a vetar".

Del voto al veto

Varios referentes del oficialismo anticiparon que Macri vetaría la ley. El presidente del bloque de Cambiemos en Diputados, Nicolás Massot, afirmó que el gobierno no le teme a las acciones sindicales que podrían producirse tras el anunciado veto y sostuvo que la oposición debatió la “conducción del peronismo” y “no la defensa del empleo”.
“Estamos convencidos de que ésta no era la solución, sino que incluso puede ser perjudicial”, sentenció Massot.
Por su parte, el diputado nacional del PRO Pablo Tonelli también aseguró que el presidente vetará la ley y consideró que la norma “no va a acarrear ningún beneficio para los trabajadores”.
“Se mantiene la decisión del presidente de vetarlo, porque consideramos que es un proyecto que no tiene un fin útil, que no va a acarrear ningún beneficio para los trabajadores, y por lo tanto resulta innecesario. Por esas razones, el presidente lo va a vetar”, señaló Tonelli.
El también diputado macrista Luciano Laspina reclamó por su parte "no alarmarse ni escandalizarse, ni decir que es un hecho autoritario" en referencia al veto presidencial, porque "es un hecho absolutamente constitucional".
Según trascendió en la noche del jueves, el presidente anunciará el veto hoy a las 10.30 h de la mañana en un acto en la fábrica Cresta Roja. Una verdadera provocación, ya que en esta fábrica que el Gobierno pretende mostrar como un “modelo” de reactivación, quedaron cientos de trabajadores afuera y los que lograron reingresar perdieron muchas de sus conquistas.
La valentía que pretende mostrar Massot frente a las eventuales acciones sindicales no parece justificada, ya que el grueso de las conducciones gremiales parecen decididas a mantener la quietud frente a la prepotencia antiobrera y antidemocrática de Macri.
"No queremos una ley testimonial", afirmó Bregman, "nosotros siempre estuvimos luchando contra los despidos junto a los trabajadores, mientras que el gobierno kirchnerista nos reprimía con la Gendarmería en la Panamericana. La izquierda va en serio contra los despidos", aseguró.
Ya sea para imponer esta ley elemental, así como para luchar contra el ajuste, es necesario que las dirigencias sindicales rompan la tregua e impulsen un plan de lucha.

Redacción LID

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