lunes, 25 de abril de 2016

El peronismo y la “Fiesta del Trabajo”



Si desde fines del siglo XIX, el 1º de Mayo en nuestro país fue conmemorado como parte de un día de lucha y movilización -reafirmando las banderas de la lucha de clases y del internacionalismo proletario-, la historia iba a cambiar a partir del peronismo en el poder.

Ya el gobierno del radical Marcelo T. de Alvear, en 1925 lo había declarado feriado nacional y había comenzado la operación de cooptación, para desligarlo de todo contenido combativo y realizar un “homenaje al trabajo”. Pero fue a partir de 1946 que el día del trabajador se institucionalizó definitivamente, convirtiéndose en “fiesta del trabajo”, en una operación deliberada de cambio de sentido. La prensa del momento da cuenta de ello sosteniendo que “La celebración del día de los trabajadores, que no hace muchos años se limitaba a rencorosas expresiones de rebeldía y a tumultosas manifestaciones callejeras presididas por la bandera roja, es ahora un acontecimiento que congrega al país entero en un mismo impulso de jú- bilo y gratitud”(1). El ascenso de Juan D. Perón a la presidencia fue parte de un proceso político que buscó hacer equilibrio entre las bases obreras y el imperialismo norteamericano.
Las enormes conquistas obtenidas en el período como las vacaciones pagas, la protección laboral o el aguinaldo, fueron la “prenda de cambio” de la cooptación. Asimismo se promovió la estatización de los sindicatos, la despolitización obrera (“de casa al trabajo y del trabajo a casa”) y la formación de una cultura nacional y popular que forjará en la conciencia de la clase trabajadora una ideología de conciliación de clases –haciendo creer que los intereses de trabajadores y empresarios son iguales-, muy ajena a la tradición precedente de los inicios del movimiento obrero argentino. Es así como el 1º de Mayo va a ser convertido en una celebración oficial de la CGT y el peronismo, levantando un gran escenario en la Plaza de Mayo para su celebración. La concurrencia multitudinaria era nutrida por los trabajadores de los sindicatos del Gran Bs. As. que cantaban el himno nacional y la marcha peronista, para luego admirar un show artístico, un festival de música, un desfile de carrozas y la esperada elección de la “Reina del trabajo”.
En la llamada “Fiesta del Trabajo y la Lealtad”, no faltaban los discursos de los dirigentes de la central obrera y del mismo Perón, quién le hablaba a los trabajadores como en 1948, donde sostiene que “Sea este 1° de Mayo la fiesta de un gobierno y de un pueblo de trabajadores, fiesta de hermanos que se reúnen en este acto en un abrazo sincero de argentinos, sin distinción de jerarquías, ni de castas, ni de clases. Todos iguales, con los mismos derechos y las mismas obligaciones, frente a la Patria y frente a la historia”. Los festejos del 1º de Mayo del peronismo y su transformación en un día de fiesta, buscó expropiar el contenido combativo y de lucha, desterrando de la conciencia obrera el enfrentamiento con los patrones para reemplazarlo por la armonía y la paz social entre clases enfrentadas. La promoción de su institucionalización estaba al servicio de un proyecto de unidad nacional y de reconciliación entre el trabajo y el capital.

Nicolás Bendersky
Docente | SUTEBA Lomas de Zamora

1. Diario Democracia (2/05/49), citado en Cuando las mujeres reinaban. Lobato, Mirta, Editorial Biblos, Bs. As., 2005.

No hay comentarios:

Publicar un comentario