viernes, 18 de septiembre de 2015
El primer Rosariazo: una batalla callejera contra el régimen burgués
El primer Rosariazo tuvo como protagonista central a los estudiantes movilizados. Presentamos aquí una crónica de los principales hechos que reconstruyen esta histórica jornada de lucha.
El estudiantado rosarino ya comenzaba a ejercitarse en la lucha a principios de año de 1969, con movilizaciones cuya demanda iba contra el límite que se imponía a los cursos de ingreso en las facultades. Se logran conquistas parciales, como el caso de la universidad de Filosofía y Letras donde se logró que ingresaran la totalidad de los inscriptos. El incipiente movimiento estudiantil da un salto en calidad en el momento del asesinato de Cabral, en Corrientes el 15 de mayo, en las grandes movilizaciones por el aumento del ticket de los comedores universitarios. En la Facultad de Medicina se suspenden las actividades y se convoca a asamblea para las 10:30, donde se decide el paro estudiantil para el día 20. Luego se movilizan por el interior de la facultad, acompañados por los médicos y los pacientes.
Al mediodía, cerca de 600 alumnos se reúnen en asamblea en la facultad de Matemática. En Ciencias, Arquitectura e Ingeniería se producen forcejeos con la Policía en la entrada de la Facultad. El centro de estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas plantea la solidaridad con los estudiantes correntinos –y el repudio a la visita de Nelson Rockefeller a Honduras–, donde fuera asesinado un estudiante en las movilizaciones masivas que se dieron.
La Unión de Estudiantes del Litoral (UNE) en un comunicado. haciendo referencia a Corrientes. plantea que “una manifestación recorrió las calles de esa ciudad, hecho que va más allá de una simple protesta por la privatización de los comedores universitarios: la lucha de los compañeros del nordeste nos está marcando el camino al estudiantado del país. El camino de la unidad a partir de la lucha, camino que se da al recoger todas las luchas que nuestro pueblo ha librado, hasta la liberación nacional”. Producto de la creciente tensión en el ambiente estudiantil, el rectorado suspende todas las actividades académicas en señal de duelo.
El día 17, cerradas las universidades, el estudiantado se concentra en el comedor universitario, en Corrientes y Córdoba. Bajo la arenga de “Cabral y Pampillón, los mártires del camino de la liberación”, o “Juan José Cabral te vamos a vengar”, se hace una asamblea al mediodía. En la desconcentración, los estudiantes arrojan piedras contra la policía que estaba custodiando la zona. Otro grupo, donde concentraba el ancho de los movilizados, se encolumna para la calle Córdoba, intentado llegar hasta Entre Ríos. Un patrullero que entra por Córdoba, comienza a disparar, y hiere de muerte al estudiante Adolfo Bello. Los estudiantes se dispersan. Durante la tarde se concentran en el Hospital Central Municipal, donde está internado Bello. La policía vuelve a reprimir y dispersa a multitud, que vuelve a congregarse al grito de “asesinos”.
Tras la muerte de Bello, el estudiantado se reúne en la CGT A* donde saca una convocatoria que plantea el repudio a la represión policial en Rosario y en Corrientes; convocar a todos los organismos representativos de Rosario para expresar su activa solidaridad para canalizar el repudio del pueblo; hacer un llamamiento a la CGT de los Argentinos, y a todos los gremios obreros; convocar a un paro general universitario el día martes 20; coordinando a nivel nacional, convocar a la población a la realización de una marcha popular de protesta el día 21.
Llueven las adhesiones a la convocatoria: la CGT Azopardo, el MUCS (Movimiento de Unidad y Coordinación sindical), la Asociación bancaria seccional Rosario, las 62 Organizaciones, La Unión Nacional de Agrupaciones de Obreros de la construcción, SMATA y Obras Sanitarias, la comisión ejecutiva de la Fraternidad del FF.CC. MITRE, etc.
La articulación entre el movimiento obrero y el estudiantado como aliados, como dos sectores que arrastran la amplia simpatía del resto de la ciudad, como los comerciantes o incluso el Colegio de Abogados, solo se explica a partir de la profunda crisis política de dominación de la burguesía, que muestra un régimen débil que no puede contener con desviaciones o concesiones a las masas, sino que responde con represiones feroces, generando así las condiciones para construir un movimiento que lo enfrenta y lo hiere de muerte.
El diario La Capital del 18 de mayo titula en tapa: “Trágica represión ayer en nuestra ciudad”. En su editorial, plantea que “los sucesos que tuvieron por escenario a nuestra ciudad, en efecto, son tales que la única respuesta es la indignación y el repudio. Si la única vía expedita abierta al estudiantado de Corrientes fue la calle, por la incomprensión del rector del nordeste, como ayer dijimos, y al recorrerla se llegó a la alevosa muerte de un joven, nadie podía negar a los universitarios del país entero el derecho a exteriorizar su repudio y su dolor frente a una muerte gratuita e incalificable. De ahí que mueva a nuevo rechazo y nueva protesta el luctuoso suceso ocurrido ayer”.
Los estudiantes convocan para el 21 a la Marcha del Silencio. El centro de estudiantes de Filosofía y Letras exige la renuncia del gobernador de la provincia, del rector y del decano. Además el retiro de la policía de las universidades. Las CGT Azopardo, y la CGT A convocan a un paro por 24 horas para el 23 de mayo.
El 20 de mayo, los universitarios y secundarios llevan a cabo el paro general convocado con anterioridad y adhieren al paro convocado por ambas CGT. Al mismo tiempo recaudan dinero y comida entre los comerciantes que se solidarizan con la lucha, para mantener la olla popular que funciona en la CGT A. La Asociación Empresaria de Rosario está aterrorizada. Previendo nuevos desmanes, saca una solicitada donde convoca a las empresas a cerrar los comercios durante la marcha del silencio a partir de las 18 hs.
21 de mayo: la Marcha del Silencio
La concentración está convocada para las 18 hs. en la plaza 25 de Mayo, en Laprida y Córdoba. A diferencia del Cordobazo, donde la gesta estuvo acompañada con un paro de actividades, donde se partía desde los lugares de trabajo en columna hasta la concentración. Aquí fue dispersa, en grupos que parten desde diferentes partes de la ciudad a la plaza.
Mientras comienzan las concentraciones alrededor de la plaza y en las calles aledañas, la policía exhorta al movimiento a la dispersión, amenazando con la represión. Los enfrentamientos con la policía se suceden en distintos focos de lucha dentro del casco céntrico comercial de la ciudad, que está rodeada de cines, confiterías, bares; en el perímetro que va desde Oroño a Buenos Aires, y de Mendoza a Urquiza. El principal foco se da por la columna que marcha por calle Córdoba que intenta movilizarse hasta la CGT A, ubicada en Córdoba y Moreno. Allí, las fuerzas policiales intentan bloquear el contingente con gases lacrimógenos, que obliga el repliegue hacia la calle Rioja donde eran esperados por la Guardia de Seguridad de Caballería que, armados con sables, reprimen a los manifestantes.
La resistencia a abandonar el casco céntrico obliga a la policía a concentrar sus efectivos en ese lugar, y dispersar en grupos a los manifestantes. Un grupo se concentra en San Lorenzo y Paraguay, y comienza una hoguera de papeles, apoyada por los vecinos que arrojan libros para alimentar el fuego. En Corrientes y Santa Fe, otro grupo levanta la primera barricada. Están armados con palos y piedras. Toman colectivos y los ubican en la boca calle, para detener el avance de la policía.
Mientras siguen llegando contingentes de los distintos barrios que se suman al combate, se construyen más barricadas y se conquista la posición del casco céntrico. La policía comienza la retirada: a las 21:20 horas se repliegan a los cuarteles.
Las masas se concentran y ganan las calles. Marchan por calle córdoba, encabezada por la CGT, los estudiantes universitarios y secundarios, los obreros, los desocupados y precarizados, las “buenas” vecinas, los profesionales. Hacia las 22 hs. la movilización llega a calle Italia, donde apedrean la radio LT8 y un grupo la ocupa. Allí los esperaba la Guardia de Seguridad, de Caballería, y de Infantería, que responde con armas de fuego y sablazos. Es en ese enfrentamiento donde cae fusilado el obrero-estudiante de tan solo 15 años, Luis Blanco. Tras el combate, la policía se repliega y se atrinchera a la Jefatura de Policía, ubicada en Córdoba y Dorrego. Las masas conquistan la ciudad.
Ante el cuadro de situación, Rosario es declarada zona de emergencia, y es ocupada militarmente por el II Cuerpo del Ejército, bajo el mando el general Fonseca. Comienzan las detenciones, los apremios ilegales y se instaura la pena de muerte. El gremio del Comercio y la Industria saluda la intervención en una solicitada dado que se “impone la cordura que evite males mayores”.
Pero ninguno de estos mecanismos logra reinstaurar el miedo. El 22 y 23 de mayo se realizan nuevos actos y enfrentamientos con la policía.
Mario Lobos
* En 1968, en el Congreso normalizador de la CGT, se oficializa la división de la confederación: la CGT de Augusto Vandor el ala “participacioncita” con la dictadura de Onganía y la CGT A conducida por Raimundo Ongaro, que dirigía la sección Rosario.
Fuente: El 69. Huelga política de masas. Balvé, Beba C. y Balvé, Beatriz S.
Fuente: Diario La Capital, mayo de 1969
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