martes, 22 de septiembre de 2015

¿Profesión? Docente, madre y ama de casa



Laura se levanta a las 5.30 h, deja a su hija de 4 años con la niñera, y se toma el tren para ir a la escuela. A la mañana tiene un grado de 33 alumnos. Al mediodía corre para tomarse el colectivo y poder llegar a la otra escuela, almorzando en el viaje. Al salir, corre para buscar a su hija. Llega a la casa, y mientras ayuda en la tarea a sus otros hijos, prepara la cena y planifica una actividad para hacer al día siguiente. Al menos no tiene que estar frente a un curso hasta las 21 h como fue la semana anterior, que agarró una suplencia en una escuela nocturna.

‘’Las maestras son como una segunda mamá”

¿Cuántas veces escuchamos este tipo de frases en nuestro trabajo docente? La idea de que la docencia es puramente una vocación, data de la época de Sarmiento, allá por fines de 1800. Con el tiempo y gracias a las luchas docentes se fueron conquistando derechos como ser considerado un trabajo y con una remuneración acorde. Aunque en la actualidad esto está lejos de haberse logrado.
Somos un gremio con el 85% de mujeres, la mayoría sostenes de hogar o madres solteras, y tenemos que trabajar dos turnos o más para poder mantener a nuestras familias, pagar el alquiler, las cuentas, y cuando cobramos el tercer cargo, ¡nos descuentan impuestos a las ganancias! Luego cuando volvemos a nuestras casas nuestra jornada laboral continúa, pero en este caso sin ninguna remuneración, ya que nos hacemos cargo del cuidado de nuestros hijos y de la casa, y también de planificar actividades, corregir pruebas, etc. Así es como llegamos al fin de semana exhaustas, a fin de año estresadas y después de unos años de “oficio”, con la cabeza quemada (se llama “síndrome de Burnout”).
Que las maestras desgastemos nuestras vidas en la escuela no puede ser algo que naturalicemos. Tenemos miles de casos de enfermedades laborales como disfonía, hernias, lumbalgias, patologías psicológicas. Como trabajadoras y como mujeres, sufrimos la doble opresión de que nos explotan en el trabajo, y que no nos pagan por el doméstico. Tenemos que hacernos cargo no sólo de la educación en las aulas, sino de situaciones que exceden lo escolar, como alumnos en situación de pobreza, violencia, que sobre todo dejaron las políticas neoliberales de desempleo y precarización laboral de los 90. No tenemos tiempo para capacitarnos fuera de la escuela, y el estado se niega a darnos capacitación en servicio.

¿Qué políticas hay para nosotras?

¿Realmente cambiaron nuestras condiciones de trabajo después de 12 años de gobiernos K? Si bien tuvimos algunas mejoras salariales, no se redujo la jornada laboral, y la plata cada vez nos alcanza menos. Y el gobierno de Macri, hace unas semanas amplió en 450 millones de pesos el subsidio a las escuelas privadas, en lugar de poner esa plata para mejorar las condiciones de enseñanza-aprendizaje. ¿Y Scioli, que dejó más de cuatro meses sin cobrar a más de 700 docentes en Provincia de Buenos Aires? ¿Qué podemos esperar de estos gobiernos?
¿Y la Iglesia? Desde hace siglos viene metiéndose no sólo en lo que hacemos con nuestros cuerpos, combatiendo nuestro derecho a elegir si queremos tener hijos o no, sino también metiéndose en los contenidos del sistema educativo que supuestamente es laico. ¡Hace muy poco el gobierno de Cristina derogó el artículo 8 de la ley 1420, lo que permite que se enseñe educación religiosa en escuelas públicas, como sucede en Salta!
Y nuestro sindicato UTE, que agrupa a la mayoría de las y los docentes de las CABA, dirigido por la Lista Celeste, están mucho más preocupados por mantener sus propios intereses, que defender nuestros derechos, ¿acaso es “normal” que tengamos que trabajar tres cargos para llegar a fin de mes?

Nuestras bancas del Frente de Izquierda

Después de la marcha multitudinaria del 3 de junio por Ni una Menos, que fuimos miles que salimos a las calles contra la violencia hacia las mujeres, y en la que con Pan y Rosas levantamos la pelea contra la precarización laboral, que también es violencia; este año nos preparamos para el Encuentro nacional de Mujeres, para que se escuche nuestra voz y sigamos el camino de esa enorme movilización.
Hoy hay medidas concretas que pueden tomarse pero ningún gobierno está dispuesto a hacerlo. Por eso nuestras bancas del Frente de Izquierda, con Nicolás del Caño y Myriam Bregman, son un enorme apoyo a nuestras luchas. Presentamos el proyecto de ley de Emergencia contra la violencia hacia las mujeres, donde planteamos un régimen de subsidios para las víctimas de violencia, la creación de refugios y planes de vivienda, un régimen de licencias laborales y la necesidad de equipos interdisciplinarios gratuitos para asesoramiento, prevención y atención. Estas medidas son urgentes y se pueden tomar hoy, sacando la plata de impuestos a las grandes fortunas y corporaciones inmobiliarias.
Para mejorar las condiciones la educación pública, planteamos desde nuestra voz en el Parlamento y en las calles, la necesidad de aumentar el presupuesto educativo, con un quite progresivo de los subsidios a las escuelas privadas. También por todas las enfermedades laborales que padecemos, planteamos la jubilación voluntaria a los 25 años de servicio, 10 de los cuales frente al curso, sin límite de edad, con el 82% móvil, y una jornada laboral de 6hs (4hs frente al curso) con un salario igual a la canasta básica familiar.

Miles y organizadas

“Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte”. Peleamos por todas nuestras demandas, y con el FIT tenemos un lugar que fortalece nuestra lucha por conquistar todos nuestros derechos, con nuestros candidatos acompañándonos en las calles. Damos esta pelea cotidiana en las fábricas, las escuelas y en las universidades. El camino de Ni una Menos nos dejó las mejores condiciones para poner en pie un movimiento de mujeres que luche por terminar con la violencia machista, las redes de trata, la precarización laboral, por conquistar nuestro derecho al aborto. Con Pan y Rosas te invitamos a que te sumes a dar esta pelea, a construir este movimiento, y a participar del Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata.

Julieta Azcarate
Congresal de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE)

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