domingo, 9 de agosto de 2015

Señores y señoras, hagan sus apuestas

Las apuestas y objetivos de cada fuerza. Desde Scioli hasta la interna del FIT, cada uno tiene su propio desafío.

Hoy domingo se desarrollaran finalmente las PASO generales que, por su propia condición de primarias, no dirimirán nada. Al día siguiente no habrá presidente, diputados, senadores ni intendentes electos. Por el contrario, funcionará como un filtro donde las fuerzas minoritarias serán eliminadas.
Mientras el oficialismo nacional hizo su propia selección “a dedo” hace pocas semanas, en otros casos los candidatos finales saldrán de esta elección, aunque el resultado puede estar cantado como ocurre en la interna de Cambiemos y UNA. En otros casos, habrá que esperar hasta cerca de la 1 de la madrugada del lunes para conocer el resultado final.
Mientras que Scioli aparece peleando contra sí mismo, Macri imponiéndose en la interna de Cambiemos al igual que Massa en la propia, en la izquierda se libra una batalla por la renovación.

40%

El Frente para la Victoria juega dos grandes bazas en esta elección. La primera se dirime en el terreno nacional y la segunda en la Provincia de Buenos Aires. Resulta obvio decir que ambas están entrelazadas y que, en el marco del peso electoral de la segunda -esa suerte de gigante al que se ha llamado, no sin razón, un país dentro de otro país- la elección nacional puede tener variantes.
Scioli apuesta por llegar al 40% de los votos. La cifra tiene una suerte de carácter mágico, o por lo menos así intentan presentarlo el oficialismo y los medios afines. Según la enorme mayoría de los sondeos no alcanzaría esa cifra. El hecho de que se contabilice el voto en blanco –algo que no sucede a la hora de elegir cargos en octubre- también bajaría ese porcentaje.
Eso lo dejaría lejos del objetivo de intentar presentar un escenario sin balotaje hacia octubre. Su apelación, en el cierre de campaña, a los sectores que están más allá de su base firme va en ese sentido.
Las escenas explícitas de “narco-política” de la última semana golpearon sobre la interna de la provincia de Buenos Aires pero también parecen haber afectado a Scioli. Aún es difícil saber cómo se traducirá eso en votos. Es evidente que Julián Domínguez avanzó en su nivel de conocimiento no se puede mensurar si esto se traduce en imagen negativa. Aníbal Fernández parece haber afirmado el voto del kirchnerismo “duro” por el ataque de Clarín pero su techo electoral seguramente se ha ampliando.
Todas las miradas apuntan a esta provincia. Es difícil descartar aún algún “incidente” en la elección o el escrutinio que pueda golpear aún más sobre la imagen del oficialismo. Scioli y Karina seguramente elevan plegarias al cielo y a Francisco por estas horas.

Me invitás a tu fiestita

El PRO volvió a hacer hincapié en la necesidad de fiscales en el acto de cierre. Por estas horas el principal problema que tiene Mauricio es que la mayoría de las encuestas lo ubican en un porcentaje menor al 30%. Solo sumando a sus socios de la UCR y de la Coalición Cívica supera esa cifra. Los vaivenes de las últimas dos semanas y no haber logrado un triunfo contundente en CABA le impuso techo a su crecimiento.
Macri apuesta a superar claramente a Massa, convirtiéndose en “el” candidato de la oposición. Aunque el peligro de esta tendencia es que una fracción de esos votos, al verlo muy poco competitivo al tigrense, migre hacia Scioli.
Para asegurarse una mejor tendencia hacia octubre, Macri deberá compartir las mieles de su triunfo en la interna con sus socios. Estos han insistido hasta el hartazgo con cuestionar las fórmulas “puras” del PRO y exigen un “festejo compartido” al cierre de la elección de mañana. El objetivo es mostrar la mayor unidad política posible para evitar fugas de votos. Habrá que ver cuanto lo pueden lograr. Ya una de las figuras afines, Martín Losteau, definió sus simpatías por Stolbizer y Solá hacia octubre. Lo que se dice un amigo.

Unidos por una Argentina (o por algún negocio)

Massa aún tiene posibilidades de jugar en la terna ganadora. Los sondeos lo ubican cerca de Macri. Su objetivo es, de máxima, superarlo; de mínima, no perder por mucho y mantenerse como opción hacia Octubre y captar el voto peronismo disidente.
El tigrense tiene a su favor su juventud, la instalación política lograda y los lazos con los barones del conurbano, sectores del empresariado y hasta cierta llegada a la embajada de EEUU. Eso es un hándicap a futuro. Su verdadero enemigo es la polarización tanto este domingo como hacia las generales.
De la Sota, el otro competidor en esta interna, sostuvo su postulación aunque todos los sondeos lo dejan afuera en las PASO. Con 65 años y una larga carrera política en la derecha peronista, el “Gallego” podría estar apostando su última ficha a la presidencial. Este jueves declaró que “en lo personal me voy a morir tratando de que los argentinos sigan viviendo mejor". Suena a despedida.
Aclaró que, de perder mañana, en octubre votará a Massa. Una forma de refutar los rumores que lo dan cargándose a Scioli luego del 9 de agosto. Sin embargo, en el peronismo la traición es parte de la idiosincrasia.

Progresismo vacío

La otra fuerza a la que los sondeos es la que encabeza Margarita Stolbizer. Los spots de campaña mostraron un discurso progresista vacío que recurrió a los tópicos comunes (“ir a la escuela para ser mejores personas”). Su ventaja hacia octubre es que podría atraer el voto radical que no comulgue con Macri. Aunque eso, de progresista, tiene poco y nada.
La suerte de cada una de estas apuestas recién se conocerán, con certeza, hoy por la noche muy tarde. Sólo resta esperar.

Eduardo Castilla
@castillaeduardo

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