sábado, 9 de abril de 2016

El Mendozazo



Hoy a 44 años de esa gran gesta protagonizada por obreros, maestras, estudiantes y vecinos, los trabajadores de Mendoza toman las calles contra el ajuste al grito “Paso, paso, paso, se viene el Mendozazo”.

El mundo se sacudía con procesos revolucionarios como el Mayo Francés, la Primavera de Praga y la guerra de Vietnam. Cruzando la cordillera, los trabajadores chilenos ponían en pie los cordones industriales. En Argentina el Cordobazo abría una situación revolucionaria, había herido de muerte a la dictadura y las réplicas llegaban a Mendoza. Obreros, maestras, estudiantes y vecinos protagonizarán en abril de 1972 un levantamiento, que hasta el día de hoy espanta a la burguesía y sus escribas, que quedó grabado en la historia como el Mendozazo.

La tierra del sol y del buen vino comienza a temblar

Mendoza, con casi un millón de habitantes, vivía distintos conflictos que enfrentaban al gobernador de la dictadura, Francisco Gabrielli, histórico dirigente del Partido Demócrata quien ya había sido gobernador de la provincia.
Las docentes durante los dos años previos realizaron paros e importantes movilizaciones. En 1972 no comenzó el ciclo lectivo, las maestras declararon la huelga por tiempo indeterminado. Los trabajadores estatales también estaban en conflicto y los de la salud, agremiados en ATSA pedían aumento salarial entre otras demandas, con paros de hasta 192 hs. movilizaciones y asambleas. Los contratistas de viñas y frutales le exigían a la patronal y al gobierno ser reconocidos como trabajadores dependientes y que se les reconocieran sus derechos como trabajadores. La respuesta fue 3000 telegramas de despidos. La cementera CORCEMAR despedía a 300 obreros desatando una lucha por la reincorporación de todos, a la cual se suman las familias obreras. En este marco el paro nacional de 48hs. llamado por la CGT para el 29 de febrero y 1 de marzo tuvo en Mendoza el mayor acatamiento en años.
Los estudiantes también luchaban contra el régimen de la dictadura. En la Universidad Nacional de Cuyo y en la UTN cuestionaban a las autoridades universitarias. Rechazaban los exámenes de ingreso implementados con la Ley Universitaria de 1967 y a la política universitaria de conjunto. La politización y radicalización de los estudiantes no se hizo esperar comenzó un proceso de asambleas, tomas de facultades y manifestaciones que fueron reprimidas.
A fines de marzo de 1972, el gobierno de Lanusse, que estaba preparando el Gran Acuerdo Nacional y la vuelta de Perón al país, para desviar la situación revolucionaria que había abierto el Cordobazo, anuncia un aumento del 300% en la tarifa de la luz provocando un descontento generalizado en la provincia cuyana. El 29 de marzo, en la Cuarta Sección, en el límite con Las Heras, 700 personas realizaron la primer asamblea que voto no pagar la luz, movilizarse y poner en pie una coordinadora. Al día siguiente, en el comedor de la Bodega Giol, la Intersindical Provincial realizó una asamblea que también votaba no pagar la luz y movilizar, esa noche los comerciantes de la Ciudad producían un apagón sumándose a la protesta. El 31 toma vida la Coordinadora No Pague la Luz que resolvió una concentración en Casa de Gobierno el domingo 2 de abril, columnas multitudinarias llegaron ese día de los distintos departamentos, llegando a reunir 20.000 personas. Se votó participar de la manifestación convocada por la CGT para el 4. El gobernador respondió prohibiendo cualquier acto de protesta.

Un AZO a los pies del Aconcagua

El 4 de abril trabajadores, estudiantes y vecinos provocaron un terremoto, que tiro abajo los cimientos de la dictadura en la provincia. El día comenzó con la represión a las maestras en la sede sindical del Magisterio, donde concentraban. El “Neptuno”, carro hidrante de la policía, disparaba agua azul contra sus guardapolvos blancos, convirtiéndolos en un símbolo del Mendozazo. Las fuerzas del orden también se hacían sentir en el local de la CGT, donde se habían concentrado trabajadores de distintos gremios, como los ferroviarios, que presionaban a la conducción de la central para que se pusiera a la cabeza de la movilización y que en esos momentos se negaban a salir del local. Los obreros frente a la represión, desbordaron a su dirección y se defendieron lanzando piedras bolas, que tapizaban las acequias de la época, haciendo retroceder a la policía. Mientras avanzaban por el centro, hacia Casa de Gobierno, levantaron barricadas. Allí se encontraron con los estudiantes que bajaban marchando desde la UNCuyo, la UTN y colegios secundarios, juntos enfrentaron la represión de la policía provincial y federal, de la gendarmería y finalmente del ejército que militarizó el territorio. La represión en Casa de Gobierno produjo el primer muerto, el canillita Ramón Quiroga, y decenas de heridos. En las imágenes de la época pueden verse como los manifestantes incendiaron colectivos, trolebuses y autos para frenarla y atacaron con piedras el edificio gubernamental.
Mendoza es declarada “zona de emergencia”. Al final del día el gobernador de la dictadura Francisco Gabrielli es obligado a renunciar, siendo un primer gran triunfo para las masas movilizadas. Pero desde Buenos Aires deciden mantener el aumento de la luz. La CGT llama a un paro para el día siguiente, el acatamiento es total a pesar de no haber tenido difusión por la censura radial que reinaba. El entierro de Ramón Quiroga fue acompañado masivamente. Luego se marchó del cementerio hacia el centro donde nuevamente hubo enfrentamientos. Los manifestantes se replegaron hacia el departamento de Las Heras y junto con los vecinos organizaron la resistencia, obligando a los militares a retirarse de ese territorio. Al día siguiente, el 6 de abril, en Guaymallén también se repetían los enfrentamientos, desde distintas zonas llegaban grupos al Acceso Norte donde se levantaban barricadas para impedir el paso de la policía, los vecinos hacían hogueras y sacaban de sus casas todo tipo de cosas para alimentar las barricadas y enfrentar a la policía. El Carril Godoy Cruz, una de las principales arterias de ese departamento, estaba cubierto de adoquines, piedras y carteles de publicidad haciendo imposible el despliegue de las fuerzas represivas. Por la calle Pedro Molina, otro de los accesos importantes a Guaymallén, era imposible penetrar, los vecinos enardecidos lanzaban todo tipo de elementos como proyectiles, los gases lacrimógenos ya no eran efectivos y comenzaron a disparar con armas de fuego. Ese día murió Susana Gil de Aragón mientras atendía su negocio, por un balazo en la cara. Los trabajadores y la juventud de Las Heras la declararon “zona liberada”, se realizaron asambleas en las barriadas obreras donde se preparó la autodefensa del territorio. La juventud desobedeciendo el toque de queda, llenó de barricadas los puentes del zanjón de los ciruelos, la avenida San Martin estaba en penumbras, el alumbrado público había sido destruido. 50 manzanas de este departamento eran territorio liberado. Los vecinos contribuían con dinero y alimentos para sostener las barricadas. El viernes 7, la represión sobre Las Heras se cobró un nuevo muerto Luis Mallea, un estudiante de 18 años, e innumerables detenciones.
Por la noche, llego un nuevo triunfo, el gobierno militar anunció la suspensión en el cobro de las tarifas eléctricas y se nombraron nuevas autoridades en la provincia. El Mendozazo dejó un saldo de tres muertos, 190 heridos, 480 detenidos que fueron torturados y 3 desaparecidos (un trabajador de sanidad y dos metalúrgicos). Daños materiales en la casa de gobierno y en el centro, vehículos, micros y trolebuses incendiados.

Una gesta obrera que hoy suena nuevamente en las calles

“Paso, paso, paso, se viene el Mendozazo”, se escuchó estos días en las calles de Mendoza, una chispa del pasado nuevamente se enciende. Lo escribas de la burguesía se alarman y en sus diarios vociferan acusando a los docentes de totalitarios, sediciosos, peligrosos, que atrasan 40 años. Y tienen razón en alarmarse, ese pasado heroico que intentaron enterrar a sangre y fuego, hoy vuelve, de a poco, pero vuelve. Tienen razón en pensar que son peligrosos los trabajadores que osan cuestionar el orden de cosas existentes, son muy peligrosos para los intereses de la burguesía, sus gobernantes y sus ideólogos disfrazados de periodistas. Pero esos trabajadores no atrasan, al contrario, gestas como las del Mendozazo hacen pegar saltos en la historia, nutriéndose de la imagen de los antepasados que quisieron tomar los cielos por asalto.
El Mendozazo fue una acción histórica independiente de las masas. Porque los trabajadores y el pueblo superaron a sus direcciones burguesas como el peronismo y a las burocracias de los sindicatos. Fueron más allá del paro y la movilización, convirtiéndose en una semi-insurrección. El 4 de abril el movimiento ocupó la ciudad y derrotó a las fuerzas policiales, pero fue insuficiente para frenar al ejército, que obligó a que la resistencia y las batallas se trasladaran a las barriadas obreras de Las Heras y Guaymallén que durante días se mantuvieron como territorios liberados donde la policía no podía entrar. Los obreros y estudiantes lograron tirar abajo al gobernador, pero carecieron de una estrategia para derrotar al ejército y tomar el poder. Porque carecían de una dirección revolucionaria, no tenían un partido que los guiara. Como dice Trotsky “Derribar el antiguo poder es una cosa. Otra diferente es adueñarse de él. En una revolución, la burguesía puede tomar el poder, no porque sea revolucionaria, sino porque es la burguesía: tiene en sus manos la propiedad, la instrucción, la prensa, una red de puntos de apoyo, una jerarquía de instituciones. En muy diferente situación se encuentra el proletariado: desprovisto de los privilegios sociales que existen en su exterior, el proletariado insurrecto sólo puede contar con su propio número, su cohesión, sus cuadros, su Estado Mayor. Del mismo modo que un herrero no puede tomar con su mano desnuda un hierro candente, el proletariado tampoco puede conquistar el poder con las manos vacías: le es necesaria una organización apropiada para esta tarea”.
El proceso revolucionario abierto en todo el país con el Cordobazo, y del cual el Mendozazo es parte, obligó a los militares y la burguesía poner fin a la proscripción al peronismo, intentando con ello desviar ese ascenso obrero y popular. Cuando eso no alcanzó no dudaron en apelar a las bandas de las Tres A y finalmente a la dictadura más sangrienta para aniquilar a una generación que se planteó la lucha contra el imperialismo y el capitalismo.
El último 24 de Marzo una columna de varios centenares de jóvenes y obreros del PTS, el partido de Nicolás del Caño y Noelia Barbeito, los líderes del Frente de Izquierda que se ha convertido en la tercera fuerza política de la provincia, marchó cantando "marchan por la calle, los hijos del Mendozazo", mostrando la firme voluntad de construir ese partido revolucionario que faltó en el último ascenso obrero y popular.

Ulises Jiménez
Concejal PTS/FIT | Las Heras, Mendoza
Jazmín Jimenez
@JazminesRoja

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