miércoles, 20 de abril de 2016
Despidos: mucho más que una ola
El ataque a los trabajadores estatales y la recesión impulsada por la política económica del Gobierno multiplican los despidos en todo el país.
Mientras el Gobierno festeja un presuntamente “exitoso” nuevo proceso de hipoteca nacional, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, niega que exista una "ola de despidos".
Sin embargo, no es lo que refleja la realidad que viven miles de trabajadores todos los días en lo que es mucho más que una ola de despidos.
A las cesantías en el Estado, que según el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, fueron 11 mil sólo en la Administración Pública Nacional, pero superan los 25 mil entre los niveles nacional, provincial y municipal, se agregan muchos más en el sector privado. Según la consultora Tendencias Económicas en los dos primeros meses del año los despidos sumaron 127 mil. La mayoría son en la construcción, la UOCRA denuncia 55 mil.
Triaca anunció los últimos días que el Gobierno va a convocar al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil para, entre otras cosas, llamativamente, actualizar el seguro de desempleo. A confesión de partes, relevo de pruebas.
Un rosario de despidos
El cinismo de Cambiemos es extremo, no sólo porque su política económica recesiva está conduciendo a miles de despidos, sino porque en muchos casos es el propio gobierno el que los ejecuta de manera directa, como ocurre en la Administración Pública Nacional.
Pero no es el único caso. Lo mismo sucede en YPF. Por la baja del precio del petróleo la empresa con mayoría accionaria estatal despedirá como mínimo a 2000 trabajadores en los próximos meses (entre el 10 y 15 % de su planta). Pan American Energy (PAE) recortará alrededor de 600 empleos. Tecpetrol, perteneciente a Techint, dio de baja a 300. En la industria petrolera de conjunto habría 8300 puestos de trabajo en peligro. La complicidad de los sindicatos petroleros en el ajuste está quedando cada vez más en evidencia.
En estos días se conoció que la planta de IATEC de Río Grande (Tierra del Fuego), perteneciente a Nicolás Caputo, empresario amigo del presidente, despidió a 300 trabajadores contratados. En esa provincia, gobernada por el Frente para la Victoria, más de 3000 obreros metalúrgicos vienen sufriendo despidos, suspensiones y otros ataques a sus condiciones laborales.
En Santa Fe hay varias fábricas que cerraron y despidieron a todo el personal en el último periodo. Tal es el caso ArZinc en San Lorenzo (420 despidos); Paraná Metal de Villa Constitución (180 despidos); Ricedal, aceitera de Chabás (28 despidos); Aerolíneas Sol (180 despidos); y Sadesa en Las Toscas (152 despidos).
La Unión Ferroviaria de Rosario denunció el lunes pasado que 290 trabajadores se quedaron sin empleo en la Empresa Nuevo Central Argentino y Talleres Rioro (en la localidad de Pérez). El gremio se declaró en estado de alerta. En esa ciudad la lista sigue con 80 trabajadores que perdieron su puesto en Bambi y 10 en Cotar.
El falso socialismo santafesino no le hace el ole al ajuste. Acindar despidió 40 trabajadores en Villa Constitución, Nestlé y Meyde de Firmat otros 10 y 20, respectivamente, a los que hay que sumar 28 bancarios, 50 bajas en Coto (en conciliación obligatoria), 20 en metalúrgica Morelli, 100 en el frigorífico Fideco de Totoras.
A estas cifras hay que agregarle planes de retiros voluntarios: 120 en General Motors, 28 en Diario el Ciudadano, 40 en Electrolux, 30 en Acindar Rosario. El mapa se completa con suspensiones en Acindar y General Motors.
En el sur del Gran Buenos Aires más de 200 trabajadores de la multinacional automotriz Honda viven horas de incertidumbre ante el anuncio del cierre de la planta ubicada en Florencio Varela y la Empresa AmBev, propietaria de la Cervecería y Malteria Quilmes, en los próximos meses despedirá unos 250 trabajadores del área comercial (ventas y call center) dado que trasladará ese servicio a la India.
En el Municipio de Quilmes trabajadores de Niñez y Adolescencia pelean por que no haya despidos y para que no se desguacen los servicios sociales.
En San Francisco Solano, la metalúrgica Eitar, donde trabajan alrededor de 470 empleados en su mayoría mujeres, la patronal quiere imponer un plan de reestructuración que dejaría a cerca de 100 familias en la calle. Actualmente hay una conciliación obligatoria que termina la semana próxima. La empresa adeuda un mes de salarios y quiere implantar el ajuste en complicidad con la UOM mediante retiros voluntarios. Además amenazan con despidos.
En el oeste del Conurbano bonaerense, en el partido de La Matanza, la metalúrgicas Asensores Servas, Rapi Estant y Acindar despidieron a 70 trabajadores contratados entre las tres. La empresa Sabó, también perteneciente a la UOM, tiene suspendido al 70% del personal, mientras que la maderera Oblack desvinculó 20 trabajadores efectivos.
La Unión Obrera Metalúrgica denunció tres mil despidos a nivel nacional y cuatro mil suspensiones.
El viernes pasado se conoció la noticia de que 2400 obreros de la construcción de Atucha III fueron despedidos en la localidad bonaerense de Zárate por la decisión del Gobierno de discontinuar la construcción de esa central nuclear.
En zona norte de GBA, Volkswagen dio de baja al tercer turno de su planta, implicó 4000 operarios suspendidos en su rotación del turno noche y 1000 retiros voluntarios. También hubo despidos en la conocida alimenticia Menoyo.
Hasta el entregador serial, Ricardo Pignanelli, titular de SMATA afirmó que en su gremio están “muy preocupados por la situación de los trabajadores y de la industria”, y reconoció que “se están produciendo despidos y suspensiones” en el sector automotriz.
Mientras la burocrática conducción de la CGT de Córdoba declaró el “estado de alerta y movilización” con el propósito de reclamar que “cesen los despidos y los ajustes a los trabajadores”.
El mismo Pignanelli habló de los “licenciamientos” de trabajadores en la Volkswagen de Pacheco e informó que en la Fiat de Córdoba están trabajando tres días por semana. La empresa NHC, fabricante de tractores y maquinaria agrícola, perteneciente a la multinacional italiana despidió a treinta personas hace dos semanas y la fábrica de camiones Iveco, también radicada en esa provincia, trabajas tres días por semana.
Solo un muestreo de un mapa silencioso ocultado por los grandes medios de ambos lados de la “grieta”: unos preocupados por profundizar el “cambio” y otros aportando a la construcción del Frente Ciudadano.
Proyectos de ley
Hoy se reúne la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados de la Nación. Allí se discutirá un proyecto consensuado entre diferentes bloques de la oposición para prohibir los despidos de manera reatroactiva desde el 1° de marzo 2016 hasta 31 diciembre de 2017.
La diputada del PTS en el Frente de Izquierda, Myriam Bregman, presentó un proyecto más avanzado que incluye la prohibición por dos años de las suspensiones y despidos y la estatización bajo control de los trabajadores de toda fábrica o empresa que cierre o despida. Además contempla a los trabajadores no registrados o “en negro”.
Sin embargo, si se tratase el proyecto consensuado sería un paso adelante para proteger en lo inmediato a los trabajadores que están siendo afectados. El obstáculo reside en que si este proyecto fuese aprobado en la Comisión Laboral, luego tiene que pasar por la Comisión de Presupuesto y Hacienda, donde la mayoría la tiene Cambiemos que lo rechazaría. Si el conjunto de la oposición lo definiera podría autoconvocarse hoy mismo y convertir en ley el proyecto, eso es lo que viene exigiendo Myriam Bregman y los diputados nacionales del FIT. La negativa de los otros bloques a tratarlo inmediatamente demuestra que hacen mucha “politiquería” y discurso por arriba con esta cuestión pero no están decididos a imponerlo.
La tregua eterna
Las conducciones sindicales vienen presionando en el Congreso, se reúnen con el Gobierno, con la Iglesia, pero no toman ninguna medida seria.
En el caso de ATE, luego de una gran demostración el 24 de febrero con el paro y movilización a Plaza de Mayo que dejó en claro que hay fuerzas para derrotar el ajuste, las conducciones deggenaristas y kirchneristas que dirigen ATE nacional y ATE Capital, respectivamente, llamaron a medidas aisladas y poco contundentes, optando por desarrollar una interna de aparatos que en nada contribuye a enfrentar los despidos. En paro de los estatales del día de ayer volvió a mostrar tanto la fractura como la voluntad de lucha de los trabajadores.
El miércoles pasado Cristina Fernández lanzaba el Frente Ciudadano desde Comodoro Py. No se trata de un frente para enfrentar el ajuste ni frenar los despidos, sino una mediación preventiva frente al malestar social creciente que busca ser alternativa electoral en 2017 o 2019. Pero ese mismo día la burocracia sindical que alabó a Cristina por años no estuvo haciendo el aguante a la jefa en Comodoro Py, sino reunida con Mauricio Macri en Olivos.
Allí dieron el presente el metalúrgico Antonio Caló, Gerardo “Batallón 601” Martínez de la UOCRA y el criador de caballos Andrés Rodríguez, que dirige UPCN, uno de los gremios estatales. Se sentaron en la mesa junto a otros referentes de las CGT: Hugo Moyano, Luis Barrionuevo, el líder del sindicato de Comercio Armando Cavallieri, el de la Uatre Gerónimo “Momo” Venegas, el de Obras Sanitarias José Lingeri y el de Dragado y Balizamiento Juan Schmid.
Esos dirigentes expresaron su “preocupación” al presidente por los despidos. Hace semanas que hablan de la necesidad de decretar la “emergencia ocupacional” para prohibir los despidos y aumentar las indemnizaciones. También reclamaron una solución de fondo por el impuesto al salario. Macri no dio respuestas. Los dirigentes salieron “desilusionados” y con “las manos vacías”. Sin embargo, eso no alcanzó para levantar la tregua.
Para el próximo 29 de abril se prepara una movilización conjunta de la que participarían las tres CGT y las dos CTA. No iría a Plaza de Mayo, sino al Monumento al Trabajo. Parece más una medida para descomprimir la presión de las bases que para derrotar el ajuste.
Desde la izquierda y el sindicalismo combativo se les plantea a las centrales sindicales que llamen ese día a un paro nacional activo contra los despidos, el tarifazo, por el salario y el apoyo a las luchas. Así como la necesidad de poner en pie un verdadero plan de lucha nacional, con paro general y movilización hasta derrotar el ataque del gobierno nacional, de los gobiernos provinciales y de las patronales nacionales y multinacionales.
Pablo Anino
Fernando Rosso
@RossoFer
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