Seis personas fueron detenidas con bombas molotov. La ministra de Seguridad acusó a quienes “hacen manifestaciones”. Fue desmentida por la propia Policía Federal.
Patricia Bullrich volvió a quedar en el centro de las críticas y las ironías. Fue este miércoles cuando salió a acusar a 6 personas, que habían sido detenidas con bombas molotov, de buscar “generar una situación de descontrol en la calle”.
Afirmó además que se trataba de “grupos que están, todos los días, haciendo manifestaciones” en obvia alusión a los reclamos de trabajadores en contra de los despidos y el ajuste. Pero también de sectores de los estudiantes que se movilizaron masivamente hace pocos días.
La ministra, sin fundamentos, acusó de manera genérica a los sectores que resisten el ajuste en las calles de estar vinculados a quienes fueron detenidos.
Bullrich afirmó que “presumiblemente iban a Plaza de Mayo” y agregó “tenemos que tener cuidado de no entrar en situaciones de provocación que buscan poner al Gobierno en una situación límite”.
Pero al discurso completamente macartista de la ministra se le sumó la propia ridiculez de las acusaciones.
La misma Policía Federal, bajo órdenes de la ministra, fue la que confirmó que las seis personas que fueron detenidas en el barrio porteño de Núñez eran “quemacoches" y no manifestantes que "iban a Plaza de Mayo”. A su vez, según se publicó en algunos medios, la policía los detuvo cuando intentaban, precisamente, incendiar un auto Peugeot, lo que termina de confirmar lo anterior.
La misma funcionaria que había festejado la quedó en ridículo con la fuga de los responsables del triple crimen de General Rodríguez a inicios de este año, volvió a incurrir en ese rubro.
Más allá del ridículo es preciso condenar las acusaciones contra los sectores que salen a luchar contra el ajuste, un macartismo que solo busca justificar la criminalización de la protesta social y su represión.
Alberto Britos
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