“¡Compañero Jorge Julio López, presente! 30 mil compañeros detenidos desaparecidos, presentes, ahora y siempre. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.” La consigna fue pronunciada con énfasis desde el palco móvil ubicado en Plaza de Mayo, a donde llegó la movilización del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVJ), que ayer volvió a marchar desde Congreso, a nueve años de la desaparición del testigo que contribuyó a la condena al genocida Miguel Etchecolatz. En La Plata, organizaciones sociales, estudiantiles y de derechos humanos también marcharon para reclamar la “aparición con vida” de López, quien el 18 de septiembre de 2006 debía participar de la audiencia de alegatos en aquel proceso, salió de su casa en Los Hornos pero nunca llegó a los tribunales platenses.
La manifestación se concentró a las 17 en Plaza Moreno y desde allí los asistentes marcharon hasta la gobernación bonaerense, donde leyeron un documento. La columna, encabezada por una bandera con la leyenda “9 años. Sin Julio López no hay dékada ganada”, transitó sin inconvenientes aunque hubo tensión cuando un automovilista eludió el corte y en su recorrida casi atropella a dos jóvenes, que respondieron con piedras y palos. Mientras tanto, los manifestantes entonaban “ya pasaron 9 años, Cristina dice nunca más, pero el compañero López no se sabe donde está”. Participaron las agrupaciones políticas PO, PTS, MST, MAS, Libres del Sur, Juventud Guevarista, Nuevo Encuentro e HIJOS La Plata, entre otras.
Nilda Eloy, de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos, responsabilizó a los gobiernos nacional y provincial por la desaparición de su compañero, dado que ella al igual que López fueron testigos y querellantes contra Etchecolatz. “No ha habido cambios en la decisión política en la gestión anterior y en ésta de sostener la impunidad.”
En Capital, la cabecera de la marcha estuvo ocupada por Nora Cortiñas, Enrique Fukman, Myriam Bregman, María del Carmen Verdú, Gabriel Solano, Laura Marrone, Vilma Ripoll, Nicolás Tauber, entre otros, tras los cuales flameaban las banderas de un centenar de agrupaciones sociales, políticas, sindicales, estudiantiles y de derechos humanos. Poco antes de las 19, el camión que funcionó como escenario estacionó frente al acampe de las comunidades originarias, en Avenida de Mayo y 9 de Julio, para solidarizarse con su reclamo de ser atendidos por la Presidenta.
“La desaparición de López pone en discusión masivamente la subsistencia de una práctica represiva que no cesó el 10 de diciembre de 1983, que nos lleva costando 210 desaparecidos desde esa fecha hasta hoy, si no esos nombres seguirían siendo anónimos, por eso hoy al menos conocemos a Iván Torres, Luciano Arruga, Facundo Rivera y Daniel Solano”, enfatizó Verdú, de Correpi e Izquierda Revolucionaria. El cierre porteño también fue la lectura de un documento en el cual el EMVJ exigió, entre otras demandas, “aparición con vida de López, juicio y castigo a los responsables, basta de silencio, encubrimiento e impunidad, cárcel a (César) Milani, no a la intervención de las fuerzas armadas en la política interna, cárcel común y efectiva a todos los genocidas, no a la privatización del Banco Nacional de Datos Genéticos y apertura de los archivos de la dictadura y de todos los servicios de inteligencia estatal hasta la actualidad”.
Durante la desconcentración, los militantes hacían retumbar en los edificios del microcentro una nueva versión de un clásico canto de estas movilizaciones. “Ahora, ahora, resulta indispensable, aparición con vida, el gobierno es responsable”, coreaban, al tiempo que cerraban sus abrigos por el viento que enfriaba la noche.
Adriana Meyer
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