Vidal reprime a todos los estatales

Auxiliares de la educación

María Eugenia Vidal, intenta disciplinar a los auxiliares de educación mediante descuentos compulsivos y anticonstitucionales, descuentos que en muchos casos se llevan la mensualidad entera del trabajador; inclusive de aquellos que no participaron de las medidas de fuerza convocada por los gremios. Antes de esto había desalojado por medio de la fuerza represiva de la bonaerense a algunos trabajadores que se encontraban ocupando la Dirección de escuelas. En ambos casos el procedimiento fue brutal. La represión policial no respetó a nadie en el reparto de palos y gases, los descuentos del salario tampoco. Se dan casos de trabajadores que están con licencia médica que recibieron descuentos; enfermos oncológicos, embarazadas, licencias por cambios de funciones, etc. Los descuentos fueron implacables, su alcance arbitrario.
Esta actuación oficial, del debutante gobierno de cambiemos en provincia de BS.AS, frente al conflicto de auxiliares de la educación es un signo alarmante de como ve el macrismo al conflicto social y de como está dispuesto a confrontarlo.
Dos formas son hasta acá las sobresalientes: enfrentar con represión policial las acciones obreras aisladas y de baja intensidad (por ejemplo la ocupación de la DGCYE) y, chantajear con descuentos las acciones de lucha de los trabajadores.
Palos y descuentos, descuentos y palos son métodos usuales de las clases dominantes para quebrar los conflictos obreros, pero las cosas no son tan lineales y, los palos y descuentos, pueden transformarse en un bidón de nafta echado al fuego. Todo dependerá de como viva el trabajador el contexto de su lucha, como juzgue la fortaleza gubernamental y su propia acción organizada, como balanceé el rol de la burocracia sindical y hasta donde permita que ésta tutele su movimiento.
Como se ve, la preparación de una lucha es algo más que “firmar y no trabajar” o “matear el paro”.
Lo interesante de las medidas represivas que apresuró María Eugenia es que dejan sin margen al método burocrático “de luchar pasivamente”, sin correr riesgos, reclamando al gobierno con “medidas que lo ayuden a entender la situación de los trabajadores en las escuelas, los hospitales, los ministerios....”. lo interesante se encuentra en el hecho de que la actual gobernadora tensó la cuerda y se muestra dispuesta a disciplinar a los trabajadores, tomen la medida que tomen.
La burocracia sindical tiene ahora la oportunidad, en medio del cuadro de confusión y desmoralización reinante entre las bases del gremio provocado por los descuentos, de desandar lo andado y buscar una salida por la vía judicial -siempre habrá un juez predispuesto a razonar judicialmente con el ejecutivo si con esto los trabajadores abandonan la linea de la acción directa- evitando profundizar el conflicto. Es decir, reiniciar las prácticas en las que la burocracia mejor juega: negociación sin presión de las bases, asumiéndose como victima de una gestión que “no escucha”.
Sin embargo, la gravedad de las medidas represivas del macrismo desbordan el mezquino ámbito de la maniobra burocrática. Vidal reprime a los auxiliares de educación y con esto al conjunto de los trabajadores del Estado en lucha. Entiéndase esto no como un slogan de apelación a una solidaridad abstracta, sino como un hecho concreto encaminado a que las paritarias del conjunto de estatales cierren en un ridículo 15% en cuotas, contra una inflación del 30, según los más optimistas.
La unificación de medidas de todos los estatales. sin distinción de lugares de trabajo, sean del ARS, hospitales, ministerios, escuelas etc. mediante la convocatoria a una gran asamblea provincial de delegados y representantes de base es crucial para organizar una gran huelga provincial y decisiva en medio de esta ofensiva macrista.
El gobierno provincial está jugado a quebrar a los estatales por medio de despidos, caídas de contratos, descuentos salariales.
Que ésta política de disciplinamiento se transforme en la chispa que derrote los intentos reaccionarios de Vidal en contra de los trabajadores estatales.

Daniel Cadabón