sábado, 23 de abril de 2016

La lucha de los despedidos en la Feria del Libro



Alberto Manguel, director designado de la Biblioteca Nacional y verdugo de más de 200 trabajadores despedidos, fracasó este jueves 21 en su propósito de inaugurar tranquilamente esa ronda de negocios que es la Feria del Libro. A pesar de aprietes y amenazas de la dirección de la patronal—y de la burocracia que fue su correa de trasmisión— debió soportar durante su discurso el escrache de trabajadores cesanteados, mientras militantes del Partido Obrero repartían un volante con el título "¡Fuera Manguel!".
Alberto Manguel, director designado de la Biblioteca Nacional y verdugo de más de 200 trabajadores despedidos, fracasó este jueves 21 en su propósito de inaugurar tranquilamente esa ronda de negocios que es la Feria del Libro. A pesar de aprietes y amenazas de la dirección de la patronal—y de la burocracia que fue su correa de trasmisión— debió soportar durante su discurso el escrache de trabajadores cesanteados, mientras militantes del Partido Obrero repartían un volante con el título "¡Fuera Manguel!". El director no dijo palabra de los despidos y solo habló de Cervantes y de Borges, quien, dicho sea al pasar, nunca echó a nadie mientras ocupó ese mismo cargo.
Esta actividad fue continuidad de otras dos, organizadas en la explanada de la Biblioteca durante dos sábados seguidos por un grupo de escritores agrupados en defensa de la BN junto con algunos compañeros despedidos.
Manguel tuvo una actitud de hipocresía extrema: postergó su asunción hasta julio para que, en el ínterin, el trabajo sucio de despedir lo hiciera su vicedirectora, la (¿ex?) kirchnerista Elsa Barber, que aceptó esa canallada a cambio de mantener el puesto que ya tenía en tiempos de Horacio González. Por otra parte, la tercerización y los contratos basura heredados de la gestión de González le facilitaron a Manguel y a Barber la tarea de echar compañeros.
La burocracia de ATE se dedicó a jugar de bombera desde el primer momento, con el argumento de que negociaría los despidos uno por uno y que acudiría a la vía legal, como si fuera un estudio de abogados y no una representación sindical.
Como señalamos en nuestro volante, el mundo de la cultura necesita organizarse contra los despidos en la Biblioteca Nacional, en el Centro Cultural Kirchner y en el Ministerio de Cultura, y coordinar esas acciones con la de los despedidos en todas las administraciones estatales, provinciales y municipales, y la de todos ellos con los trabajadores de las privadas.

¡Fuera Manguel y Barber de la Biblioteca Nacional!

¡Reincorporación inmediata de los despedidos!

Partido Obrero

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