martes, 19 de abril de 2016
Capitalistas del Caribe
Macri en la lista de políticos y empresarios que evaden impuestos a través de sociedades fantasma en paraísos fiscales. El PTS-Frente de Izquierda pide que el presidente de explicaciones en el Congreso. Que se sepa toda la verdad: abolición del secreto comercial y bancario que mantiene ocultas las ganancias capitalistas mientras todos sabemos cuánto gana cualquier trabajador. Nada de esto podría realizarse sin el sistema bancario que permite armar cuentas en el exterior y mover el dinero: Nacionalización de los bancos y creación de una banca estatal única controlada por los trabajadores.
“Las empresas offshore tienen dos objetivos: o lavar dinero o evadir impuestos” aseveró Alberto Fernández, ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner, que algo de esto debe saber.
“Parte del negocio de las empresas offshore es que no se conocen quiénes son sus dueños” dijo la periodista Mariel Fitz Patrick en el programa de Fantino. Mariel es parte de la red internacional de periodistas que destapó el “Panamá Papers” que implica a la familia Macri entre 140 políticos a nivel mundial, tan solo la punta del iceberg.
Efectivamente, el sistema de las empresas offshore (que quiere decir algo asi como “fuera de las costas” del país) es un mecanismo “legal” (de la legalidad de los millonarios) para maniobras de los empresarios capitalistas que ponen sus ganancias (incluso las provenientes del crimen) en el exterior, “a salvo” de los impuestos de los Estados nacionales. Arman otras empresas en los llamados “paraísos fiscales” que están libres, o con bajísimos, impuestos.
Es el capitalismo global
Más de un tercio de las 200 personas más ricas del mundo (2,8 billones de dólares en conjunto), tienen parte de sus fortunas en empresas offshore o con entidades a nombre de terceros, según fuentes de Bloombergs Billionaires Index. Se denuncia que 1,3 billones de dólares anuales se pierden por evasión fiscal solo en Europa. En el 2011 se contabilizaban 32 billones de dólares en refugios offshore ocultados por los empresarios. Según denuncias comprobadas, más de 100 mil burgueses de todo el mundo tienen 9,8 billones de dólares en paraísos fiscales. El propio Senado de los EE.UU., en el 2000, dice que los bancos norteamericanos y europeos (ausentes llamativamente hasta ahora en los informes del Panamá Papers) lavaron entre 500.000 millones y 1 billón de dólares anuales provenientes del crimen.
Es decir, la evasión de impuestos, el fraude fiscal, el lavado de dinero proveniente del crimen está inscripto en el funcionamiento “normal” del sistema capitalista global.
La corrupción como base de la acumulación capitalista
Marx en El Capital, se refiere al rol del fraude, el robo y la corrupción en la formación de las grandes fortunas que se volcaron luego al circuito de valorización del capital. Un claro ejemplo de esto en la historia nacional, fue la usurpación a sangre y fuego de las tierras a los pueblos originarios que permitieron constituir las primeras fortunas de la clase dominante “fundadoras” de los países latinoamericanos.
Los ricos en el poder
A esta altura del desarrollo del sistema capitalista mundial, hay dos tipos de políticos burgueses: los que usan la política para enriquecerse, y los que ya eran ricos desde antes y llegan a los cargos gubernamentales para beneficiar desde el poder a su clase de origen. En el primer caso podemos agrupar a las camarillas de “nuevos ricos” llegados al poder, del estilo de los Kirchner y los Lázaro Baez. En el segundo, a los Macri y sus CEOs (gerentes) o dueños directos de compañías multinacionales como los ministros Aranguren (Shell) o Dietrich (Volkswagen).
El destape del “Panamá Papers” muestra en parte, y solo en parte, que lo que se llama “corrupción” es una cuestión global del sistema capitalista.
La verdad en secreto
Ninguna operación de lavado de dinero o evasión fiscal podría hacerse sin el concurso del sistema bancario actual. Tanto para abrir cuentas en el exterior como para transferir el dinero, los banqueros son esenciales. Según el informe (parcial) 500 bancos y sucursales han trabajado para asesorar a sus clientes en el manejo de compañías offshore. Como venimos afirmando en La Izquierda Diario, “Es el modus operandi inherente al capitalismo y que tiene un pilar ‘legal’ fundamental como el derecho a la propiedad privada: el secreto en general y bancario-comercial en particular. Terminar con ese infame secreto siempre fue un reclamo de los socialistas”.
Nuestra salida
Lenin ya explicaba, hace cien años, el mecanismo que hoy descubre el periodismo internacional: “es imposible ejercer un efectivo control de cualquier tipo sobre los bancos por separado y sus operaciones (aun suponiendo que se suprima el secreto comercial, etc.) porque no se puede seguir las complicadísimas, confusas y astutas maniobras a que se recurre al hacer los balances, al fundar empresas o sucursales ficticias, al emplear los servicios de testaferros, etc”.
Toda la sociedad discute públicamente cuánto debe valer el salario de los trabajadores moneda por moneda, como es el techo en las paritarias. Sin embargo, a los capitalistas los asiste el derecho “sagrado” al secreto de sus multimillonarias ganancias. Un reclamo elemental es terminar con el secreto comercial y bancario: que todo el pueblo conozca cuánto ganan, cuanto gastan y en qué. Esto lleva a la necesaria nacionalización de la banca y la creación de una banca estatal única controlada por los trabajadores.
Para terminar con esta vieja ‘industria del secreto’, la idea de los socialistas es la abolición del secreto comercial y bancario. Toda la verdad al pueblo trabajador y nacionalización de la banca bajo control estricto de las únicas manos honestas, las de los trabajadores y su propio gobierno.
Manolo Romano
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