sábado, 26 de septiembre de 2015

Masacre de La Plata. El paso del tiempo asegura la impunidad



En un acto homenaje que se llevó a cabo ayer por la tarde en el centro cultural Islas Malvinas, organizado por la Comisión de Memoria y Justicia de la Masacre de La Plata, se recordó y se volvió a exigir justicia por los militantes del PST (Partido Socialista de los Trabajadores) Roberto Loscertales, Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Lidia Agostini y Ana María Guzner Lorenzo, quienes fueron secuestrados y cobardemente fusilados, cuando se dirigían con un fondo de huelga hacia la Petroquímica Sudamericana (actualmente MAFISSA). 40 años después, los homicidios siguen impunes.
Aunque el atardecer gris y lluvioso podía mermar la convocatoria, la sala del centro cultural estaba totalmente repleta. En el lugar se concentraron diversas organizaciones políticas, familiares de militantes desaparecidos, y también se hizo presente en el panel Nora Cortiñas, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), el periodista y abogado Pablo Llonto, y abogados y abogadas que se encuentran trabajando en las causas, tanto contra la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) como contra la CNU (Concentración Nacional Universitaria).
Desde el panel, todos los integrantes bregaron por una cuestión fundamental: “es necesario que los procesos judiciales se aceleren y así hacer justicia, ya que el paso del tiempo y la lentitud con que son llevadas las causas hace que los responsables intelectuales y materiales estén sueltos en la calle, o mueran con la misma impunidad con la que se manejaron en los ‘70”.
En el mismo sentido, Pablo Llonto aseguró que “a este sistema más que presionarlo, hay que casi asfixiarlo para que nos de justicia, ya que cada día que pasa en esta causa, son 40 años, no podemos esperar más”.
La lentitud con la que transcurren las causas fue motivo de repudio en el acto, ya que así “los responsables de la masacre están libres e impunes mientras nosotros seguimos exigiendo justicia por nuestros compañeros asesinados”.

La represión estatal antes del golpe

Las bandas parapoliciales, fuertemente vinculadas a la derecha del Partido Justicialista (PJ), que comenzaron a funcionar a comienzos de 1974, y cuyas actividades se masificaron junto a otros grupos de tareas con la ayuda del Estado para eliminar los focos “subversivos”, tuvieron un gran impacto negativo en el desarrollo de las organizaciones populares, ya que generalmente las desapariciones o asesinatos estaban muy bien planificados para eliminar a los mejores cuadros y organizadores políticos.
El cinco de septiembre de 1975 quedará marcado para siempre, por sobre todo en aquellos militantes que se organizaban el PST, ya que fueron secuestrados, desfigurados y asesinados por la Triple A: Roberto Loscertales, Adriana Zaldúa, Hugo Frigerio, Lidia Agostini y Ana María Guzner Lorenzo.
La cronología de los hechos relata que luego de que terminaran de cenar, y decidir que llevarían el fondo de huelga que habían juntado en diferentes facultades para acercárselo a los trabajadores, el auto en que viajaban fue intervenido por el grupo de ultraderecha con el fin de desarticular y frenar el movimiento que se estaba gestando alrededor del conflicto obrero, donde participaban varios activistas de diferentes organizaciones políticas y sindicales.
A raíz de esto último, al otro día, la AAA secuestró y les quitó la vida a tres militantes del mismo partido. Oscar Lucatti, Patricia Claverie, Carlos Povedano habían decidido salir a pedir justicia en las calles por sus compañeros caídos, y a su vez repartir volantes con los hechos sucedidos, pero a los minutos fueron interceptados a plena luz del día y luego rematados por los mismos captores.

Nada de reconciliación, ni olvido ni perdón

Sobre el final del homenaje, y con respecto a la posible Justicia Transicional que se pueden dar a los juicios de lesa humanidad en nuestro país a partir del año que viene, “gane quien gane estas elecciones que vienen, las causas no van a tener ningún tipo de reconciliación, ni de olvido ni de perdón”, aseguró Llonto.
Asimismo Cortiñas agregó: “la justicia transicional, que actualmente se está ejecutando en Colombia, pero comenzó quince años antes en Sudáfrica, no sirve, los juicios tienen que seguir en la misma modalidad en la que se están haciendo, pero con más rapidez y eficacia. Queremos cárcel común, perpetua y efectiva para todos los represores”.
Cortiñas a su vez reiteró que jamás se efectuará “una reconciliación con los torturadores, asesinos y verdugos de nuestros hijos, del pueblo, de aquellos que se apropiaron los bebes recién nacidos para entregarlos a las familias de militares y civiles”.
Por último, y ya sobre el cierre del acto, también se hicieron presentes y tomaron la palabra Carlos Zaidman, miembro de la asociación de ex detenidos-desaparecidos e integrantes de la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Ana María Martínez, ex militante del PST secuestrada y asesinada en febrero de 1982, cuyo cuerpo fue encontrado por los vecinos de Punta Querandí (municipio de Tigre).

ANRED

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