viernes, 25 de septiembre de 2015

El rumbo a octubre, con márgenes acotados para manejar las turbulencias económicas



La decisión del Gobierno de avanzar sobre la cotización de los bonos en dólares en manos de los fondos de inversión expuso la preocupación por la limitada disponibilidad de dólares que tiene. Mostró también los márgenes estrechos que tiene el Gobierno, por el impacto explosivo de la norma.El rumbo a octubre, con márgenes acotados para manejar las turbulencias económicas

Ayer fue otro día de desplome bursátil y de títulos públicos, continuando con la onda expansiva de los anuncios del día martes sobre la Resolución 646 de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que obligará a los fondos de inversión a valuar los títulos públicos en dólares a la cotización de la moneda en el mercado oficial. Desde entonces, los fondos de inversión se están desprendiendo de forma acelerada de títulos públicos para evitar la pérdida que les generará en sus balances el descuento (ya que hasta ahora esos títulos cotizaban con un dólar implícito un 30% superior al oficial, el dólar que surge de la operación con bonos conocida como “contado con liqui”. Esta acelerada venta de bonos (los fondos habrían vendido títulos por alrededor de 5.000 millones de dólares desde el martes) empujó una fuerte caída de sus valores, y, junto con ellos, el del dólar implícito en las operaciones, que pasó de $14 a $13,30. En la caída se vio arrastrada también la Bolsa, al mismo tiempo que cayeron las acciones de empresas locales en Wall Street. Entre otras cosas existe el interrogante de si las tenencias de estas acciones también estarán alcanzadas por la Resolución 646.

La tensión cambiaria, al ritmo de la devaluación del real

La medida tomada por el Gobierno mostró la urgencia por “pisar” las cotizaciones del dólar que usan las empresas. En los hechos, terminó generando un buen negocio para las empresas que se abastecen de los mismos, ya sea para girar dólares al exterior o para pagar importaciones, que ahora pueden abastecerse a menor costo de los bonos que utilizan para conseguir los dólares que no llegan a comprar en el mercado oficial por no conseguir autorización del Gobierno.
Con un real que ayer continuaba depreciándose frente al dólar (llegó a cotizar 4,20 reales por dólar, aunque finalmente retrocedió a algo menos de 3,99 al final de la rueda), se viene complicando para el gobierno argentino administrar la hoja de ruta hacia el recambio gubernamental, hasta el que pensaba llegar con lo justo apelando a la vieja receta de la bicicleta financiera. Este camino, que ya conocemos desde los tiempos de Martínez de Hoz, tiene altos costos que se cargarán en la cuenta del ajuste sobre el pueblo trabajador que ya se preparan a aplicar todos los aspirantes con más chances de suceder a Cristina. Por el trastocamiento del panorama que significa Brasil, el Gobierno redobló los intentos por taponar las vías para compra de dólares, recortando el dólar ahorro y reforzando la presión sobre el paralelo y el contado con liqui. Pero la compra de dólar ahorro va rumbo a un nuevo récord (ya lo fue el nivel vendido el mes pasado), la brecha entre la cotización del dólar oficial y el “blue” seguía ayer cerca de 70%, y el recorte del dólar operado en los bonos ha sido limitado, con un fuerte impacto sobre la Bolsa que todavía se sigue profundizando.

El Banco Central, vaciado

El gobierno expone con sus decisiones una preocupación que desmiente la minimización que hace el ministro Kicillof sobre el rol que tiene el mercado ilegal de divisas y las operaciones con bonos. No es para menos, ya que las cuentas del Banco Central (BCRA) exponen una situación precaria. Aunque según el BCRA las reservas son de 33.599 millones de dólares, si tenemos en cuenta que allí está contando como propios lo swaps con China y Francia por 8.898 y suma los depósitos privados en dólares, en realidad el monto neto llega a 16.385 millones de dólares. En octubre está el vencimiento de Boden 2015, que alcanza los 6.500 millones de dólares. Aunque una parte de los mismos está en manos del Estado, el pago a privados no sería menor de 3.500 millones de dólares. Ante el panorama previsible de un comercio exterior que no aportará ningún dólar al BCRA (lo que significa tomar de base un escenario “optimista” de que el balance comercial no ingrese de lleno en zona negativa), esto dejará como vemos una autoridad monetaria en zona de riesgo en los comienzos del próximo Gobierno.

Cortar de cuajo el desfalco y la timba de los bonos

La sumatoria de medidas “intervencionistas” que implementa el kirchnerismo, no se proponen otra cosa que administrar la escasez de dólares sin atacar sus raíces de fondo. En primer lugar, terminar con el desfalco de la deuda. El pago “serial” que el Gobierno reivindica es el motivo central que explica la escasez de dólares que afronta la economía. Cristina Fernández afirmó que durante 12 años se pagó la friolera de 190 mil millones de dólares, a pesar de lo cual la deuda pública total no dejó de aumentar. En 2011 la deuda equivalía a 33,3 % de la economía nacional; hoy representa 43 % de la misma. Dentro de esto volvió a crecer la parte en dólares, gracias a los pagos a Repsol, el Ciadi, y el Club de París. Declarar el no pago de toda la deuda es una medida elemental.
Junto con esto, la nacionalización de la banca y el monopolio estatal del comercio exterior. Los dólares que le “faltan” a la Argentina son los que vienen hace años administrando discrecionalmente las 30 empresas que hoy tienen un verdadero monopolio privado del comercio exterior, y los que fugan los grandes empresarios en connivencia con los bancos, que siguen contando con todas las ventajas que les otorgó la reforma de la ley de entidades financieras de 1977. Con estas iniciativas se puede frenar la especulación, los negocios con bonos, acciones y el precio del dólar actual y futuro, y asegurar el control de las divisas de acuerdo a las verdaderas urgencias nacionales, las inversiones largamente postergadas en infraestructura, vivienda, y en abastecer la matriz energética que padece el descalabro de décadas de saqueo imperialista.

Esteban Mercatante
@estebanm1870

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