Imputan por lavado de dinero a Cristina Kirchner

Un régimen off shore en la picota

La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex ministro Julio de Vido han sido imputados por lavado de dinero luego de las declaraciones del ex valijero Leonardo Fariña en calidad de “arrepentido”. Esta imputación, ocurrida a escasos días de las detenciones de Lázaro Báez y Ricardo Jaime, se suma a la citación a brindar "declaración indagatoria" de la ex presidente el miércoles 13, por la operatoria del Banco Central con el dólar futuro.
Fariña habría involucrado también en su declaración a la gobernadora santacruceña Alicia Kirchner y al ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner. El vaciamiento de los presupuestos de la obra pública, por lo visto, tiene como beneficiaria a la “patria contratista” en un plano más general.
Por el lado del oficialismo, las cosas no están más tranquilas tras la imputación del presidente Mauricio Macri por poseer empresas off shore.
El Panamá Papers, también en estas horas, está envolviendo a connotados integrantes de la burocracia sindical. Con Macri y Cristina imputados, asoma a la luz todo un régimen “off shore”, o sea, un gigantesco andamiaje de fuga de la riqueza nacional en beneficio de la clase capitalista.
Para no ser menos que nuestros hermanos brasileños, asistimos a nuestro propio “Lava Jato”, si entendemos por esto una dinámica de carpetazos e imputaciones que envuelven a todo el régimen político. Al igual que en Brasil, ese régimen podrido es el que busca descargar la crisis sobre las masas por medio de un ajuste que ha tenido sus últimas manifestaciones en los tarifazos sobre los servicios y el transporte.
La gran cuestión que recorre la inquietud popular en estas horas es: si la quiebra nacional es el resultado de las operaciones de los Báez-CFK, de un lado, y de los Macri-Caputo del otro ¿por qué los trabajadores debemos pagar la crisis?
Que la paguen los capitalistas, los que fugaron 350.000 millones de dólares del país, y sus agentes políticos.
La “grieta” entre actuales y anteriores oficialistas se ha venido abajo. Hay que hacer emerger la verdadera grieta, entre los vaciadores y los que vivimos de nuestro trabajo.

G.M.