domingo, 6 de septiembre de 2015
No al cierre de Paraná Metal
Cristóbal López quiere dejar en la calle a 200 trabajadores
La fábrica de fundición y autopartes Paraná Metal, de Villa Constitución, quiere cerrar definitivamente sus puertas, lo que dejaría en la calle a las últimas 200 familias que dependen de la planta.
Su actual dueño, "el zar del juego" Cristóbal López, ya envió 180 telegramas de preaviso a los trabajadores y le puso fecha al cierre: el próximo 31 de octubre.
El historial
La crisis de Paraná Metal arrancó en 2008, cuando comenzaronlas suspensiones y los despidos en las empresas contratistas. En 2009, el gobierno nacional instaló a Cristóbal López al frente de la planta y en 2010 estalló un gran conflicto contra el cierre de la empresa.
Fueron más de 30 días de corte de autopista y un esfuerzo descomunal de los trabajadores de la fábrica y del resto de los metalúrgicos de la ciudad, con el apoyo de la comunidad de Villa Constitución.
La dirección de la UOM nacional entregó el conflicto y la UOM seccional dirigida por Piccinini dejó correr la entregada. Terminaron aceptando un acta acuerdo que dejaba en la calle a 900 familias de los 1.100 puestos de trabajo, liquidaba el convenio de autopartes (laudo 29) y las conquistas particulares de fábrica.
Un brutal golpe y retroceso, que le significó a Piccinini la pérdida de la dirección de la UOM Villa Constitución. En ese 2010, Paraná Metal quedó reducida a una Pyme de 200 trabajadores y fue una verdadera catástrofe social para la ciudad de Villa Constitución.
De la reapertura "virtual" al vaciamiento final
En noviembre de 2012, CFK inauguró por video-conferencia la nueva Paraná Metal. Con un discurso que rayaba el cinismo, saludaba la "inversión y la producción realizada", pero con Cristóbal López al frente de la empresa, avanzaba el progresivo vaciamiento.
En los últimos cuatro años, la inversión fue mínima y la empresa no buscó clientes. Ahora con niveles de producción por el suelo, anuncian pérdidas millonarias y el cierre definitivo "si no cambia la situación".
El progresivo desmantelamiento de Paraná Metal se operó todo el tiempo con la anuencia de Tomada, y el gobierno nacional contó con la complicidad del Ejecutivo provincial del Frente Progresista para llevar adelante su cometido.
La tarea es prepararse para enfrentar los despidos
La UOM Villa Constitución debe convocar urgentemente a los metalúrgicos y resolver un plan de lucha que incluya la ocupación de la planta, para defender los puestos de trabajo y pelear por un programa obrero.
Paraná Metal llegó a ser una de las principales fundiciones del país. Luego de la crisis de 2010 dejó de producir blocks de motores, manteniendo apenas un 10 por ciento de la actividad de la fábrica que desde entonces se dedicó a producir campanas de frenos.
Pero Cristóbal López siguió sin invertir un peso y volvió a perder mercado frente a la competencia, llevándola al derrumbe.
Existe la base para la continuidad de la empresa, que necesita de un proceso de inversión y reconversión industrial. El camino es la estatización de la fábrica, sin ningún resarcimiento al vaciador López, y su funcionamiento bajo el control de los trabajadores.
Damián Blanco
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