Pepa Noia, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, murió a los 94 años. El 13 de octubre de 1976 su hija María Lourdes –de 29 años– fue secuestrada junto con su marido en Constitución. Pepa fue una de las catorce mujeres que se reunieron el sábado 30 de abril de 1977 a las cuatro y media de la tarde en la Plaza de Mayo para reclamar por sus hijos desaparecidos.
“Nunca, nunca, van a decir: ‘La vimos llorar a Pepa’. Yo lloraba cuando salía a la calle. Cuando iba en los colectivos, me sentaba a fumar y lloraba. Cuando iba a los ministerios decía: No hay que mostrarles el dolor que una tiene. Ni bien salía, lloraba como una desgraciada todo el camino. Delante de ellos, no, jamás”, comentó Pepa en un reportaje.
En 2010 fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Había vivido en Castelar y allí fue obrera textil. Su hija Lourdes era psicóloga y profesora de la Universidad de Morón. Pepa fue una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo y estuvo en la primera ronda para reclamar por la aparición de su hija. De hecho, llegó dos horas antes a la cita programada por las mujeres, lo que la convirtió en la primera en llegar a la Plaza de Mayo. Fue amiga inseparable de Mirta Baravalle y Nora Cortiñas, compañeras de Línea Fundadora. Sus restos serán velados hasta hoy a las 10, en la Legislatura porteña.
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